TALLER DE ESCRITURA (2018/19)

De nuevo, algunas de nuestro grupo, vamos a seguir atreviéndonos a explorar en el mundo de la imaginación y los sentimientos, para tratar de plasmarlo por escrito.
Nuestra pretensión es, ante todo, aprender y comprobar que somos capaces de conseguir ciertas metas.
16 SESIÓN
1.- Con la formula q-q-c-c-d, elegir un tema, realizar las preguntas, responder con afirmaciones y elaborar un texto.
1.1.- Las Mudanzas
Si de algún tema puedo escribir sin duda, es sobre las
mudanzas. Mi familia y yo tenemos suficiente prácticas en ellas. Desde pequeña
nos hemos ido trasladando de una localidad a otra por el trabajo de mi padre,
esas eran mudanzas sin consenso ¡Como nómadas! Los cachorros van detrás de sus progenitores
sin pensar, pero sabiendo que estarán bien. Estábamos desembalando cajas cuando
apenas transcurrido un año nos encontrábamos rellenándolas de nuevo… Más tarde
cuando me independicé, la rutina de las mudanzas seguía formando parte intrínseca de mi vida, habitando en
diferentes pisos de alquiler pero siempre en la misma localidad. Hoy día
recuerdo esos momentos como avatares divertidos, acarreos realizados entre
amigos que como hormigas trabajadoras llevaban nuestros enseres… este acto de
solidaridad tan entrañable, nos unía incluso más y normalmente acabamos con una
semifiesta en el nuevo piso. Al final con cierta estabilidad de pareja y
económica nos compramos uno ¡Menos mal que fue antes del subidón de precios que
remató con la burbuja inmobiliaria! Las mudanzas llevan consigo como es evidente, cambios,
oportunidades, esperanzas e ilusiones nuevas. Pierdes muchas cosas por el
camino, sobre todo enseres y algunos amigos… ¿O tal vez no lo eran tanto? Y
ganas mucho ¡Una nueva vida! ¡Nuevas oportunidades! Descubrir nuevos sitios,
olores y sabores…
Gente maravillosa por conocer y posibilidades nuevas de amistades
y amores. Leí una vez que la vida es como un tren lleno de pasajeros, donde
suben y bajan gentes en diferentes estaciones, a veces es uno mismo el que le
toca apearse. De igual forma pienso que esta frase se puede aplicar a las mudanzas. Asimismo
puede emplearse a la lectura de libros, te sumerges y vives aventuras en
diferentes sitios, siempre aprendiendo y lo más importante es que en el caso de
traslado, uno mismo escribe su propia historia.
Y la vida nos vuelve a sorprender, en una supuesta
estabilidad casera, aquí nos encontramos en una nueva mudanza hacia otra
ciudad…mi existencia rodeada de cajas de cartón, muchas páginas en blanco por
rellenar…y anhelos de muchas
experiencias nuevas por realizar… ¡La vida siempre dando sorpresas! ¿Y quién
sabe si no serán extraordinarias?
Elisa
Tamayo
2.- Buscar
un texto aseverativo y convertirlo en interrogativo.
2.1.- Fragmento
de El bosque
“El terror suele constituir el
elemento esencial en los clásicos cuentos infantiles. En esos relatos los niños
siempre corren el peligro de perderse, de ser raptados, maltratados o devorados
por algún ogro. En las noches de invierno, alrededor de la chimenea, nos
contaban unas historias en las que el bosque era el espacio más fértil para la
imaginación. Allí habitaban enanitos risueños, gnomos y elfos que eran
criaturas de gran belleza, duendes inmortales, pero el bosque también estaba
lleno de lobos disfrazados de torvos leñadores que querían comerse a
caperucita. Allí solía haber una gruta inaccesible donde una princesa encantada
se hallaba bajo el poder del dragón,
aunque al final siempre llegaba a rescatarla un príncipe a caballo. El bosque
era una línea oscura entre el terror y la fantasía.”
Manuel
Vicent, elpais.com (5/10/2014)
Texto
interrogativo
¿Qué
intentan infundir los cuentos infantiles clásicos? ¿Ser devorados por la
fantasía? ¿Qué es el miedo hacia lo desconocido? ¿Por qué la noche despierta a
los niños sus mayores temores? ¿Es la chimenea un lugar de inspiración? ¿Sería
el bosque un lugar donde encontrarse a uno mismo? ¿Por qué seres sobrenaturales
tenían que ser agradables y bellos? ¿Se pueden disfrazar los lobos? ¿Estaría
caperucita a salvo en su cuarto con el ordenador? ¿No es más comprensible que un dragón sea la mascota de
una princesa? ¿Sería la princesa
animalista? ¿Por qué el héroe es un príncipe y no un humilde joven o leñador?
¿No es el bosque un lugar mágico para vivir aventuras?
Elisa Tamayo
3.- Texto a partir de una imagen “Martillo rompecristales”
3.1.- La vida que nos voltea continuamente, a veces subiéndonos a
la cresta de la ola o como cometas a merced del viento a punto de alcanzar el
arcoíris, otras cayendo en desiertos pedregosos, en el reino de los miedos ¿Hay
que perder la cabeza para recuperar la cordura? El instinto de la madre
naturaleza, la supervivencia. Nacemos provistos de un martillo especial, mágico
para conseguir o intentar romper los temores e inquietudes, el desasosiego. Un
martillo de la esperanza, el de la constancia, el de la fortaleza interior…un
martillo con un mango especial impulsado por amor a la vida y a los otros. Arma
vital necesaria que nos hará sino invencibles más felices.
Elisa Tamayo
1.- Combinar los dos principios de novela siguientes y
convertirlos en un microrrelato.
“De lo que voy a contar, yo fui testigo: de la traición de la enana, del
asesinato de Segundo, de la llegada de la Estrella. Sucedió todo en una época
remota de mi infancia que ahora ya no sé si rememoro o invento porque para
entonces, para mí aún no se había despegado el cielo de la tierra y todo era
posible”. (Bella y oscura. Rosa
Montero)
“Una gorra de cazador verde apretaba la cima de una cabeza que era como un
globo carnoso. Las orejeras verdes, llenas de unas grandes orejas y pelos sin
cortar y las finas cerdas que brotaban de las mismas orejas, sobresalían a
ambos lados como señales de giro que indicasen dos direcciones a la vez”. (La conjura de los necios. John Kennedy
Toole)
1.1.-
Con la llegada de Estrella, el hada protectora del bosque,
todas las criaturas estaban agitadas. Días anteriores, el guardián, Segundo, propuso agasajarla con una gran
fiesta e invitó a todos los seres mágicos y a los animales de la espesura.
Pero
sucedió que la enana Brava, que hasta entonces se había ocupado del bienestar
de sus habitantes, se sintió celosa y decidió fastidiar el recibimiento, advirtiendo
al cazador, que camuflado con su gran gorra como globo carnoso, se presentó con
escopeta en mano.
Lo acontecido más tarde fue un gran desaguisado. Segundo, al
verlo aparecer se sintió amenazado, se enfrentó a él y fue asesinado.
Los
animales y los seres fantásticos rodearon al cazador, quien con sus grandes
orejas llenas de pelos sin cortar se fue transformando hasta convertirse en un
troll.
Puedo jurar que de lo acontecido fui testigo. Yo tenía seis años y marché de vacaciones a la cabaña de mis
abuelos en una comarca coruñesa, con un paisaje verdaderamente de cuento.
Elisa Tamayo
1.2.- Lo acaecido no puedo asegurar que fuera cierto, la corriente
todo lo arrastra. Me siento a salvo, la risa me acompaña y la denuncia me alimenta.
Patrocinio González
2.1.- “Aquella mañana era
diferente pero ella ignoraba el motivo. Por el ajetreo que procedía de la
cocina presintió que Pilar se había levantado más temprano que de costumbre.
Para comprobarlo estiró las piernas con precaución y ayudada por un leve
movimiento de traslación se dejó caer hasta apoyar los dos pies en el suelo.”
A Marga le resultó extraño que su silla de ruedas estuviera
tan alejada de la cama. Pilar, su hermana siempre la colocaba junto a su mesita
de noche, lugar fácilmente accesible para ella. Pero aquel día, y no se
explicaba el motivo estaba en el extremo de la habitación junto a la ventana
que se encontraba entre abierta.
-¡Pilar, Pilar…!- gritó.
Sabía que hacía años que su hermana se había vuelto dura de oído o eso le había hecho creer a ella para
no tener que estar continuamente asistiéndola. Al no recibir contestación
ninguna, insistió.
-¡Pilarrr…! ¿Qué estás haciendo? ¡Ven ahora mismo a
ayudarme!- exclamó ya en tono enfadado.
Las hojas de la ventana se abrieron de par en par, entrando
un viento gélido, haciéndola recostarse nuevamente en la cama y taparse
rápidamente con la manta.
Marga, crispada, elaboraba en su mente como iba a montarle
una bronca a Pilar en cuanto se dejara
asomar por su dormitorio.
Así continuó más de una hora…y ante el aburrimiento de la
soledad, se detuvo a observar el cuarto. Todo le resultaba extraño… demasiado
recogido; cada objeto de su aseo personal, sus zapatos alineados bajo la cama,
no había ni rastro de abrigos, ni de la ropa que recordara haberse quitado el día anterior y colgado en el
perchero. De hecho… ¡El perchero se encontraba totalmente vacío!
Sintiéndose impotente, comenzó a llorar, cerrando los ojos…
La despertaron pasos, susurros cercanos, llantos y el aire
estaba impregnado de olor a rosas y velas.
En ese mismo instante, recordó la discusión que había
mantenido la noche anterior con su hermana, disputa que se había convertido en
algo habitual en los últimos tiempos.
-¡Me tienes harta! ¿Me oyes?- Le increpaba su hermana.
-¡Cállate, so desgraciada! ¿Qué hubiese sido de ti, Pilar, sin
mi paga de minusvalía? ¡Eres mi hermana y desde que murieron nuestros padres…
tienes obligación de cuidarme!
- ¡No me hables de ellos, me hicieron tu esclava! ¡ Entre todos
me habéis destrozado la vida!
- ¡Tú, tan melodramática como siempre! ¡Mira mis piernas!- respondió
Magda severamente.
- ¿Tus piernas? ¿Y mis sueños? Toda mi vida siendo una sombra
de la tuya, un accesorio más de la hermana menor "enfermita! - añadió Pilar ya
sollozando, acabando con la reiterada frase de costumbre-. Te prometo que
cualquier día voy a poner fin a esto.
En ese instante, Magda lo comprendió todo. Quiso gritar, implorar
e incluso pedir auxilio pero lo único que consiguió fue elevarse como un
espíritu y llegar hasta el salón donde se había instalado el velatorio y su
féretro en primer plano.
La sopa de la noche anterior tenía un sabor un tanto amargo.
Pilar había cumplido su promesa.
2.2.- Aquella mañana era diferente pero ella ignoraba el motivo.
Por el ajetreo que procedía de la cocina presintió que Pilar se había levantado
más temprano que de costumbre. Para comprobarlo estiró las piernas con
precaución y ayudada por un leve movimiento de traslación se dejó caer hasta
apoyar los dos pies en el suelo.
Al sentir el roce de la alfombra en la planta de los pies y
empezar a caminar comprobó que el dolor hoy era más leve y al estar las piernas
menos entumecidas los pasos que dio hasta la banqueta para vestirse fueron más
rápidos y menos dolorosos. Asun llevaba tiempo con fuertes dolores en las
piernas que habían mejorado gracias a un tratamiento.
- - ¡Buenos días, Asun! - su hermana Pilar entraba por la puerta cuando Asun terminaba
de vestirse-. ¿Cómo te encuentras hoy?
-
- - ¡Buenos días, Pilar! Hoy mis piernas me han dado
una alegría. Se han despertado ya engrasadas.
Las piernas lo están presintiendo - pensó Pilar.
Ambas hermanas rieron al unísono a la vez que oían el ruido
de un coche acercarse a la casa y parar el motor justo cuando Asun subía la
persiana. El sol inundó la habitación. Un sol de otoño, esperado desde hacía
más de una semana, el tiempo que llevaba sin parar de llover. Parecía que tenía
más fuerza, que era más luminoso y desprendía más calor, pensó Asun al abrir la
ventana.
Al bajar la escalera, sonaron unos golpes en la puerta y
Pilar se apresuró a abrir.
El agente que apareció en el
marco de la puerta, era alto, bien parecido, con un atractivo que que
seguro, hacía girar más de una cabeza femenina. Después de saludarlas, pues era un
viejo conocido de la familia, Asun le ofreció tomar asiento.
- Me habéis llamado; decirme en que puedo
ayudaros.
Comenzó hablando Pilar:
- - Verá agente, no sabemos por dónde empezar.
- Nos pasó la otra noche algo muy extraño. Llovía
sin parar y estábamos leyendo en el salón cuando oímos un golpe en la puerta,
pero cuando preguntamos quien era nadie contestó, así que pensamos que había
sido alguna rama movida por el viento y al rato nos fuimos a dormir. Días
después cuando volvimos de caminar y miramos el buzón, entre la correspondencia, al abrir una de las cartas, vimos que estaba escrita con recortes de
periódicos.
Le mostraron la carta. En ella había un montón de halagos dirigidos a Asun.
- No veo donde está el problema, dijo Javier.
Asun se movió inquieta en la
silla.
- - Hay algo más. Al salir del
trabajo, acostumbro a volver dando un paseo y la semana pasada observé que alguien me seguía. Un hombre
delgado, alto y con aspecto de no ser de aquí. Aunque no le di mayor
importancia, al recibir ahora la carta me he asustado.
Javier mirando a Asun le preguntó:
- ¿Sigues teniendo relación con tu ex marido?
- Hace un mes que no hablamos. Pero desde nuestra
ruptura, la relación ha sido buena. Nuestra hija Inés, nos mantiene más unidos de
lo que nosotros podíamos pensar cuando nos separamos.
- ¿Algún conocido que haya querido algo más que
amistad?
- Alguna vez después de salir con algún amigo, ha
habido intención de algo más pero al no haber interés por mi parte no han
vuelto a insistir.
- ¿Alguna antigua amistad o familiar que desee
algún tipo de reconciliación?
- Nadie que recuerde.
Asun se acordó de su otra hermana pero no lo dijo en voz
alta. Habían pasado tantos años que no creía que Concha hiciera algo por un
acercamiento. Hacía tanto que su hermana se fue distanciando de ella por
pequeñeces, que la herida que empezó siendo casi imperceptible, ahora era
demasiado grande. Y era con Asun con quien Concha se sentía más agraviada. Hizo
un movimiento con la mano a la altura de la cabeza como queriendo espantar
estos pensamientos. Algo que no pasó inadvertido para Javier.
- Quiero que hagáis una lista con los teléfonos de
familiares, amistades, allegados y cualquier persona con la que hayáis tenido
relación en los últimos meses. Espero vuestra llamada.
A continuación se despidió con un saludo y se marchó. Pilar
la acompañó a la puerta. Después de desayunar hicieron la lista y se la pasaron al
agente.
