sábado, 15 de diciembre de 2018

ERICH FROMM


Erich Fromm   (Frankfurt, Alemania,1900 - Muralto, Suiza, 1980)
Pertenecía a una familia de  judíos ortodoxos y durante su juventud pensó durante un tiempo en realizar estudios talmúdicos, aunque más tarde prefirió formarse tanto en el psicoanálisis de Sigmund Freud como en el legado teórico de Karl Marx, lo cual le hizo acercarse a las ideas del socialismo y doctorarse en sociología.
Durante los años 30,  cuando los nazis se hicieron con Alemania, se trasladó a Nueva York, donde abrió una consulta clínica basada en el psicoanálisis y empezó a dar clases en la Universidad de Columbia. A partir de ese momento fue popularizando un psicoanálisis con fuertes influencias de la filosofía humanista, que ponía énfasis en la capacidad del ser humano para llegar a ir volviéndose más libre y autónomo mediante  mediante el desarrollo personal.
Partió del enfoque del psicoanálisis para hacerlo virar hacia una visión mucho más humanista del ser humano
 La vida, decía Fromm, está irremediablemente ligada a los momentos de frustración, dolor y malestar, pero nosotros podemos decidir cómo hacer que eso nos afecte. El proyecto más importante de cada persona consistiría, según este psicoanalista, en hacer que estos momentos de incomodidad encajen en la construcción de nosotros mismos, es decir, el desarrollo personal.
Erich Fromm creía que la principal fuente de malestar humano proviene del roce entre el individuo y los demás y que este conflicto puede ser abordado desarrollando nuestra capacidad de amar. Amar del mismo modo a los demás y todas aquellas cosas que nos convierten en una persona única, con todas sus imperfecciones. Estas misiones tan ambiciosas eran, en realidad, un único proyecto, consistente en desarrollar amor hacia la vida en sí misma, y así quedó plasmado en la famosa obra El arte de amar (1956).
En definitiva, Fromm dedicó su obra a examinar el abanico de posibilidades que la concepción humanista de la vida podía aportar no solo a las técnicas para reducir el sufrimiento en situaciones específicas generadoras de malestar, sino también a las estrategias para integrar estos episodios de sufrimiento en un proyecto vital lleno de sentido.
Sus propuestas psicoanalíticas se alejan así del primer psicoanálisis orientado a hacer que las personas sufran lo menos posible, y prefieren enfocarse hacia el desarrollo del máximo potencial de las personas en un proceso que, en sí mismo, podríamos llamar "felicidad".  

Los comentarios al libro "El arte de amar", en la página LEO, LEES, LEEMOS...

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