- Asun, he adelantado algunos platos en la cocina.
- Te he oído. Continuemos. La fiesta se aproxima y
no todos los días cumplimos años. No podemos hacer esperar a los invitados.
Asun y Pilar eran
gemelas.
Ya habían soplado las velas y pedido algunos deseos cuando
entró por la puerta Concha, con una enorme caja en la mano y una sonrisa grande
que expresaba claridad y transparencia.
Cuánto había echado en falta Asun esa sonrisa, se abrazaron
olvidando cualquier error y rencor del pasado, ya no había herida.
Asun recordó cuando eran pequeñas y esos coscorrones que con
una rapidez asombrosa se escapaban en cuanto empezaban a discutir. Los recuerdos de la infancia emocionaron a las tres hermanas
que se pasaron el resto del día contándose anécdotas y travesuras de su niñez.
Pilar y Asun contaron a Concha lo extraño del anónimo que
habían recibido y el hombre que hacía unos días había seguido a Asun.
- Habrá que tener los ojos bien abiertos y observar con lupa
todo lo que nos suceda hasta que se resuelva el misterio.
3.- En el relato anterior, cambia el comienzo de forma que
tenga:
SE NOS OCURRIÓ DURANTE EL VERANO
3.1.- Inicio autobiográfico.
3.1.1.- Parece que fue ayer…cuando escuché a mi hermana Marga
reclamándome desde su dormitorio por la mañana bien temprano: "¡Pilar, Pilar!"
Incluso sentí como se movía en la cama y dejaba caer los dos pies en el suelo.
Yo me encontraba trasteando en la cocina, y sabía perfectamente que ambas acciones
eran imposibles que estuvieran sucediendo...
Elisa Tamayo
3.1.2.- Aún recuerdo aquellos años con nostalgia: El tiempo que dediqué a cuidar a mis padres fueron unos años en los que recibí más que di. La enfermedad de mi madre, tenerla en casa, atenderla, quererla más aún, dudando si eso era posible. También los momentos de falta de entendimiento con mis hermanos y hermanas. Para llegar a acuerdos, siempre había más de una reunión, nunca conseguíamos en el primer encuentro llegar a consenso. (Asun bajo de la cama), hoy estoy más sensible; todos los días no se cumplen años.
3.2.- Inicio con un diálogo
3.2.1.- ¡Pilarrr…! ¿Qué estás
haciendo tan temprano en la cocina?- vociferó Marga desde la cama. ¡Déjalo inmediatamente y ven! ¡Me voy a hacer daño por tu
culpa!- insistió ya con los dos pies apoyados en el suelo.
La única respuesta que recibió fue el ruido que hacia Pilar
en la cocina.
Elisa Tamayo
3.2.2.- Pilar en la cocina hablaba con Concha por teléfono.
- - Ya hemos llegado, al final ha podido venir mi hija conmigo. ¡Qué ganas de veros! ¡ Hace tanto tiempo...!
- - Cinco años es demasiado para estar separadas.
- - Mucho. La vida a veces es demasiado injusta. ¿Aún está acostada?
- - Sí
- - ¡Bien! Cuando se acerque el momento del café me avisas.
- - No sospecha nada, ¡que alegría se va a llevar! ¡Que ganas de estar juntas! En unas horas nos abrazamos. Un beso.
En ese momento, Asun salía de la cama.
Patrocinio González
3.3.- Inicio con una acción
3.3.1.- Pilar estaba en la cocina enfrascada en preparar los entrantes. Saquitos crujientes de arroz con marisco, tostada de pimientos asados y chipirones y queso cabrales con miel de albahaca y pistachos. La carne ya hacía un rato que estaba en el horno. Asun acababa de despertar y después de unos minutos, se deslizó fuera de la cama.
Patrocinio González
4.- Escribe
un microrrelato eligiendo una de estas opciones:
4.1.- Si
comienza con acción, continuarlo con quietud.
4.1.1.- Paso del tiempo
Tic Tac…Tic
Tac…
Las
manecillas del reloj bajan por este camino con nosotros, en una carrera sin
frenos. Mi cabello ya es nieve.
Elisa Tamayo
4.2.- Si
comienza con descripción, continuarlo con acción.
4.2.1.- La culpa
Cruel,
destructiva y pegajosa ¡Muere, muere maldita!
La ahogué con alegría, con mis
deseos de libertad individual.
Elisa Tamayo
4.3.- Si
comienza con un dialogo, continuarlo con monólogo.
4.3.1.- El insomnio
- No vuelvas - le dije.
Hoy he fantaseado
de cómo sería dar una cabezada.
Elisa Tamayo
5.-Composiciones con refranes: recopilar algunos y formar poemas breves combinando unos con otros.
5.1.- Al perro flaco, todo se le vuelven pulgas.
- Consejos vendo, para mí no tengo.
- Corazón codicioso, no tiene reposo.
- Cuando el río suena, agua lleva.
- Después de la tempestad, viene la calma.
- El que calla, otorga.
- En el país de los ciegos, el tuerto es el rey.
- De tal palo, tal astilla.
- A buen hambre, no hay pan duro.
Agua lleva,
después de la tempestad,
no tiene reposo.
Agua lleva,
después de la tempestad,
no tiene reposo.
Corazón codicioso,
consejos vendo,
todo se le vuelven pulgas.
Cuando el río suena,
no hay pan duro,
y para mí no tengo.
En el país de los
ciegos,
el que calla,
tal astilla. Elisa Tamayo
5.2.-
Quién con muchos se casa, a todos
enfada.
El amigo que no es cierto, con un
ojo cerrado y otro abierto.
A enemigo que huye, puente de
plata.
Para que en todas partes quepas,
no hables de lo que no sepas.
Lengua sabia a nadie agravia.
Habla poco, escucha asaz y no
erraras.
En lo que a otro toca, punto en
boca.
Vista larga y lengua corta y huir
de lo que no te importa.
Con un ojo cerrado y otro abierto
quien con
muchos se casa,
puente de
plata.
________________________________________________________________________
Para que en todas partes quepas
Lengua sabia
Escucha asaz y no errarás.
_____________________________________________________________________
En lo que a otro toca
Vista larga
Y lengua corta
____________________________________________________________________
Patrocinio González
6.-Transformar dos refranes
utilizando un lenguaje más pedante.
6.1.-
- Para los tontos, los libros son
estorbos.
- Para el zopenco, los textos son obstáculos.
- El perro y el niño, donde vean
cariño.
- El chucho y el churumbel donde le
den amor.
Patrocionio González
SE NOS OCURRIÓ DURANTE EL VERANO
Cosas que nunca te
dije
Estoy segura que estarás diciendo: -¡lo qué
faltaba! ahora esta con una carta de despedida. Primero los hermanos con los
cantos y los rezos y ahora la carta…Pepa, si aquí la que está mejor de todos,
eres tú.-
Cuando hablábamos por teléfono nuestras
conversaciones siempre eran las mismas:
-¿Qué pasa papá, cómo estás, qué te cuentas?
Y tú respondías:
- ¡Bien…aquí estamos... siempre igual! ¡Contar, contar... me cuento, hasta
tres...una, dos y tres.-
Nunca nos decías como estabas ni te quejabas; siempre contestabas lo mismo para no preocuparnos, para no llamar la atención.
Esas eran nuestras conversaciones por teléfono y esa fue la última que tuvimos
el día antes de tu muerte.
Como ya no puedo hablar contigo, te escribo
para manifestarte las cosas que nunca te dije. A los dos nos costaba mostrar
nuestros sentimientos pero sabíamos perfectamente, que hay muchas maneras de
hablar: con los hechos, con las actitudes... Esas eran nuestras formas
preferidas.
Solo quiero darte las gracias por todo lo que
hiciste o no hiciste para que hoy estemos todos aquí: tu mujer, tus hijos, tu
familia y todos los tuyos.
No fuiste un padre de mostrar afecto con
besos y con abrazos pero si nos demostraste en los momentos más importantes y
dramáticos que vivimos, que nos querías. Gracias por quedarte, por no huir, por
estar ahí...
Te quiero dar las gracias por la educación
que me diste, porque, aunque no fuiste un padre de sermones y eras muy parco en
palabras, con tu ejemplo, e incluso con tus comentarios irónicos, nos educaste bien.
No te gustaba juzgar a nadie y delante de ti no se podía criticar, porque
rápidamente decías:
-¡Qué mala son las gentes, ¿verdad?!. ¡Menos mal que
nosotros, no somos gentes!.
Hasta para reñir eras raro.Tú no nos decías
como todos los padres: “los niños no se pelean, los hermanos tienen que
llevarse bien. Noo, tu decías:
-¡Hay que ver lo belicosos que sois! Si
fueras presidente de los Estados Unidos, hace mucho tiempo que hubiera
estallado la 3ª Guerra Mundial!
y terminabas
diciendo:
- ¡Júntale salivilla en la oreja1 (esto es una de tus películas
preferidas “La guerra de los botones”)
No voy a decir ahora que siempre fueron
tiempo de vinos y rosas porque en mi adolescencia nos enganchábamos bien. Me
costó años entender, que con tu exigencia y autoridad, sólo querías protegerme.
Nunca entendí tu serenidad ante las
situaciones difíciles y esa reacción lenta, pausada ante los problemas. Con el
paso del tiempo, me di cuenta que era una postura muy inteligente para afrontar las
adversidades de la vida.
Estoy triste aunque al mismo tiempo, contenta, porque ya estás en el recreo y te has ido como tu querías, sin hacer
ruido, con la prudencia y discreción que
te caracterizaba. No le temías a la muerte y hablabas de ella con esa ironía y
ese humor fino e inteligente, que te hacía parecer más londinense que trianero: " morirse, es irse al recreo..."
Estoy segura que ya habrás puesto en práctica
alguna idea para que el recreo funcione mejor. Como en nuestra casa, cuando
inventaste una alarma para evitar los fuegos por cortos circuitos, o cuando a
la lavadora de turbina, de esas antiguas, le instalaste una bomba de desagüe.
También construiste un depósito de agua en la cocina en la época de sequía, con
una boya en un simple bidón de plástico y así, nunca nos faltó el agua.
Cuando eres una niña, quieres tener una
familia normal como la de tus amigas, con un padre normal, que beba cerveza o
vino y que no vaya a los bares solo a tomar café. Que a tu padre le guste la
Semana Santa, la Feria y escuche el Carrusel Deportivo los domingos por la
tarde. Pero a ti nada de eso te interesó nunca. A ti te gustaba ir al campo,
coger espárragos, higos chumbos, aceitunas y montar y desmontar aparatos
eléctricos, escuchar la radio, ver esas películas raras en versión original de
la segunda cadena o leer todo lo que cayera en tus manos.
Siempre te vi rodeado de cables, croquis y
circuitos eléctricos. Parecías el empleado de mantenimiento del bloque. Las
vecinas venían a que Ricardo les arreglara la plancha, la batidora,el secador
de pelo, y todo aquello que se les estropeaba. Nunca fuiste capaz de negarte y
además, lo hacías con agrado y gratis.
Fuiste un hombre y padre raro, diferente, y
eso, en la infancia, me parecía un
horror pero con los años, esas rarezas se convirtieron en orgullo, no sólo
para mi, sino, creo, que para todos nosotros. En estos últimos años he
tenido la oportunidad de conocerte mejor y sobre todo, cuando te entrevisté para escribir las memorias. Me reí mucho con tus ocurrencias y me encantó
conocer el puesto de trabajo tan importante que tenías en HYTASA y lo que
HYTASA significó en tu vida. Tu humildad siempre disimuló lo que valías y hasta
donde habías llegado. Ya se sabe que las personas más inteligentes y que más
valen, solo destacan por su humildad.
Te podría decir muchas cosas más, pero solo
quiero añadir que te echamos de menos y que espero encontrarme algún día
contigo en el recreo. ero como tu dirías con tu humor e ironía: "que sea más
tarde que temprano".
Te quiero papá.
Lola Rodríguez
SUCESO
En el apartado dede sucesos del Diario LA SINRAZÓN, apuntaba el siguiente dato
sobre el caso:
SUCESO
Cruzando por el paso de cebra en la Avenida de la
Constitución, estuvo a punto de atropellarme un Citroën Picasso rojo. El
conductor ni si quiera frenó, simplemente me esquivó a pesar de que le grité e
insulté. Me dije a mi misma que esto no iba a quedar así. Tuve tiempo de
memorizar parte de la matrícula, los dos últimos números, sesenta y tres con
las letras DHY. Indignada decidí dirigirme a la comisaría de policía más
próxima, donde tras una larga cola ante una ventanilla, rellené un formulario
detallando los hechos acontecidos. Una vez entregado, me anunciaron que se
pondrían en breve en contacto conmigo.
Así fue que en un par de días recibí una llamada de un tal
inspector Aragón, sugiriéndome que me acercara por la central lo antes posible.
Me recibió con cara destemplada, invitándome a sentarme.
-¿A qué juega, amiga?- dijo increpándome.
-Los datos del coche que presuntamente estuvo a punto de
atropellarla, consta en tráfico como un vehículo de su propiedad ¿O es que
acaso se lo han robado?- añadió el inspector, ya levantándome la voz.
Me quedé atónita, siempre había sido un tanto despistada,
pero… ¿hasta el punto de olvidarme de la matrícula de mi propio auto? Después
de disculparme varias veces con aquel policía, decidí regresar a mi domicilio muy confundida.
Hacía más de un año y
medio que había dejado el coche aparcado en la puerta de casa, exactamente
desde que me divorcié, ya no podía seguir con el mismo nivel de vida, mi
economía había menguado bastante y no pude seguir pagando el seguro del
vehículo y tomé la decisión de moverme a pie hasta que me recuperara.
A punto de llegar,
ante mi sorpresa, el Picasso no estaba. Había sido sustituido por un coche de
bomberos, cuyos profesionales estaban afanados en apagar mi casa que en esos
momentos ardía.
Semanas posteriores, en el atestado del juzgado pondría:” Que
Don…intentando acabar con la vida de su
exmujer Doña…hurtando el propio vehículo de la víctima y tras el frustrado intento de atropello de
la misma, se personó en la casa de la ex, provocando un incendio dejando la
vivienda en estado ruinoso…”En espera de juicio y sentencia.
Las únicas declaraciones que realizó la exmujer en la puerta
de los juzgados del asunto de violencia de género acontecido… “En el momento de
firmar los papeles del divorcio…y mirándome fijamente dijo: ¡Te arrepentirás!.
Añadiendo por último la víctima:
“Y hoy más segura que
nunca sé que eso no sucederá…”
Elisa Tamayo
Para que no me olvides
En la comisura de mis
labios
me he tatuado un
corazón
para que no yerres
nunca
tus flechas de amor.
En mis párpados
estrellitas azules
para que encuentres
el infinito amor.
En las palmas de tus
manos
árboles frondosos
para que arraiguen
junto a mi corazón.
Elisa Tamayo
El alma traviesa olvida
Sensibles recuerdos rotos.
Pechos prietos sueñan,
Indiscretas ventanas vigilan,
Niega el esposo quejoso,
Amanecen macetas floridas.
La niña el pentagrama leía
Quieto el inmenso lago
Solo roto por notas que
El aire traía y mecía
Los niños esperan al mago
Caras todo inocencia
Aguardan felicidad
Aparece en espiral
Y borbotean risas
Ausencia buscada, calma
Rama que cruje y parte
El embriagado olor
Elaborar
un poema con rima consonante y cruzada.
Cabellos que el viento mecía
Olor que el aire llevaba
Eterno sufrir ocultaba
Recuerdo que a mí volvía
Anclar los días yo quería
Parar el tictac que sonaba
Tu sentir yo atrapaba
Cuando olvidar no quería.
Pareado
Estar sin estar estoy
Penando al no verte hoy
Terceto
encadenado
En este caminar que es la vida
Me estremecen tus pensamientos
Tu desnudez callada dormida.
Recorro la calma, es mi alimento
Consuelo envolvente, alivio calmante
El sosiego que envuelve mi aliento.
Solea
Andares luce la joven
Mirada indiscreta, sola
Ojos que hacen volver.
Tercerilla
o tercerillo
Te quiero conocer
Sevilla con arte
Déjame tu nacer.
Cuarteto
El roce que alivia la soledad
La que no es tuya sino mía
Estando tus manos en las mías
Mi osadía aviva su levedad
Patro González

De nuevo, algunas y alguno de nuestro grupo, vamos a seguir atreviéndonos a explorar en el mundo de la imaginación y los sentimientos, para tratar de plasmarlo por escrito.
Nuestra pretensión es, ante todo, aprender y comprobar que somos capaces de conseguir ciertas metas.
13ª SESIÓN
1.- Pide a alguien conocido que te cuente una anécdota. Escribe un cuento breve.
El perro King
1.1- Eran los años setenta. Mi padre, que era policía nacional, me
despertó una mañana de verano.
-¡Tenemos un perro! Voy
a llevarlo a la parcela. ¿Vienes conmigo?- me preguntó papá.
Por aquella época, para un chaval preadolescente, era una
gozada que su familia contara con un pequeño terreno junto a la Vega del
Guadalquivir, en el que tenían una casita con un huerto que los abastecía de
sandías, lechugas, manzanas…También
poseía un gallinero y una conejera. Últimamente, mi padre se quejaba de que
algún listillo estaba sisándonos las gallinas.
Salté enseguida de la cama, ilusionado con encontrarme a un
cachorrillo amoroso y juguetón. Más tarde me daría cuenta que de mi imaginación
a la realidad había bastante trecho.
Nos dirigimos en coche a la perrera de la policía. Entonces
me quedé pasmado: ¡Era un enorme pastor alemán! Tenía el pelaje rubio por la
cabeza y el resto del cuerpo castaño. El animal comenzó a intimidarme con sus
fuertes ladridos y sus grandes colmillos.
-Es un perro policía-
comentó mi padre- Y se llama King ¡Verás como no nos roban más gallinas!
Montamos al animal en los asientos traseros del coche, donde
yo tenía que ir sujetándolo de la correa. En cuanto se puso el auto en marcha,
volvió a enseñarme sus enormes dientes ya babeantes que parecían decirme: ¡Te voy
a morder…te morderé...! Mi mente pensaba como debería ser un mordisco de
este perro, al mismo tiempo que éste fue aumentando su agresividad hacia mí. En
tal situación solo pude articular una palabra: ¡Papaaaaaaá.…!
¡Quieto King!- gritó mi padre con su voz autoritaria,
que yo también conocía en broncas anteriores que habían recaído sobre mí, pero
esta vez me alegré mucho porque fue efectiva en el chucho. King se calmó; sin
embargo, a mí no me dejaron de temblar las piernas.
Tras acomodar al pastor alemán en su caseta junto al
gallinero, yo estuve seguro que ningún individuo tendría agallas de robar una
gallina más, como pudimos comprobar en los años sucesivos.
Finalmente, el hecho afortunado de ser yo el encargado de
alimentarlo, me hizo acabar teniendo una relación estrecha con el animal e
incluso hacernos inseparables, a pesar de que nuestra amistad no
empezó con buen pie.
Nota.- Historia basada en una experiencia contada por mi
marido, Sebas, con su padre, Manuel.
Elisa Tamayo
1.2- El pobre de Huévar
“El pobre de Huévar”, como
así se le conocía en mi familia, desayunaba cada mañana en casa de la tía
Encarna. Era alto, delgado y rubianco.
Se movía con parsimonia y elegancia aunque no se sabía muy bien si eso
se debía a los rescoldos de un pasado de clase y abundancia, o a la debilidad
arrastrada por su estómago vacío. Vestía una chaqueta roída por el tiempo y
arrastraba unas alpargatas heredadas de algún vecino generoso. Tenía una edad indefinida
aunque se encontraba en una década seguramente más joven de lo que parecía.
Caminaba cada día desde
Huévar a Aználcazar para pedir limosnas por las casas y sobrevivir a su
pobreza.
El abuelo Rojas que así le
llamaba toda la familia, un hombre generoso para con su prójimo, invitaba a
Ernesto a sentarse a la mesa y sin darse cuenta y sin saber por qué, el mendigo
empezó a formar parte de sus vidas.
Un día cuando Encarna, la
hija mayor de Rojas, le estaba sirviendo el café y la tostada de manteca
colorá, le preguntó:
- ¿Cómo está el desayuno,
Ernesto? -
- El café está un poquito
frío y la tostá…no sé… a mí me gusta más la manteca de Arias.
- Contestó Ernesto
contrariado, como si de un miembro del jurado de Master Chef, se tratara.
Ernesto empezó cada día a
exigir más y sus anfitriones, accedían sin ningún tipo de problema a sus
deseos.
Un día, invitado por el dueño
de la casa, se quedó a dormir en el pajar y a partir de ahí, ya nunca más volvió a Huévar. Poco después, se hizo dueño y señor de la casa: ya no comía
ni dormía en el pajar. Se apoderó del dormitorio de Encarna. En una ocasión que
ella fue a Madrid a visitar a unos familiares, ocupó su cama. Cuando Encarna
regresó de su viaje, encontró su cama y su dormitorio, ocupado por Ernesto y
otros pequeños parásitos difíciles de exterminar.
Encarna y su padre, pasaron
de ser servidos a servidores. El pobre de Huévar se convirtió en algo
más que un miembro de la familia Rojas. Quisieron denunciarlo y echarlo de
su casa. Intentaron que volviera a su Huévar natal, a lo que Ernesto se negó.
Un día que el ocupa fue a pasear por el pueblo después de echarse su siesta correspondiente y tomar una suculenta merienda a
base de rosquillas y café con leche, Encarna tomó la decisión:
-¡Se acabó padre! He llamado
la cerrajero y ahora mismo lo vamos a hacer.
-¿Qué vamos hacer, hija?.
-Vamos a cambiar la
cerradura y este gandul, nunca más volverá a entrar en esta casa.-
-Hija mía, no sé... me da
pena, le tengo aprecio, es un pobre solitario sin familia y sin lugar adonde
ir.-
-¡De eso nada, es un cara
dura que se ha apoderado de nuestra casa y nos trata como a sus criados! ¡ Se
acabó! ¡No lo aguanto más!
El cerrajero vino y cambió
las cerraduras de las dos puertas, la de la entrada principal y la del corral. Al cabo de un
rato, Ernesto vino altanero y soñando
con la cena que Encarna le iba a preparar. Se sorprendió al ver que la
puerta estaba cerrada. La familia tenía la costumbre de tener las puertas
abiertas. Dio la vuelta por el corral y cuál fue su sorpresa al encontrarse esa
puerta cerrada también.
Empezó a llamar:
- ¡Abuelo
Rojas, abra la puerta que soy Ernesto!
Al mismo tiempo, una voz femenina, desde
el interior, le decía:
- ¡Aquí no vive ningún Rojas, se ha ido con su hija
Encarna a Madrid!
Ernesto se puso a aporrear
la puerta:
- ¡Abre sinvergüenza, abre, que esta es mi casa!
Encarna se asomó por la ventana y le dijo:
- ¡Sinvergüenza,
usted, que se ha apoderado de nuestra casa, desagradecido! ¡ Váyase por donde ha
venido1
Se hizo de noche y Ernesto
se sentó en el escalón de la puerta y se quedó dormido. A la mañana siguiente
cuando Encarna salió para hacer la compra, se lo encontró tomando un tazón de
café con leche que su padre le había preparado. Encarna indignada entró
rápidamente para regañar a su padre. Aprovechando un momento de descuido de la
familia, Ernesto entró en la casa y ya nunca más volvió a salir hasta que
enfermó y murió al cuidado de la familia Rojas.
Lola Rodríguez
2.- A partir de dos palabras aleatorias, elabora una historia
según las normas del Binomio Fantástico de Rodari.
2.1- Binomio de palabras: reloj - abismo
Un país se tiró al abismo cuando paró su reloj social en un
partido de fútbol. En el fondo del aquel abismo comenzaron a llorar las horas
de los que viajaban en pateras, los minutos de los que huían de las guerras ya
acompañados de los emberrinchados segundos de los pobres y maltratados.
Mientras tanto las manecillas del reloj paradas por el gran
acontecimiento gritaban: ¡Campeones,
Campeones!
El abismo, muy contento observaba como iban llegando cada vez
más relojes que se tiraban al precipicio prestando atención a multitud de
acciones triviales y banales…
Hasta que
llegó un momento en que entró en pánico ¡Se imaginaba su gran oquedad
ya repleta de miles y millones de relojes!¡ El abismo iba a perder su
profundidad! Se convertiría en lo que más odiaba... ¡en la cumbre…! una cima de
relojes parados ¡El abismo se sentía horrorizado ante tal perspectiva!
El caos se implantó en el mundo que parecía dormido, se detuvo el
tiempo. Cuando todo parecía perdido, apareció el viejo relojero de la
esperanza. Siendo éste un apasionado de su trabajo, comenzó a darle cuerda a
los relojes y todos funcionando juntos hacían un ensordecedor tic tac que
despertaron al planeta entero.
En una ciudad, un bombero salvaba a una familia y una madre
enseñaba a su hijo a comer; en otra, unos ancianos eran acompañados por sus
hijos en una excursión; los gobiernos firmaban la paz en el mundo, se eliminaban
las fronteras entre los países; todos los habitantes tenían trabajo y vivienda…
Los relojes se dieron cuenta que el tiempo salvaba vidas y
era muy valioso para las personas, pues se les estaba dando algo que no iban a
poder recuperar.
Elisa Tamayo
Las trompetas de las macetas
se abrían cada mañana y comenzaba un gran espectáculo de luz y color en la
terraza de mi apartamento. La primavera estaba en su momento álgido y mi balcón, lucía como un gran jardín. En la terraza de mi ático, solía ensayar para el
concierto programado en el conservatorio.
Ser el primer trompetista de la sinfónica de mi ciudad, no sólo era un
honor para mí, sino una gran responsabilidad.
Se acercaba el final del
curso académico y yo practicaba el concierto de clausura. Llevaba quince años
como profesor titular y por primera vez organizaba estos actos. Una mañana como
de costumbre, empecé a tocar la pieza para el concierto. ¡Pero cuál fue mi
sorpresa!. ¡De repente, las trompetas de
la macetas no paraban de tocar y hacer la competencia a mi instrumento musical!
¡Era fantástico!, ¡formidable!, ¡qué bien sonaban! Quise acompañar a las
trompetas de las macetas pero mi querida trompeta me traicionó.
No había forma que aquel
instrumento musical, compañero infatigable de los últimos veinte años y de los
momentos más difíciles e importantes de mi vida, participara acompañando a las trompetas de
las macetas.
No supe qué hacer. No tenía
tiempo para comprar otra, afinarla y ensayar con ella. Así que no tuve más
remedio que acudir al concierto con las macetas.
Cuando llegué al salón de
actos, encontré a todos los músicos de la orquesta arremolinados con la
directora. Estaban discutiendo muy acalorados y señalaban hacia el escenario.
Poco a poco me fui acercando sin poder dar crédito a lo que venían mis ojos: el
escenario estaba lleno con las macetas de trompetas. Todas al
mismo tiempo y con un extraordinario compás y afinación sonaron al unísono.
Nosotros los músicos tuvimos que retirarnos y entre bambalinas, escuchamos el
singular concierto. El respetable en pie, ovacionó la maravillosa actuación de
las trompetas de las macetas.
Lola Rodríguez
2.3 - Binomio de palabras: barca - tejer
Las mujeres
tejían en la barca los chalecos y calcetines de los maridos. Era una tradición
tan antigua que algunas ni sabían por qué lo hacían allí. Otras querían
recordar que sus abuelas le contaban historias que habían ido pasando de
generación en generación.
Era tan
aburrido tejer solas en casa que un día decidieron unirse todas. Hubo una
importante reunión para decidir donde hacerlo. Las prendas de abrigo se tejían
en los meses de buen tiempo, para que al llegar los fríos los cajones
estuvieran llenos. Ellos en la mar, cuando salían a pescar en invierno, tenían
que ir bien abrigados.
Empezó la
votación: en la plaza del pueblo, en la calle más alta, en el faro, en la barca
grande que había en la playa. Casi todos los votos se los llevó la barca. ¡La
querían tanto...!Un día había regresado sola, después de una tempestad y nunca
encontraron a su dueño. La llevaron a un montículo y la dejaron allí en
homenaje a todos aquellos que la mar no había devuelto.
Para ellas
también era un gran homenaje tejer allí.
Patrocinio
González
3.- “Deforma” palabras con prefijos arbitrarios y explica su
significado.
3.1 - Autoser: Define a la persona que se auto
regenera constantemente, poseyendo el don de la inmortalidad.
- Submargaritas: Dícese de chanclas utilizadas para
recorrer campos de margaritas sin dañarlas.
- Bitijeras: Utensilio utilizado para asegurarse
que todo el mundo come, dividiendo la ración de alimentos por la mitad.
- Hipoempresa: Multinacional dedicada a la
conservación del grito hipohuracanado
de Pepe Pótamo.
- Sobresofá: Gato dedicado a llenar de pelos los
brazos de un sofá, canapé o cama.
- Bioescusa: Acción de parecer preocupado para
tomarte la tarde libre.
- Antiojal: Son ojos que se niegan a abrirse.
- Supercaminos: Estudios dedicados a la alimentación
del futuro.
Elisa Tamayo
3.2 -
Desdormir: Falta de sueño, vigilia, insomnio.
Extratienda: Hipermercado,
gran supermercado donde se compran básicamente alimentos.
Antilluvia: Sombrilla que sirve para resguardarse de la
lluvia.
Megarisa: Dícese de las
risas escandalosas y prolongadas.
3.3 -
4.1- El cleptolibro entró en mi descuerpo, atrapó mi espíritu,
desde mi nacimiento antiniña, revolucionando la hemitierra hasta entonces
contaminada por la repetición de patrones repetitivos ya obsoletos. Desde
entonces el mundo que me rodeaba se convirtió en puro tebeo.
Elisa Tamayo
4.2 - Me pasé toda la noche
desdormida con la ilusión puesta en la inauguración de la Extratienda de mi
barrio. Como una chiquilla la noche de Reyes, así me sentía yo pensando en la
mañana del día siguiente. Me levanté muy temprano para estar en la puerta de la
extratienda y poder aprovechar todas las ofertas del día: “Tres tabletas de
chocolate negro 70% de cacao, a un euro”. Compraré varias docenas para regalar
a toda la familia, pensé entusiasmada.
Salí a la calle
apresuradamente y sin darme cuenta que llovía a cántaros. Volví a casa y cogí
mi fantástico antilluvia. Por fin puede llegar a la puerta de la extratienda y
colocarme junto a las estanterías de los chocolates. Pero mi precipitación y
pasión por las ofertas en las compras, me hicieron resbalar al tropezar con mi
propio antilluvia. El personal que se encontraba a mi lado y reaccionó de la manera
más humana y miserable posible con una megarisa.
Lola Rodríguez
4.3 - El
minialcalde estaba ofuscado su mal humor iba en aumento y aunque todo su empeño
era solucionar el problema su nombre se lo impedía. Si le hubieran puesto
maxialcalde, pero no, se llamaba minicalde. Tenía que conseguir que se lo
cambiaran, la hiperola se estaba acercando y arrasaría con todas las casas de
los pescadores, el pueblo desaparecería.
El
Subteléfono empezó a sonar. ¿Sí? Le he llamado sí, quiero convocar un pleno
extraordinario para dentro de dos horas. Se volverá a votar mi nombre, no puedo
solucionar esta catástrofe con el que tengo ahora, seguía bastante enfadado.
Después
del pleno y con su nuevo nombre “Granalcalde” su aspecto era otro, parecía
haber rejuvenecido algunos años quizás por esa energía que había vuelto a él.
Ahora había que darse prisa con la solución el tiempo se echaba encima.
En
el pueblo hacía tiempo había llegado un científico que tenía fama en toda la
región, en él pensó el Granalcalde. Estuvieron varias horas estudiando y analizando
el arduo problema, desecharon, cogieron, volvieron a desechar hasta que por fin
una de las ideas les pareció viable. El científico hacía tiempo que había
inventado un producto Antiagua que si se introducía en unas Microcabinas y paraban
el agua, pero faltaban los soportes donde colocar las Microcabinas.
Sólo
podían intentarlo con los troncos del Maxiárbol, así que llamaron a todos los
vecinos para que ayudaran. Poco a poco la playa se fue llenando de trozos del
Maxiárbol y en cada uno se colocaba un Antiagua. También les ayudó la deshoja,
otro invento del científico. El Maxiárbol tenía tantas que si se dejaban en los
troncos disminuían el efecto del Antiagua.
El
Granalcalde consiguió que su pueblo y su gente sobrevivieran a la Granola.
Patro González
12ª SESIÓN
2.- Elabora, al menos una estrofa de cada tipo.
2.1- Quintilla
Campo floreado
adolescencia temprana
sentirte embriagado
en un mundo soñado
sin pensar en el mañana.
Poema libre
Manto verde
de tu sierra moruna
donde Abderramán plantó su cuna.
Sierra morena
verde oscura
caminos recorridos
por romanos
por moros
¿Qué sé yo
de este verde vergel
abajo en la llanura?
Córdoba
con su casco antiguo
su judería
su rio, vivo
rio Guadalquivir
¡Que tanto ha visto y oído!
Reproches
Triste semblanza la tuya
Que viéndome dispuesta
Rechazas mi ayuda.
Tiempos mejores vividos
Y ahora agitados
Caigo en el olvido.
Dolor, hermanos de vida
Dolor en mi corazón
Que sabiéndome incomprendida
Os perdono
Y también me perdono yo.
Palabras crueles pesan sobre mi razón
Más yo quisiera ayudarte
Mas encuentro tu opresión
Reproches aunque tú los niegues
Así lo siento yo.
Elisa Tamayo
2.2- Quintilla
Estando yo en mi hacer a
Me arrulló la alegría b
La tuya, la que querer a
Ya casi ni quería, b
Ella meció mi doler a
Quinteto
Los días sin tí me van matando A
Recuerdos que siempre hacen llorar B
Horas eternas sigo pensando A
Momentos felices hacen quebrar B
Vivir sin tÍ seguir amainando A
Patrocinio González
2.3 Rutinas de verano
Pasar
por un puente a otro puente.
—El
pie breve,
la
luz vencida alegre—.
Vicente
Aleixandre
Vinieras
a
saltar
la comba.
¿Me
meto?
Métete
ya.
Con
una cuerda
con
dos.
Saltar
el látigo
rápido
rápido.
La
comba
y
su canción:
A
la barca fui
Me
dijo el barquero
no
se montan las niñas
que
no tienen dinero.
Saltando
en la tierra
seca
cuarteada
volandera
la falda
volar
volar.
Una
voz grita:
—A
merendar
—¿Otra
vez lo mismo?
—Es
lo que hay.
—No
me gusta.
Primera
y gran conjugación de cualquier verbo intragable.
—Da
gracias.
Dice
mi madre:
—Otros
niños no tienen que comer.
Segunda
conjugación y
te fueras dulcemente
a
desaparecer detrás del banco de los mayores.
Vale
otra
vez
correr
saltar.
El
rojo atardecer
nos
deslumbra.
De
nuevo la voz.
La
Almuédano
nos
llama:
—Para
casa
a
lavarse y cenar.
Ropa
limpia
jabón
de olor
tortilla
de patatas
gazpacho
majado
en
una cazuela.
Mamá
adiós.
La
calle impaciente y
la
esquina
cruzada
de brazos
nos
espera
para
saltar
hacer
equipos
jugar
al pañuelito y
al
coger.
La
una las dos
de
la madrugada ardiente.
Todos
en
los umbrales mágicos
sentados
todos
todos
cabemos.
Maribel Martín
3.1- Noches sin dormir.
Cuando no tengo sueño, me preparo alguna infusión relajante y
me dedico a la lectura. Ya con la vista cansada, me acuesto y escucho la radio.
Si no consigo entrar en el mundo de Morfeo, trato de relajar todo el cuerpo y
centrarme en la respiración profunda. Finalmente me digo a mi misma, si no
duermo, descanso.
Dormir durante el día.
Necesito crear el ambiente nocturno en la habitación donde
voy a descansar, echando persianas abajo,
cerrando cortinas y un factor importante, sin ruidos o esperar a la hora
de la siesta, momento en el siempre duermo y no me molesta nada, hecho que
pienso estará relacionado con la digestión de los alimentos ingeridos.
Cómo duermen juntos dos hermanos.
De pequeña, recuerdo de haber dormido con mis hermanas.
Cerrábamos los ojos tras largas
conversaciones, secretos compartidos y a veces leyéndonos mutuamente un libro,
la que escuchaba era la que antes se dormía. Descanso agradable y
reconfortante, la cama se convierte en un nido, tal vez por ese invisible
cordón umbilical existente entre los hermanos.
Siempre muy relajados, a veces exhaustos; juntitos, dándose
calor; entrelazados con los brazos o las piernas.
Dormir al aire libre.
Directamente no puedo dormir al aire libre de noche, al no
ser que me encuentre dentro de una tienda de campaña, en este caso como si
estuviera en mi casa. En el campo abierto, tengo miedo, los árboles, rocas,
montañas se convierten en bultos sospechosos y los sonidos de animales, ruidos
amenazantes hacia mi persona.
Si es de día, estando en una posición confortable para
dormir, me encanta caer en el sueño profundo a través de sonidos de pájaros o
las olas del mar.
Camas en las que has
dormido.
Recuerdo haber dormido de joven en la típica cama- mueble,
asignada a cuartos con poco espacio. También en camas normales de noventa, en
sofá-cama; en colchonetas inflables de camping e incluso en litera tanto en la
parte superior como la de abajo; en la cama de un barco y en el coche-cama del
tren. Donde mejor he dormido siempre es en la cama de matrimonio y mejor, si es
la de mi casa.
Dormir en los viajes
Dormir en países
extranjeros
En general, el primer día
me siento nerviosa y extraño lo habitual, pero el segundo con el ajetreo
y cansancio físico suelo dormir como un “tronco”.
Nota.- Siempre he envidiado la facilidad que tienen algunas
personas para dormir en cualquier lugar y circunstancias.
Elisa Tamayo
3.2- El sueño, descanso que nos acoge, nos mima y nos recupera.
Amanece un nuevo día, entero por vivir y renovados, queda tan lejos, tan
pequeño aquello que sucedió ayer.
También están esas noches que el sueño solo quiere ser mi
compañero unas horas. En vela hasta el amanecer y mi mente sin parar de hablar,
¡¡schhhh calla un rato!! un vaso de leche, unas galletas, un rato de lectura,
ufff que desespero, ¡¡que amanezca ya!!
El verano llega y el sofocante calor no se despega de
nosotros, poros abiertos, sudor, exceso de luz, días eternos; no se puede vivir
el día si no es haciendo dos, dormir la
siesta esa cura a nuestro alcance. Dormir con hermanas, cuando el amor, la protección y la
seguridad estaban tan cerca. La edad adulta te lleva a buscar otro amor
distinto, fuerte, intenso y carnal, el amante, el que todo lo da y vuelves a
sentir ese amparo, cuidado y calor, no estás sola, el sueño llega y permanece.
Imposible dormir al aire libre, demasiados miedos;
animalitos, bichejos, animalotes grandotes. Me pueden atacar, matar, violar, ¡qué indefensión!
¡Han sido tantas camas en las que he dormido! empiezo en una
de hierro y colchón de lana y continúo en una de madera. Desde ahí solo
recuerdo los distintos pueblos, ciudades y paises: por trabajo, Zaldívar en el país
Vasco, Baqueira-Beret en Lérida, Calan
Porte en Menorca; por turismo conociendo su gente, su comida, sus costumbres,
edificios, historia: Galicia, Tarragona,
Barcelona, Madrid, etc. en el
extranjero, Lagos, Lisboa, Coímbra y Oporto en Portugal, Venecia, Florencia, Lago di Como, Milán en
Italia. Todas me evocan un descanso según el momento que vivía. Termino en otra de hierro y
ahora sí, necesito más espacio, mi espacio, más amplitud, ésta es grandota me
lo da, ahora que el sentir es otro, ahora sí importa. Me encanta esta cama, me
protege, me acaricia levemente, me
aconseja, me acompaña en mis sueños, esos que tenemos cuando no dormimos y mientras
sí lo hacemos.
Patrocinio González
Viejo insomnio
Viejo insomnio
3.3- Inoportuno compañero que acudes a mí cada noche.
A veces te escabulles con una simple infusión y lectura.
Otras
un gato suave que me alerta
con mullidas pisadas y un leve ronroneo.
Me hablas al oído,
Levanta te espera el
papel. ¿A qué esperas dormilona?
¿Dormilona yo?
Aprovecha este tiempo
que te regalo
Creo que me grita.
Poco a poco inicio un escrito, lento en su realización
el hipnótico hace su efecto sutil.
Un perro ladra
una
y otra vez,
habrá visto al gato del vecino.
En poco tiempo se calma la noche,
abro la ventana,
entra el calor de las madrugadas veraniegas del sur.
Soñolienta, voy escribiendo versos y acordándome de sus
besos
dulces y húmedos que hacen que me desvanezca.
Con un nuevo delirio amoroso, conseguiré dormir
Y te engañaré,
insomnio.
Maribel Martín
4.- Al principio de la página, anotar el nombre de un río,
una ciudad, un color, una calle, una fruta, un mes, un trabajo. Narrar el
primer beso, añadiendo a lo largo del escrito, cada una de las palabras
anotadas, sin orden ni concierto, sobre la marcha.
Guadalquivir, Córdoba, azul, La Feria, sandía, Agosto, Jardín
Botánico.
El Primer Beso
4.1- Era Agosto, cerré los ojos para concentrar mis cinco sentidos
en ese impulso hasta ahora contenido hacia el ser deseado. Nos fundimos en un
abrazo, rozándonos los labios, apretándonos las bocas, ahora ya abiertas y
húmedas, chorreantes como sandía fresca en una tarde calurosa en Córdoba.
Nuestras lenguas se conocieron, entrelazaron, descubridoras de dientes,
paladares, cielos azules resplandecientes. Mi mente volaba como ave planeadora
sobre el río Guadalquivir, recogiendo por momentos cualquier misteriosa
corriente de aire que me empujara hacia tu interior.
Orquídea con olor a vainilla, romero, lavanda y jazmín; mil
olores me llegaban como si en un Jardín Botánico estuviera. A todo eso me
sabían tus besos ¡Una feria para mis sentidos!
Tragarte, fundirme, chuparte, explorarte, succionarte;
lamerte la cara, los ojos, las orejas, la nariz y tú hacías lo mismo conmigo.
Intercambio de fluidos largo, no pausado. Besos deseados del deseo carnal más
primitivo.
Cuando volví a casa, me sentí rechupeteada y feliz con mis
instintos naturales complacidos. Encerrada en el baño observé mi lengua frente
al espejo, cerré los ojos y reviví ese largo beso, larguísimo.
Elisa Tamayo
El primer beso
4.2- Guadalquivir, Sevilla,
rojo, amapola, naranja, abril, asistenta social.
El beso de pasión rojo, agrietado, roto, desmesurado,
aborrecido, extendido cual río Guadalquivir.
La joven no ha entendido, ¿donde el cariño naranja? ¿Dónde el
sentimiento amapola?
Sevilla se va alejando, emociones encontradas, alegría también, no
entiende, ella no entiende.
Abril fue testigo,
testigo mudo de un no sentir, de un no
entender.
Patrocinio González
La caída
El bofetón matutino al salir de mi casa, gases, humedad, oigo los ruidos, huelo las naranjas podridas en el suelo de la acera, que piso y reviento, y el aroma que desprenden las verdinas nacidas en las umbrías de esa bella pared inmóvil, siempre mirando al norte.
La caída
El bofetón matutino al salir de mi casa, gases, humedad, oigo los ruidos, huelo las naranjas podridas en el suelo de la acera, que piso y reviento, y el aroma que desprenden las verdinas nacidas en las umbrías de esa bella pared inmóvil, siempre mirando al norte.
Me resbalo y siento el dolor que me
provoca mi pie torcido, me siento en el bordillo de la acera e
inspiro profundamente, acaba de pasar un autobús, todo lo inunda de
humo denso y negro que apesta a contaminación.
Ya se me ha pasado la reacción vagal,
producto del dolor intenso de la torcedura, voy recuperando mi
olfato que había quedado agotado tras el paso del autobús. De
pronto una fragancia suave pero intensa a la vez me va alegrando la
mañana, coincide con unos rayos de sol que se han colado entre los
edificios y alumbran al naranjo, despertando a unas pocas flores
dormidas de azahar, que acuna en su copa.
Estoy en la acera, nadie se ha
percatado del evento sufrido ¿Qué será lo que piensan al verme
allí en la calle sentada al lado de un árbol?. La inhumana vida que
vivimos nos ha cerrado los sentidos; no miraron ,no sintieron mi
dolor, ni oyeron mis quejas, ni me tocaron como expresión de apoyo
y ternura.
En ese instante me doy cuenta, nos
hemos olvidado de la compasión por el ser humano que se encuentra
junto a nosotros , incluso, cuando sufre.
Al cabo del rato extiendo mi brazo y
me agarro al naranjo que me sirve de bastón y apoyo para levantarme
.Vuelvo a oler el aroma de las flores de azahar, quizás con más
intensidad. Una vez puesta de pie, me abrazo a él, siento su tacto
rugoso y amigo.
Alguien que pasaba en ese momento hizo
un comentario jocoso porque abrazaba a un árbol.
Yo me sentía reconfortada, al menos
un hermoso ser vivo, un árbol, me había ayudado en mi descalabro.
Maribel Martín
11ª SESIÓN
Propuesta de trabajo
2.- Elabora, al menos una estrofa de cada tipo.
2.1- Pareado
Compañero de camino
Un verdadero amigo
Recordaré tu amor
Donde nazca una flor
Charlaras con ellas
Seguro con las más
bellas
Recolectaras frutos en
el horizonte
Cazarás en el monte
Filofasearás con las estrellas
Serás amante de ellas.
Viviré tu albedrío
Donde corra un rio
Si en la madrugada
despierto
Tendrás un libro
abierto
Te tendré en el
pensamiento
Hasta mi último
aliento.
-Terceto encadenado
Pasa la vida
Como corriente del rio
Hay que vivirla.
De los pesares me río
Mirando el cielo
Junto al amor mío.
-Soleá
Lucero del alba
Mar en mis lágrimas
Abrazan mi almohada.
Indiferencia en la
mirada
Indiferencia de su piel
Estoy desamparada.
Con su lengua afilada
Mi mundo al revés
Entre nosotros nada.
-Cuarteto
En el campo de la vida
No quiero dejar de ser
niño
Y perder tu cariño
Crecer en tu corazón
enraizado.
Elisa Tamayo
3.- Elige una fotografía (de un lugar, de un familiar, tuya, de tu mascota…) Escribe una historia en torno a ella en tono de suspense.
3.1
-La niña fue
fotografiada en la feria antes de su desaparición- apuntó Magda, la ayudante del comisario- El matrimonio tenía dos hijas, ella era la menor.
López le pidió que le enseñara la foto. Era antigua, en blanco y negro. La pequeña Rosi tenía apenas
dos añitos, pelo corto, vestida con
traje y sandalias veraniegas. Se encontraba sentada en una butaca de un falso
decorado de feria tan frecuentes en la época de los cincuenta y sesenta, donde
los fotógrafos hacían recaudación con la venta de un bonito recuerdo para la
posteridad, en esta ocasión no resultó así, la niña llevaba más de cincuenta
años desaparecida.
En otros casos el expediente ya se hubiera archivado, si no
fuera porque hacía unos meses el comisario López había recibido una carta
anónima, asegurando que aquella chiquilla seguía viva.
-Habrá que encontrar algún
hilo de dónde tirar, un detalle de la foto que se les hubiese pasado en su
momento a los agentes. Por favor Magda, siéntate conmigo y descríbeme lo que ves
en la imagen- insistió
López.
-Vale, jefe- le contestó arrimando su silla a la
mesa de él -. Veo, veo…una maqueta; es la
fachada de una casita de no más de 1,50 X 1,50 cm, adornada con hojas de parra, con
una puerta principal, justo en lo alto un letrero con el nombre “VILLA RATITA”. Delante, una muñeca, una ratoncita simulando barrer la puerta; un gran ventanal
con toldo y cortinas de lunares. En ambas esquinas de la fachada unas pequeñas
butacas de rafia; en la de la izquierda, Rosi, sentada. Al fondo la figura de un
hombre cuyos rasgos no se distinguen. Por la postura de la pequeña diría que la
foto fue tomada en el momento que ella se incorporaba. Además, por la expresión
de su cara, no estaba muy conforme. ¡Sabe Jefe!, todo el conjunto me recuerda a un
cuento clásico que me leían de pequeña, "La ratita y el gato" o "La villa de Ratita", no me acuerdo.
¡En fin, es lo que veo!- expresó Magda con ojos de asombro.
-Pues no tenemos nada.
¿Sabemos algo de los familiares?-Preguntó López.
-¿Y la carta que
recibiste?- Le cortó
la ayudante.
-¡Buena idea! Vamos a
hacer un gasto extra. Mándala a analizar, a ver si hay huellas o rastros de
ADN. Con el resultado del laboratorio…ya me dices. ¡Gracias!- concluyó el comisario López.
Tras varias semanas…
-¡Buenos días,
comisario! Traigo buenas noticias- Magda le entregó un dossier- . El análisis confirma que el que escribió
la nota tiene el mismo ADN que la desaparecida. No han encontrado huellas. Sin
embargo, había restos de saliva en el pegamento del sobre y el sello.
-¡Bien hecho Magda! Yo
haré pesquisas por el pueblo. Hablaré también con el antiguo párroco que, aunque
ya no ejerce, hubo de conocer a la familia - afirmó López.
El comisario López se acerca a la vivienda de D. Luis, el
anterior sacerdote de la localidad.
-¿No voy a recordarlo?
Después de la desaparición, todo el pueblo quedo consternado. Sara, la madre,
entró en un estado depresivo grave y posteriormente fue ingresada en una
clínica psiquiátrica, a las afueras. Durante estos años, el padre y la hija
mayor vivieron a sólo cinco minutos de donde nos encontramos. Por desgracia,
fallecieron hace un año en un accidente de tráfico.
Entonces… ¿Quién
escribió el anónimo?- se preguntó pensativo el comisario.
Era un lugar tétrico. En la entrada, un gran jardín que
parecía abandonado. “La Clínica Hijos de Dios”, era la sombra de lo que
antiguamente sería un caserón majestuoso.
El comisario y Magda se presentaron. La anciana madre de
Rosi, los recibió con entusiasmo:
-Estoy contenta que
hayan venido. Ya pensaba que no habían recibido mi carta. ¿Y mi hija Rosi? ¿La
han encontrado?
- ¡ Ejem, ejem…! en realidad
venimos a que usted nos ayude a hacerlo - comentó López, azorado.
-Ha transcurrido
demasiado tiempo, pero les puedo narrar lo acontecido aquella maldita noche. Mi
marido era un gran bebedor y además celoso. Esa tarde ya iba cargado cuando la
mala lengua de un vecino le volvió a recordar la dudosa paternidad de Rosi, ya
vox populi en el pueblo… - los ojos de Sara se nublaron.
-Por favor tiene que ser sincera si quiere que le ayudemos ¿Y
los rumores, eran ciertos? - el
comisario le ofreció un pañuelo.
Pero volvamos a la
noche en cuestión, mi esposo arrebatado por la ira me quito a mi niña, con
juramentos de que no la volvería a ver nunca más. Yo supe por mi hija mayor, Sarita, que se la entregó a su padre biológico. Más tarde, caí enferma y el
desgraciado de mi marido me interno aquí. Desearía volver a verla, explicarle,
decirle que nunca la he olvidado…- rompiendo a llorar.
-No se preocupe, Sara. haremos todo lo posible por encontrarla - apuntó Magda, también emocionada.
En el camino de vuelta a la comisaría, López rompió el
incómodo silencio.
- ¿Sabes Magda? Esta
historia me ha conmovido. ¡Vamos a tirar de los ficheros! Localizaremos a ese tal Merlín!
Y pasó el otoño, incluso el invierno y al llegar la
primavera, una patrulla de la comisaría cercana a la clínica, hizo una entrada
triunfal. Tres personas bajaron del auto, una de ellas era una civil, una mujer
madura, atractiva con una gran sonrisa en los ojos y un cuento debajo del brazo: “La Ratita Presumida”.
Elisa Tamayo
3.2
La Cucharilla
3.2
Como cada mañana, las
campanas sonaron a las 6 en punto. Aquel día, como de costumbre, el hermano
Daniel, revisó las habitaciones de los seminaristas, una por una. Todo estaba
en orden.
Después de los laudes,
tomaron en silencio el tazón de leche y pan y volvieron a sus habitaciones
hasta las 8 de la mañana, hora en que comenzaban las clases. Era un día
especial, terminaba el curso y volverían a casa de vacaciones hasta septiembre.
Al final de la mañana
tendrían un almuerzo especial de garbanzos con bacalao y dulce de batata de
postre. Después de hacerse la foto de fin de curso, sus familias los estarían
esperando para llevarlos a sus casas.
Antoñito Arjona, estaba muy contento: dejaba la casa del Señor pero volvería a ver a sus padres y a sus hermanos.
Soñaba con correr por las calles de su pueblo y jugar con su perrita Curra.
Cuando estaban despidiéndose
de los compañeros y de los hermanos Rafael y Daniel, el padre Nicolás, tocó el
silbato como lo hacía en el recreo para poner orden. Un silencio sepulcral invadió la sala.
La voz grave e impetuosa del
Director del seminario se hizo notar:
- ¡Falta una cucharilla del comedor, de
aquí no sale nadie hasta que la devuelva el ladrón y que el Señor lo perdone
por semejante fechoría!
Las madres se santiguaban y
se tapaban la boca con los ojos abiertos de asombro y preocupación. Los padres
golpeaban a sus hijos en la cabeza rozando los bonetes que, en algunos casos,
llegaron al suelo.
- ¿Tú no has sido verdad,
hijo?…mi hijo es incapaz de hacer eso, está estudiando para cura y esas cosas
las castiga el Señor.- Decía la madre de
Manolito Baena.
El padre Nicolás volvió a
intervenir:
- ¡ De aquí no sale nadie hasta que no aparezca la cucharilla! - Un
gran murmullo se escuchó en toda la sala - ¡Todos a la capilla a rezar! Oraremos para que aparezca la cucharilla y el pecador.
Después de dos horas de
rezos y plegarias, volvieron al salón de actos donde anteriormente habían
recogidos sus diplomas y las notas finales del curso.
En la tribuna y de izquierda
a derecha: el hermano Rafael, D. Nicolás y el hermano Daniel. Comenzó hablando
Rafael con su habitual tono pacífico y sedante:
- ¡Hermanos! Confesad esta
travesura y el Señor os perdonará. Si no lo hacéis, el pecado será mayor y Dios
os castigará.
A continuación tomó la
palabra el hermano Daniel:
- ¡Esto es intolerable. Habéis faltado a los
mandamientos! ¿Ya no os acordáis?:¡No robarás!. ¿Pero qué clase de sacerdotes
seréis si estáis faltando a la ley de Dios?
D. Nicolás dijo:
- Os vamos
a dar una última oportunidad. Entraremos en el salón de actos, uno por uno.
Daremos la ocasión a aquel que se haya llevado la cucharilla para que la
devuelva. Si la cuchara aparece, os podréis ir a casa; si no, os quedaréis
todos. Pasaréis el verano aquí castigados.
Antoñito Arjona, salió y se
abrazó a su madre llorando.
- ¡No es justo madre, yo no he sido, no tengo nada y
como no aparezca la cucharilla me voy a quedar aquí todo el verano castigado!.
Su madre lo tranquilizó y
diciendo:
- Tranquilo Antoñito, ya verás como aparece el ladrón o mejor dicho,
el cabeza hueca. ¿Para que querrá una cucharilla, el tonto…?
Cuando su madre lo abrazaba, le tocó en el bolsillo y notó algo rígido y largo.
-¿Qué es esto, Antonio? - Preguntaba la madre entre dientes para que nadie se diera cuenta -. ¿No serás tu el
ladrón?. ¡Por Dios, Antoñito, que te mato!
Antoñito entre sollozos le
repetía a su madre una y otra vez:
- ¡No, madre, yo no he sido, no! ¡Te juro que
yo no he cogido nada! ¡No sé cómo ha ido a parar la cuchara a mi bolsillo!.
En ese momento, el padre
Nicolás, dijo:
- ¡Arjona, tu turno!
.
Antoñito entró en el salón
de actos aguantando las lágrimas y temblando de miedo. No entendía nada, ¿cómo
había llegado la cucharilla a su bolsillo?. Él, no la había cogido; él, no hacía
esa clase de cosas. Seguro que había sido Benítez, pensó. Le gustaba reírse de
los demás.
Antonio Arjona, entró en el
salón de actos despacio y en silencio. Se sentía más pequeño aún. Nunca había
entrado en este recinto, vacío. La vieja madera del suelo crujía más que nunca.
Los ángeles y santos de los cuadros que colgaban las paredes, le señalaban con
el dedo y sólo les faltaba decir: “¡ ladrón, ladrón,
suelta la cucharilla!”
Antoñito llegó hasta la mesa
presidencial para soltar la cucharilla. Estaba convencido que alguien lo
vigilaba. Seguramente el hermano Daniel o Rafael estarían detrás de la cortina
y cuando él soltara la cucharilla, dirían:
-¡Ah,
te pillé, ladrón!
Pero cuál fue la sorpresa
del futuro sacerdote cuando vio que en la mesa había alrededor de cuarenta cucharillas una a continuación de otra. ¡No se lo podía creer! ¿Qué estaba pasando? ¿Se estaba
volviendo loco?. Contó las cucharillas. Efectivamente, había cuarenta y siete y
en su clase eran 49 alumnos. ¿De dónde habían salido tantas cucharillas’? y
¿quién le había puesto a él, una en el bolsillo...?
Lola Rodríguez
5.- Investiga:
- Entra en una tienda de ropa y elige prendas que nunca
comprarías para ti.
- Elabora un relato con la experiencia como hilo conductor.
5.1-
5.1-
Mi marido trabaja en una empresa de control de plagas y
necesitaba ropa especializada. Decidí acompañarle a una tienda de vestuario
laboral. Al entrar en el comercio me
sorprendió la cantidad de maniquíes que representaban con sus atuendos, a la mayoría de las profesiones. Había ropa del sector sanitario, de hostelería, construcción,
jardinería, industrial… y un sinfín de complementos como protectores para
cualquier parte del cuerpo.
Esperando a que mi esposo, Carlos, saliera del probador y distrayéndome
en el apartado de ropa de mujer, me quedé atónita al encontrarme un uniforme de
criada de lo más clásico: vestido negro corto, por lo alto de las rodillas y redondeado delantal blanco rematado con puntillas. Como complementos, la cofia
blanca para la cabeza, y las manos enguantadas.
En esos instantes me transporté
a mi niñez, aquellas tardes de sábado que emitían en la pequeña pantalla
películas en blanco y negro de Gracita
Morales, que hizo famosa la frase “¡Sí, Señorita! “con su voz atiplada dicha
con retintín, de filmes como “Chica para Todo” o “¡Como está el servicio!” de
finales de los años sesenta.
Sumergida en mis pensamientos, no me percaté que Carlos se
había situado detrás de mí y me susurraba al oído:
-¡Pruébatelo, que me da
morbo vértelo puesto!
Me hizo gracia su propuesta y lo hice. Ante el espejo del vestuario parecía otra persona que se
hubiera disfrazado para ir de carnaval ¡Diría que hasta me favorecía! Estaba
deseando ver su reacción. Y no tardé en ver que se dirigía a mí con ojos brillantes,
lascivos:
-¡Cómpratelo!
Me di unos minutos para pensármelo y le conteste:
-Hacemos un trato, me
lo llevo. A cambio te llevas el de…¡bombero!
Desde aquel día, cada sábado protagonizamos nuestra propia
película “El bombero y la chica de servicio” pero esta vez en color y el que
repite la célebre frase: ¡Sí, Señorita...! es él.
Elisa Tamayo
5.2-
No soy ni la madre ni la abuela, soy la novia.
5.2-
No soy ni la madre ni la abuela, soy la novia.
No soy ni la madre ni la
abuela de la novia, soy la novia. Esa fue la frase que emplee el día que fui a
mi primera cita para elegir el vestido de novia. Las empleadas, todas ellas muy
monas, educadas y políticamente correctas, aguantaron el tirón apretando los
labios para no soltar las carcajadas. Pero como buenas profesionales,
contestaron al unísono:
- ¡Noo, no pasa nada, es lo
más normal… -¡lo que hay que hacer para conservar un empleo!, pensé yo -.
No he podido resistirme a
contar esta experiencia porque ha sido más religiosa que la que acabamos de
celebrar en Santa Ana.
No había visto más alfombras
rojas ni más dorados desde la última retrasmisión de los premios Oscar. Hasta
la pantalla del ordenador donde te muestran la colección de temporada, era
elegante. Os preguntaréis ¿cómo va ser una pantalla de ordenador elegante? Pues
sí, esa pantalla lo era.
Sentada en un sillón de piel
mullidito pero incómodo, observamos en el ordenador un desfile de modelos guapísimas
y altísimas. Mientras tanto, yo intentaba imaginar mi
cuerpo metido en esos trajes, al tiempo que observaba los precios de los
vestidos. ¡Dios de mi vida! ¡Si por lo que cuesta una manga, nos podríamos ir
de viaje de novios a Tenerife como en los 80!
Escuché atentamente los
consejos y recomendaciones de mi asesora de imagen, aunque realmente no me
hacía falta; asistí acompañada de una, mi personal shopper, o sea, mi prima Diana.
Por fin pasamos al probador. Tamaño: salón de un piso de protección oficial pero de los grandes.
¡Dos horas!, ¡dos horas!,
subida en un taburete glamurosísimo de piel blanca, rodeada de espejos enviados
directamente de Fátima o de Lourdes, no sabría decir (¡y mira que yo soy
creyente!). Jamás me había mirado en un espejo donde la que estaba en frente, o
sea yo, estuviese tan delgada, tan alta y no sé…, me atrevería a decir que
hasta más guapa.
La empleada del mes de
Pronovias, empezó a sacar modelos, no sin antes ofrecerme unos maltratadores
de pies a juego con el vestido. Como la Virgen del Rocío en su aldea ese famoso
lunes por la mañana, así me sentía yo luchando contra la gravedad. Me subí
literalmente a unos tacones de agujas que no me los merecía.
Durante dos horas, la
aduladora empleada que no dejó de subirme la autoestima en todo momento, eso
sí, detrás de un piropo, añadía:
- ¡Para la edad que tienes...!
O esas odiosas coletilas:
-¡Cuando se tiene una edad...!
Aunque la frase que más me
jorobó fue cuando dijo:
- ¡A mi abuela y mi madre, también les gusta ese estilo...!
Pero el clímax de la
experiencia fue cuando la novia madurita empezó a probarse vestidos. Durante
varios días, y eso es totalmente cierto, estuve tomando Ibuprofeno y Diazepam.
¡No penséis que me acatarré de tanto vestirme y desvestirme, o que el Diazepam fue por los nervios de la
boda…! ¡Noo…! ¡ Yo no sabía lo que pesa un traje de novia!. ¡Qué agujetas!¡Por
Dios! Pero ¿eso…por qué?. Ahora
entiendo por qué todas las novias cuando entran por el lugar donde se
casan, lo hacen tan despacito, ¡si es que no puedes ni andar.!
Cuando te casas a los 55,
tienes un paquete de todo incluido como en los cruceros, pero de bursitis,
artrosis, juanetes… etc Y que conste que los 55 no han sido como los de
Rajoy, sin el 1. ¡NO...! Han sido bien elegidos, desde la libertad y el amor y, como dice el novio, nunca es tarde, si la
novia está buena…
Lola Rodríguez
1.- Propuesta de trabajo interactivo (durante la sesión)
1. Tomar
un poema
2. Presentar
a cada componente del grupo dicho poema, con algún verso en blanco (distinto para cada miembro).
3. Cada
uno completa los versos que están en blanco.
4. Se
lee el poema final compuesto por todos los miembros.
5. Se
compara con el original.
2.- Elaborar un poema con rima consonante y
cruzada.
Bajo la luna moruna
En el corazón de un lago veo a mi amado
Amor árbol frondoso, enraizado
Los amantes van a una.
Aire denso, espeso
Nos amamos sobre verdes plumas
Acariciándome me abrumas
Más con tu profundo beso.
Todo sentir
Dos corazones en la misma latitud
Cuerpos abandonados en laxitud
Todo vivir.
Diferentes almizcles de nuestros cuerpos emanan
El romero, los jazmines cantan
Las ramas de los arboles hablan
Y una vez más nuestros espíritus se hermanan.
¡Lluvia de estrellas en un solo cuerpo, amanecer en tu pupila
clara!
Elisa Tamayo
A
la niña de mis ojos
Soleares
Yo ya te estaba queriendo
antes que tú vinieras
contigo estaba soñando,
antes que tú aparecieras
…
Llegaste y era de noche,
pero entró la primavera,
el sol por mi ventana,
la luna y las estrellas.
…
Aunque algunos vinieron,
nunca me fui con
cualquiera.
Yo te estaba esperando,
antes que tú aparecieras.
…
Por eso te digo gitano,
aunque alguien te
quisiera,
que tú estuvieras
pensando,
más que yo, nadie lo
hiciera.
Lola Rodríguez
con
piel suave de ciruelas
ni
la mires, ni la toques , ni la huelas.
Amores
como los trampantojos
la
falda al aire con lunares rojos.
Mirada
que desconsuela
aparece
por la callejuela.
Carita
dulce con sonrojos
corre
vuela la luz te lleva
busca
en el cielo o en el mar tu tesoro.
Maribel Martín
3.- Elaborar un poema con rima asonante.
Pateras
Como aves madrugadoras
Bajo un paraguas de estrellas
Esperanzas en la mar brava
Miradas en lejanas rocas
Voces quebradas
Por olas locasA
la niña de mis ojos
con
piel suave de ciruelas
ni
la mires, ni la toques , ni la huelas.
Amores
como los trampantojos
la
falda al aire con lunares rojos.
Mirada
que desconsuela
aparece
por la callejuela.
Carita
dulce con sonrojos
corre
vuela la luz te lleva
busca
en el cielo o en el mar tu tesoro.
Elisa Tamayo
RIMA
ASONANTE
A
la luz de una vela
escribo
mi poema.
Acabo
deprimida
con
mi rima.
Llevo
a cuesta
el
final asonante .
Federico
baja
y
de una vez ataja
esta
inútil voz.
Ilusiones por una digna existencia rota.
Maribel Martín
4.- Elaborar un poema con rima interna. -
Unidos
No soy yo, soy tú
Un tú nuestro
Entraste en mis venas
Entre tú y yo no sé dónde está la frontera
Mientras tu yo se sumerge en mi yo
Venas abiertas hacia mi corazón revientan
Poseída me encuentro con tu yo en mi yo.
Elisa Tamayo
5.- Elaborar una historia partiendo del supuesto siguiente:
Paseaba
el gato
a
su sombra maullaba
la
luz de la luna.
Alargaba
el canto
corría
el perro
detrás
de la sombra del gato.
Con
sus saltos quería
subir
a la pared
y
cantar a la luna
también.
Maribel Martín
5.- Elaborar una historia partiendo del supuesto siguiente:
Primeras
horas de una noche de otoño. Sala de estar de una casa. Una anciana está sola
viendo la televisión.
1)
A través del ventanal los rayos del día se iban apagando formando sombras chinescas dentro de la modesta salita de estar donde se encuentra Doña Carmela sentada en un confortable sillón orejero, ante una mesa de camilla con tapete de ganchillo elaborado por ella misma, como también varios cuadros florales que adornan las paredes, realizados a punto de cruz; en frente, el aparador clásico con pocos libros y muchas fotografías que le miran de reojo, imágenes de otros tiempos; cuatro sillas de madera para las visitas; en el centro parpadeante una televisión.
La abuela tejía una bufanda y a la vez escuchaba su telenovela favorita “La Cuervo”.- -
- ¡Bruja, más que bruja! ¡Mira que eres mala!
A cada insulto de Doña Carmela hacia la protagonista, se le saltaba un punto de la labor.
- ¡A esa la pondría yo a cavar olivos, a fregar suelos de rodillas para que supiera lo que es trabajar y pasar penas!...
¡Qué bueno! Cuando te enteres de que el marido te va a abandonar por otra, el amor de toda tu vida… ¡y te vas a quedar sola! Sola con tu dinero. ¡Toma, por malvada!
¡Ay, que llega el esposo con la otra! ¡Verás, verás…la que se va a liar!...
Doña Carmela con los ojos desorbitados y la boca abierta, deja la labor sobre la mesa, gritando:
- ¡Os están esperando con una pistola tras la puerta! ¡Corred, no entréis!…
“En el próximo capítulo…”
- ¿Qué? Hay que fastidiarse.¡Siempre lo dejan en lo mejor! Bueno, aquí ya no se ve nada. Se nota como se van acortando los días en noviembre.
Doña Carmela, toda enfurruñada decidió apagar la televisión, ponerse sus zapatillas de caminar y dar un paseo. Nada más salir de casa, se encontró con una intempestiva tarde otoñal; el viento soplaba con fuerza arrancando las hojas de los árboles. La oscuridad iba abrazando las calles y en las últimas horas apenas se cruzó con nadie.
De regreso a su hogar, al abrir el portal escuchó unos gemidos. Al pronto se asustó pensando en una situación peligrosa, sintiéndose indefensa ante cualquier agresión imprevista hacia su persona. El quejido continuaba. Percatándose del que el emisor tenía más miedo que ella, decidió investigar. Y allí, tras la entrada del edificio descubrió una bolita de pelo, temblando, mirándola con ojillos asustados.
- ¿Qué te pasa perrito?
El cachorrillo comenzó a lamerle las manos y ella, con palabras cariñosas consiguió que la acompañara hasta su salita, donde enseguida lo acomodó en una vieja palangana cubierta con una manta.
Esa noche, Doña Carmela, compartió con el pequeño invitado su cena mientras veían la televisión:
- Buenas noches, hoy abrimos el informativo con el triste dato aportado por el ministerio del interior donde consta que casi dos millones de ancianos viven en soledad, siendo los motivos muy diversos, desde que las parejas tienen menos hijos y estos se desplazan a otras ciudades o países a trabajar, a que cada vez las familias están más desestructuradas… bla, bla, bla
Doña Carmela con una sonrisa en los labios y los ojos brillantes exclamó:
- ¿Ves perrito? tú y yo no estamos solos… además, tenemos la televisión.
Elisa Tamayo
2)
2)
Uff! Después de un largo
fin de semana, acompañada de toda su parentela, ¡por fin se quedó sola! La
celebración del día de Acción de Gracia era una tradición muy arraigada en su
familia. Catalina Pirelli, de madre italiana y padre judío, se tuvo que casar
con un americano de ascendencia escocesa, para cenar cada año, el cuarto jueves
de noviembre, un pavo al horno que detestaba.
Aquella noche de otoño,
Catalina cerró los ojos mirando la televisión. Tenía esa costumbre que tienen
los mayores de dormir y ver al mismo tiempo, la película o el programa de turno
de la tele.
De repente, abrió los ojos.
Un ruido extraño e intermitente, la despertó. Catalina sobresaltada y con la
sensación de haber dormido bastante horas, dio un brinco de la mecedora en la que
estaba echada. Aquel sonido provenía de la parte de superior de la casa. Avanzó
torpemente por las escaleras para averiguar que estaba ocurriendo. La casa, pequeñita
pero confortable, estaba situada a las afueras de un pueblo perdido en Missisipi.
Entre su difunto marido y ella, la construyeron trozo a trozo con sus propias
manos.
El sonido provenía de su
dormitorio, abrió la puerta con precaución y miedo a lo desconocido. Con la
puerta entreabierta aquel extraño cloc, cloc, cloc… sonaba cada vez más fuerte.
La mujer a oscuras consiguió llegar hasta la llave de la luz. ¡AAAAh!, exclamó
la señora Pirelli, al ver revolotear al pavo más grande que jamás había visto.
-¿De dónde has salido? ¡maldito,
pavo!-exclamo alarmada.
-De dónde voy a salir, de
una granja avícola- contestó el pavo.
-¿Qué haces en mi
dormitorio?
-He escapado de la granja
y me he librado del día de Acción de Gracias.-
-¡Oh, Dios mío!, no me lo
puede creer…un pavo en mi dormitorio.-
-Pertenezco al sindicato
de las aves del condado y vengo a pedirte ayuda.-
-¿Ayuda? ¿En qué puedo yo
ayudar a un pavo? ¡Que no sea para meterlo en el horno!
-Precisamente de eso se
trata, no queremos ser más las víctimas del día de Acción de Gracias. Además,
me he enterado que tú tampoco estás de acuerdo en cenar pavo en la cena más
famosa de los Estados Unidos. Necesito que te entrevistes con el Senador
Willson, que es animalista, y le plantees lo injusto del tema. No queremos ser
sacrificados por esta ridícula fiesta.
-Pero tú además de pavo
eres tonto, te lo digo yo…eres un animal y has nacido y estás programado para morir el día de Acción
de Gracias.-
¡Oh! ¡Cuánto honor! morir
el día de Acción de Gracias…
-Pero supongamos que yo
te hiciera caso y compartiera tu lucha, ¿acaso piensas que alguien en este
país, te ayudaría a erradicar esta costumbre centenaria?-
-Pues sí, hay mucha gente
que apoyaría nuestra causa, los animalistas, los vegetarianos, los veganos, los
musulmanes, los judíos, que ellos comen cordero, y las grandes empresas
cárnicas de vacuno y cerdo.-
-¡Joo, que pavo más duro¡,
¡que nada, que lo que tú digas¡…
-Piensa al menos. Te he
elegido a ti porque sé que detestas cenar pavo. Sería una gran oportunidad, te
librarías de cocinarlo y por supuesto de comerlo, ¿eh?
Catalina salió de la
habitación dando un portazo, bajó las escaleras y volvió a sentarse en su
mecedora. En ese momento, estaban dando las noticias de las 10 de la noche. -De
una granja avícola de la localidad de Brando, han desaparecido cientos de
pavos, dejando a los habitantes de este pueblos sin cena para la noche más
familiar de todo el año: El día de Acción de Gracias.
La señora Pirelli se
volvió a quedar dormida en su mecedora. Al cabo de rato, un ruido extraño
volvió a escuchar. -Maldito, pavo, otra vez estás dando la lata.
Subió de nuevo las
escaleras con la intención de echar al ave y de comunicarle que no podía
ayudarlo en su causa. Entró en el dormitorio pero el pavo no estaba, aunque la
persiana del dormitorio rozaba con la ventana y sonaba: cloc, cloc, cloc.
Lola Rodríguez
Lola Rodríguez
3) EL
VIAJE
Cabeceaba y de manera inconsciente como todas las noches, miraba la
televisión.
No
obstante aquella noche tenia una idea rondándome por la cabeza. Cada
vez que me despertaba aparecía.
En
aquel preciso instante abrieron la puerta de la calle, pensé en mi
hija, !qué buena es!, no falta ni una sola noche.
Ya
consciente, esperando que entrara en el salón, me removí en el
sofá y giré la cabeza hacia la puerta, me quedé muy sorprendida,
con la boca abierta, no era mi hija, era un ángel con sus alas y
todo , muy bien vestido con traje de alpaca gris y una preciosa
corbata azul con topitos. Bueno que hacia yo valorando como venia
vestido el ángel y no pensaba en lo extraordinario de la visita.
Estaba segura, no venia a anunciarme un embarazo.
Tranquilamente
el señor ángel, se acomodo en el sofá, como si lo hiciera
habitualmente, y comenzó a hablar conmigo diciéndome:
-María,
conozco la idea que te ronda por la cabeza y vengo a ayudarte a que
la realices.
Le
contesté:
-Si
y como es eso, no se lo he dicho a nadie bueno ni lo he pensado en
voz alta. !Ah¡ eres un ángel y te enteras de todo.
-No
, soy tu ángel de la guarda ,esa es otra categoría, bueno a lo que
vamos , sé que quieres ir de viaje y yo, te lo voy a facilitar.
-¿Seguro,
me va a doler?.
-No
-¿Cuando
quieres irte?
-Esta
noche
-
Así será, tendrás un buen viaje.
En
ese mismo instante desapareció y a la vez oí de nuevo abrirse la
puerta de la casa y ahora si era mi hija llamándome , mamá, mamá.
Apareció
en el salón y le dije:
-Siéntate
hija te voy a decir una cosa importante, prométeme que lo aceptarás,
porque es lo último que te voy a pedir y me gustaría que me lo
concedieras.
-Mamá
no me asustes.
Mira
hija yo ya he vivido ,trabajado y sufrido mucho, también he sido
feliz y creo que es hora de que me marche, es el momento apropiado,
justo para mí y para ti.
-No
mamá, yo aún te necesito.
-No
hija , tu vuelas sola hace mucho tiempo, solo es que me quieres mucho
y por eso mismo lo he decidido.¿Quieres quedarte esta noche
conmigo?.
-Si
mamá
-Acompañame,
ayúdame a meterme en la cama.
Esta
noche nos contaremos cosas de las que nunca hemos hablado.
Al
amanecer el día la hija se despertó abrazada a su madre y con las
manos entrelazadas .
La
miró y la vió con una sonrisa en la cara, estaba !tan guapa¡
Su
madre, se había marchado como había deseado.
Durante
la noche solo se habían dicho lo mucho que se habían querido.
Maribel Martín
9ª
SESIÓN
Propuesta de Trabajo
Análisis de los elementos que componen el
cuento: Historia de Urashima
Después de la lectura del cuento analizar
los siguientes conceptos:
a) Escenario
donde ocurren los hechos: ¿está descrito con detalles? ¿se parece a nuestro
mundo cotidiano?
La historia de Urashima se desarrolla
en una isla al oeste del archipiélago japonés.Creo que no está descrito con
detalles del lugar tan sólo describe el lugar como una aldea y una playa.
b) Personajes:
Una historia puede tener personajes humanos o no, ¿qué características tienen los personajes del cuento?
En
este relato hay personajes humanos como son Urashima, sus padres, los niños, las personas que viven en la aldea a
las que Urashima pregunta por sus padres cuando regresa del mar. Pero también
hay un personaje no humano o animal, como es la tortuga que se humaniza cuando
Urashima la pesca y lo lleva mar adentro hacia el Riugú. También está la
princesa Otohime que es un personaje ficticio o de fantasía puesto que un
personaje real, no puede vivir en el mar en un palacio.
En este cuento hay personajes bondadosos
como es el caso de Urashima, otros malvados, como los niños que torturan a la
tortuga.
c)Tiempo:
Todas las historias entrelazan dos tiempos: el tiempo de lo narrado que
transcurre en el mundo narrado mientras dura la historia, y el tiempo de la
narración que es la extensión del texto. Uno y otro suelen ser dispares: los
hechos contados pueden producirse en un periodo largo de tiempo y poder
resumirse en pocas páginas.
En este cuento, el tiempo es también
dispar puesto que en poco tiempo de narración, dos páginas, cuenta lo que le
sucede a Urashima en cientos de años. Lo describe cuando él regresa a su aldea
y no la reconoce, se ha modernizado y sus padres han muerto, han pasado cientos
de años desde que se fue.
d)Trama:
Estos elementos se enlazan para crear la trama. En las historias hay siempre
una serie de causas y efectos, de sucesos que van uno tras otro en el tiempo de
lo narrado: acontecimientos que ocurren a los personajes que habitan el mundo
de la historia. Al conjunto de estas relaciones se le conoce como la trama de
la historia.
La
trama: El protagonista tras salvar a una tortuga del maltrato de unos
chiquillos, se ve arrastrado por esta misma tortuga a un mundo ficticio de
felicidad que le hace olvidarse de su padres y de su mundo real. Cuando vuelve
a la realidad y su mundo, es demasiado tarde, ha perdido a sus padres y como
consecuencia pierde todo lo que más quería.
e) La
estructura:
f) Partes de la historia:
- Principio o planteamiento: Es la
descripción de la situación inicial del mundo de la historia.
E en el
cuento de Urashima, el planteamiento es el comienzo de la historia. Nos sitúa
en una isla d del archipiélago japonés, vive una humilde familia de pescadores
que con un su único hijo. H hasta el momento que Urashima rescata a la tortuga de
los niños y la arroja al mar, ese sería el planteamiento.
- Medio
o desarrollo: Creo que el medio o desarrollo va desde el momento que Urashima
encuentra de nuevo a la tortuga y la sigue hasta Riugú, el lugar donde vive la
princesa Othohime y se queda a vivir con ella. El muchacho está tan feliz que
se olvida de su padres y de su vida anterior, pero cuando se acuerdo de ellos
se pone triste y decide volver ocon ellos.
El desenlace o conclusión sería cuando vuelve a su pueblo y no encuentra
a sus padres y se da cuenta que han pasado cientos de años, quiere volver con
Othosime y olvida que no debe abrir la caja que le dio ella para poder volver,
al final muere de repente.
Lola Rodríguez
2. Escrito cronometrado (10 minutos), sin interrumpirte, empezando por: Recuerdo…No recuerdo, Pienso…No pienso en…; Sé…No sé…No soy…Quiero …No quiero…
Recuerdo aquellas noches en las que mi madre se acostaba conmigo porque yo tenía fiebre o me dolía la garganta o la cabeza, no recuerdo cuando me llevaban a ver el guardia del Altozano, aunque siempre me lo han contado. Pienso muchas veces que en la vida merece la pena luchar y tirar para adelante, no pienso en la muerte, me asusta pensar en la muerte y en las enfermedades. Sé que nos tenemos que morir aunque no sé cuándo y en qué momento . No sé qué haré cuando llegue ese momento, como lo sobrellevaré. Soy un poco cobarde en ese tema, aunque no soy de las que esconde la cabeza como el avestruz cuando llega la noche. Quiero vivir en paz y con tranquilidad rodeada de los míos, de los que quiero. No quiero que a ninguno de ellos, a los míos, les pase nada malo, que sufran, que padezcan y aunque la vejez dicen que es fea, yo quiero envejecer con los míos, con los que quiero y ellos conmigo.
Lola Rodríguez
Recuerdo tu luz, el rostro sonriente.
No recuerdo el sonido de tu voz.
Pienso en el brillo de tus ojos.
No pienso en las batallas perdidas.
Sé distinguir entre besos y silencios.
No sé si supe corresponderte.
Soy tu simiente, germen en esta tierra.
No soy una estrella perdida, vives en mí.
Quiero ser pequeña, manos acariciándome la cabeza.
No quiero sentirme sola, acompáñame hasta el final del camino.
Estoy echándote de menos.
No estoy triste ni ofuscada.
Veo con el paso del tiempo caer mis hojas.
No veo un alma gemela que recoja mis alas heridas.
Elisa Tamayo
El
Paseo
Esta
bella tarde de escritura , oyendo música sin más interrupción que
el frio . Va acudiendo a la llamada de pies y manos, aquí estamos
esperándote frío invernal . Acudes tarde o quizás temprano aún
estamos en Otoño, cercano el solsticio de invierno , lejos de la luz
del verano luminoso y cálido, apetitoso de manjares chorreantes en
las manos que lo llevan a la boca.
Ya
vuelvo a este helado sentimiento que solo es exterior. Algo me ha
traído al presente, una llamada de teléfono que ha roto el encanto,
lo retomo, sigo escribiendo. Esta estación tiene para mi unos
sentimientos externos , mejor dicho el tacto casi sólido del frio en
la cara que va rompiendo las lágrimas que caen por las mejillas ,
!qué gusto!, sentir el frio por fuera y el calor interior que me da
la alegría de ir andando con el viento suave, helado y cortante a
la vez, que me va dando en el rostro.
Voy
por el campo rodeada de paredes de piedra, entre dos murallas , con
su verdina vieja de años pasados y la nueva verde muy verde con la
brillantina de las gotas de rocío. Me encuentro unos borregos, van
uno tras otro y al cabo del rato un hombre me pregunta,
-¿Has
visto pasar unos borregos?,
-No
hace mucho-,- van en esa dirección.
Qué
sabios son o es el primer borrego, que los lleva a su campo.
Me
encuentro una encina hermosa y muy anciana, con una copa , que daría
sombra a un mar de trigo o cebada. Está en una encrucijada y me paro
a pensar cuál camino elegir.
¿Es
tarde para elegir?, creo que no siempre se puede ,entre dos opciones
o entre muchas opciones, alguna nos servirá.
Elijo
el camino acertado porqué vuelvo a ver a lo lejos el pueblo, esta
tarde no me he perdido.
Maribel Martín
Maribel Martín
3.- Escribir un poema cuya rima esté dada por las siguientes palabras: embriagado, lago, mago, pentagrama, rama.
Con las notas de seres imaginados, vivo embriagado
Su bella melodía me trasporta a un lago
Con mil pinceladas por mediación de un mago
Cantan, danzan sobre un pentagrama
Ascendiendo por una encina milenaria, sobre la rama
¡Elfos, duendes, ninfas del agua,
cumpliendo su misión en un
bosque encantado!
Elisa Tamayo
Ensoñación
Ensoñación
Embriagado
por
una melodía.
Escrita
al
amanecer
en
un pentagrama,
sobre
las brumas del lago.
¿Obra
de un mago?.
De
pronto,
apareció
el ruiseñor
en
la rama del árbol.
Todo,
es
un sueño
menos
el
bello canto del pájaro. Maribel Martín
3- Escribe una frase que te guste y venga a ti con
naturalidad…construye la siguiente y la siguiente. No pienses en el momento,
más que en la línea sin volver a pensar en la anterior. Comprueba el resultado
final.
Hacía
mucho tiempo que no los veía, y hoy he podido disfrutar con ellos, me dan vida
¡que alegres son y que guapos están!. Los niños, los gemelos, tienen una edad
para comérselos. Cómo me gustaría estar más con ellos y disfrutar de sus
balbuceos, sus sonrisas y hasta sus llantos. Los niños dan vida aunque también
como se suele decir… te la quitan. ¡Cómo huelen, me encantan! y esos mofletes
tan gorditos y esos pasos tan torpes…¡ qué vulnerables son! . Parece mentira
que todos hayamos pasado por esa edad y luego nos convertimos en seres tan poco tiernos, aunque es verdad que
algunos más que otros…Creo que tenemos que seguir siendo niños, soñando y
jugando. Reír, correr, saltar y hasta llorar…si hiciera falta.
Pero
aquel día, pude comprobar que esas situaciones de la que toda la familia,
contaba, era verdad. Yo tenía quince años y a mi madre se la llevaron a
urgencias para calmarla y poner algún tratamiento. Ella afirmaba que mi
hermano, Pepe, el mayor de todos, que sólo tenía 17 años, era Jesucristo y que
lo iban a crucificar en la plazoleta de mi bloque. Hoy al cabo de tantos años,
nos reímos de cada alucinación que ha tenido y hasta ella misma se ríe, pero en
aquel momento, se me vino el mundo encima, me
encerré en el cuarto de baño, lloré, me sequé las lágrimas. Solo una cosa me
salvo de aquella situación, tuve que entrar en la cocina y guisar un pollo que
ese día teníamos para almorzar. Esa fue mi primera incursión en la cocina. A
partir de ese momento, tuve que cocinar muchos pollos y secarme muchas lágrimas
más.
4.- No me gusta pensar ni hablar de ello porque me pone triste, pero creo que ha
llegado la hora de ha hacerlo. Recuerdo un domingo por la mañana del mes de
septiembre de hace muchos años, en e en que descubrí que aquello que había oído
hablar a toda la familia, era verdad.
Nunca había visto a mi madre así...aunque mis tíos, mis abuelos, hasta las vecinas más cerca-
nas, lo comentaban. Ella misma, que nunca se ha cortado un pelo a la hora de hablar de su en-
fermedad, contaba y cuenta que se puso mala de los nervios, perdió la cabeza, la ingresaron
en el sanatorio y le dieron corrientes.
Lola Rodríguez
A la imaginación no se le puede poner grilletes.
Yo sin ser yo.
Para encontrar la niña que fui.
He visto mi cabeza rodar por el suelo.
La cima inalcanzable de la montaña nevada.
Flotar entre las nubes despreocupada y gozosa.
La mar limpia, liberada.
Escapo de la jaula de tus ojos.
Soberana en la soledad de la madrugada.
Es una oportunidad, pero es más de lo que hemos tenido nunca.
Acaríciame con tus dedos.
En un ritmo vertiginoso de vida.
Como las olas invaden el mar.
Se lucha igual en el frente que en la retaguardia.
Elisa Tamayo
4- Elige un tema, una situación una historia de la que te
resulte difícil hablar y escribe sobre ella…
Colores blancos, haces de luces se propagan por los grandes
pasillos. Sonidos de pisadas amortiguadas con suelas de goma gruesa,
interrumpidas ocasionalmente por algún pitido
de origen mecánico. Olor de antisépticos sobre un fondo de aroma a café.
Son las 7: 00 de la mañana, es mi primer día de trabajo como limpiadora en
la planta de oncología infantil del hospital clínico La Fe de Valencia.
El silencioso habitáculo a esas horas me indica que somos las primeras operarias en el engranaje del tumultuoso ir y
venir entre camillas, ascensores con voz propia, rótulos parpadeantes
informando “no entry”. Pronto en este mar sereno, despertaría la humanidad
doliente y el dios de la ciencia
intentando dar un paso más, adelantándose a la muerte.
Arrastro mi carro, compuesto por fregona, lejías, bolsas de
basura, bayetas…todo un compendio para que no sobreviva ningún organismo no
deseado. Primero comienzo en el área de consultas externas, papeleras llenas de
pañuelos, tissues, zumos, batidos y algunos envoltorios de diferentes chuches.
Después el despacho de
los doctores, me asombra las dimensiones ¡Son diminutos! Paredes forradas de
libros y clasificadores. La mesa atiborrada de papeles y para mi sorpresa un
cenicero, demasiado antiguo-pienso- de esos de latón gris que no pesan nada,
pero que ahora los cigarrillos han formado el Everest a base de colillas de
ducados ¡Que repugnancia! Y no es por el tabaco, sino por el olor concentrado
en el pequeño recinto a picadura negra, yo fumo rubio.
Siguiente lugar, las habitaciones de los pacientes. Son
módulos impersonales, continúo sobre el pulcro color blanco inmaculado, cuyo espacio
está compuesto por la cama, un lavabo y un sillón habitado por madres
demacradas. En estos encuentros me siento mal, soy una intrusa de sus
intimidades y a la vez, la novedad.
Los internos, son
niños de no más de diez años, incluso un bebé de meses. Grandes ojos me observan
con sus cabecitas rapadas. Curiosos con un brillo tan especial como lagunas
mágicas, luceros transparentes aunque salpicados de oscuridades, tal vez por
situaciones incomprendidas en su corta edad ¿Por qué a mí?
Me persiguen mientras
hago mi labor. Con una sonrisa agridulce, recito: ¡Buenos días, guapo…preciosa!
e intento hacerlo todo lo más rápido posible antes de que se acabe mi positividad
o como se suele decir, con la moral por
los suelos. Cuando me alejo, tengo en mi mente flashes de pequeños felices, cantando una canción de
moda de una banda famosa para recaudar fondos para la lucha contra el cáncer
¿Dónde están esas caritas sonrientes?
Es mi primer día haciendo una sustitución vacacional, me pregunto: ¿Podré acabar con mi jornada
laboral? No sospecho que la situación puede empeorar. Junto a los
quirófanos, hay una puerta gris siniestra, a través de ella se oyen llantos
desconsolados e incluso chillidos de tortura ¿Qué ocurre allí dentro? Empujo
pero está bloqueada por dentro. Los niños la conocen como el cuarto de la bruja
y no me extraña. Cuando puedo acceder para su limpieza, lo veo. Paredes
alicatadas en blanco, una serie de instrumentales médicos sobre una mesa y en
el centro, la reina, una jeringuilla metálica gigante cuya aguja podría
atravesar un cuerpo. Esto es espeluznante, es la sala de punzamiento en la
médula espinar.
A estas alturas de lo acontecido, ya con el espíritu decaído,
vuelvo a preguntarme: ¿Seré capaz de continuar? Pues sí, lo hice. Con el corazón encogido, el estómago
revuelto y medio intoxicada de tanta lejía.
Mi primer día, no me dio tiempo a desayunar e incluso me
echaron una mano para fregar el larguísimo pasillo de las visitas en la UCI.
Tras la jornada, salí como Neil Armstrong, había superado y conquistado mi Luna
particular.
Completé el mes de trabajo, hice amigas entre mis compañeras
y me traje una experiencia única e
imborrable: el gran trabajo, el esfuerzo en común que se desarrolla el
día a día en un hospital, desde los cirujanos hasta las limpiadoras. Que
involucrarse personalmente en estos empleos es una equivocación donde convive
la vida con la muerte a diario. Que cada amanecer en nuestras vidas es
verdaderamente un milagro.
Elisa Tamayo
El
dolor, mi dolor
Me he levantado temprano, tenía cita
con la fisioterapeuta, me duele el brazo derecho. Estoy
esperando recoger la resonancia magnética y el informe adjunto,
espero no tener roto ningún tendón, supondría una nueva
intervención y dolor.
El dolor físico es una
percepción “subjetiva, personal e intransferible. Nadie puede
sentir el dolor de otra persona, por lo que debemos respetar
ese dolor y ser conscientes de la veracidad del mismo y creer
en esa dura percepción, así como en el sufrimiento que causa al
que lo padece.
.Vivimos
en una sociedad donde nuestra mente recibe mucha información del
exterior y pocas veces prestamos atención a lo que ocurre en nuestro
cuerpo, hasta que no sentimos dolor.
La función fisiológica del dolor
es señalar al sistema nervioso que una zona del organismo está
expuesta a una situación que puede provocar una lesión.
El
dolor,
como la respiración y los latidos cardíacos, forman parte de la
vida.
Este
«perro
guardián
y ladrador» de
la salud, como lo llamaban los griegos de la antigüedad clásica.
Semejante
alarma corporal resulta imprescindible.
Nuestro mundo, todo nuestro universo,
toda nuestra realidad exterior e interior, pasa y depende de un
órgano que tamiza, filtra, escoge, decide, aprende, prevé, intuye,
construye e incluso inventa nuestras sensaciones,nuestras
percepciones( como el dolor fantasma en las amputaciones).
Ese órgano es el CEREBRO
Porque
el
dolor
se genera en el cerebro que
al
recibir la señal de “peligro” de los nervios periféricos,
analiza y procesa toda la información de nuestro cuerpo como:
El
sentido del tacto, de la posición del cuerpo, de la temperatura
etc. … .
El
cerebro
puede
responder con dolor
o no, dependiendo del análisis que haga de toda esta información y
de cómo la evalúe.
El
dolor, tan
importante para la vida, también
puede
convertirla en un infierno.
La
ciencia se enfrenta a un gran obstáculo. De
manera análoga a la angustia, la tristeza o la felicidad, el
dolor
es una sensación emocional y, en consecuencia, subjetiva, difícil
de caracterizar por sus rasgos externos y
de
evaluar.
Tanto
es así que la escalas para cuantificar el dolor
en
una persona son numéricas como la escala EVA del dolor
, con lo que valoramos el dolor
de esa persona en ese momento. Para
los niños con
edad suficiente para comunicarse,
existe otra escala compuesta de caritas con
gestos
que muestran
sufrimiento, a
su vez con equivalencia numérica.
El
dolor
como
todas las experiencias anímicas y personales es único, personal e
intransferible.
En
este pequeño artículo
he escrito
veinte
veces la palabra dolor,
quiero que se vea reflejado en él la importancia del DOLOR
en
nuestra sociedad.
Maribel Martín_____________________________________________________
8ª SESIÓN
1.- Seleccionar
tres poemas: una nana, un poema de amor, un poema de contenido social. Intentar
analizar la composición de dichos poemas en cuanto al nº de versos y ritmo.
2.-
Elaborar poemas propios sobre los mismos
temas.
Ausencia
Eras todo al
andar
taloneando
despacio
envuelta en
alas de mariposa
graciosa,
mora y gitana.
Pozos
azabaches brillantes
profundos, hablaban
inmortalizados
en cuadros
del maestro
Romero de Torres.
Sonrisa de
miel que entusiasma
¡Ahí está la
niña- mujer,
la mujer- niña!
Cisne blanco
hermosa,
liviana
sangre de
mis venas
tinta de mi
corazón.
¡Ahí está mi
esmeralda
en su camita
blanca
rodeada de rosa puras
parecías un hada.
Corazones rotos, hundidos
dejaste en este mundo
y entre ellos, el de tu hermana.
Elisa Tamayo
¿Hacia dónde?
Recorren kilómetros
huyendo de hambres
y guerras.
Bracean
hacia una esperanza
atravesando mares,
cruzando desiertos,
ascendiendo montañas,
buscando aliento,
buscando paz y pan.
Huyen
marchan
avanzan.
Sufrimientos en sus rostros
cansancio en sus miradas
refugiados con sus hatillos
cargados de trozos de alma
¿hacia dónde?
¿dónde su voz
será escuchada?
Mientras avanzan
quedará esperanza de vida
arcoíris en la mañana
del resto
de la solución
a sus angustias,
ni se habla.
Elisa Tamayo |
Nana
Abrazo
a mi cielo:
le mezo
le canto
le mimo.
Abrazo a mi niño
en la noche
corazoncitos unidos
largos paseos
entre las estrellas
los dos muy juntitos.
Lucero del alba
pintas el arcoíris
en mi mirada
campanillas salen
de tu garganta.
La vida estalla en tu cuerpecito
aún de algodón
dulce como la mermelada.
Tallo tierno
Quisiera retenerte así
en brote
con los cinco sentidos puros
inocente
poseedor de todas tus alas.
Elisa Tamayo
|
A los
nanos
¡Ay mi niño!, no me llores
que aquí
está tu madre,
arrullándote
con flores.
No
tengas miedo, cariño,
nadie te dañará
que ni monstruos ni fantasmas,
ya todo pasará
¡Ea!, ¡se fue la noche fea!
¡Venga! ¡Sal! ¡Lorenzo!
Para que mi niño,
se ponga contento
¡ Ea !, se fue la noche fea...
Octubre de 2017
Lola Rodríguez
Todo es efímero
todo termina y sólo quedan recuerdos,
nada es seguro, todo es silencio.
Vive el hoy, disfruta en el tiempo.
No te distraigas con el mañana,
Que nada enturbie este momento.
Que nunca te olvides que todo perece,
que todo pasa, que todo cambia.
Nada es eterno, todo se acaba.
Mas quisiera, que ÉSTO nuestro,
no fuera un sueño y nunca acabara
Y que nadie rompa tu mirada.
Y si llega la noche, el sol, salga
cada mañana.
Que las lágrimas, no puedan
con las carcajadas,
Y la tristeza, siempre sea acallada.
Que valga la pena, todo a nada.
Ni un fuerte viento, derrumbe
nuestra morada.
Y si llega la noche, el sol, salga
cada mañana.
Aunque nada es eterno y todo,
se acaba, que siempre entre, el sol,
por
nuestra ventana.
Lola Rodríguez
NANA Octubre 2017
¿Por
qué lloras mi niño?
aquí
está tu mama
!mírame!
toca mi cara.
Escucha
mi corazón
ya
viene la calma.
¿Recuerdas
mis brazos?
!te
llevo en volandas!.
No
llores mi niño
tu
madre te canta una nana.
Duérmete
pedacito de pan,
querubín
bendito,
mi
ángel de la guarda.
Todo
el cielo te acompaña
lucero
de la mañana.
Las
nubes serán tu colchón,
meceré
tu cuna con mi canción.
Cierra
los ojitos, descansa
que
llega la aurora y te levanta.
No
llores mi niño !aquí está tu mama!
Maribel Martín
PIDO
Ahora
que no estamos el uno al lado del otro,
sentir
amor en ese espacio que ahora nos separa. .
Lugar
ocupado por mi deseo y tu ausencia.
!Cómo
sufro al no poder verte ni tocarte.!
Solo
imagino tu piel nívea y mis torpes manos
dándote
caricias que remansen mi anhelo.
Dulce
y efímero deseo, etérea tu presencia al fin.
Sempiterna
mi pasión por ti.
Maribel Martín
TE
ACERCAS
Melancólica
con triste ademán,
bella
,ocupando un lugar iridiscente.
Arreboladas
tus mejillas, esplendoroso tu cuerpo.
Yo
cada vez más confundido con la sutil evanescencia.
Solo
espero que tu corazón me siga oyendo
y
la aurora candente alumbre tu despertar.
Quizás
en aquella pradera az
ul llena de lirios
encontremos
nuestra unión infinita tras la muerte.
Maribel Martín
3.- Elaborar
un texto de tema libre.
Llevo varias noches teniendo el mismo sueño. Una voz
imperiosa me dice: “coge el tren”. Despierto y escucho la radio de mi marido en
la ducha con las noticias informativas matinales. Al segundo, suena la alarma de
un móvil.Serán las siete y media, hora de saltar de la cama e irme a… Un
pensamiento repentino me recuerda que he de dejarme de tonterías, hace meses
que perdí el trabajo. Tantas pastillas para dormir me están aturdiendo, estoy
confundiendo el presente con el ayer. El pasado que duele y que sin embargo
estas cuatro paredes se empeñan en recordármelo minuto a minuto.
Me dirijo a la cocina. Desde la entrada observo a mi hijo
Sergio, comiéndose unos cereales de pie junto a la encimera. Voy a exclamar:
¡Vas a llegar tarde a clase! Pero no me sale la voz de la garganta.
Están aporreando la puerta de la casa, será mi fiel Canelo, el pastor alemán que llegó con las primeras
nevadas del año pasado: ¡Ya voy Canelo, que vas a tirar la puerta! Desilusión,
es el cartero que me entrega un paquete. Sé muy bien lo que contiene, el último modelo de caña de
pesca para kayak que se ha pedido Sergio en su próximo cumpleaños.
Vuelvo al dormitorio donde en la mesilla me esperan cinco
frascos diferentes de ansiolíticos, somníferos… junto a una fotografía enmarcada
que un día me regalaste por nuestro aniversario. En un primer plano se nos ve a
los tres sonrientes en un sendero, rodeados de pinos y de fondo el mar.
Esa inmensidad de agua salada como mis lágrimas que comienzan
a brotar sin consuelo. El mar, tan amado y de pronto odiado desde el día
que me arrebató lo que más quería en mi vida. En aquel kayak de pesca os marchasteis
bromeando con que traeríais la cena.
De nuevo, me echo sobre la cama, comienzo a tomar pastillas,
dos, cuatro, ocho…La misma voz me sacude, me arranca de un sueño profundo, casi
eterno. Escucho: “¡coge el tren!” esta vez reconozco la voz. Es la de mi marido y
está gritándome.
Procuro incorporarme, estoy helada, mis miembros están
entumecidos, he perdido la noción del tiempo. Me arrastro hacia la ducha, esa
cascada vivificante, durante largo rato. Ya vestida para salir, recojo mis
objetos personales y los meto en el bolso. Cierro la puerta de la casa
dirigiéndome a donde mis pies quieran llevarme…dispuesta a que este día no sea como los anteriores.
Estoy decidida. Subo al tren. Una nueva vida se inicia
para mí precisamente, en este instante.
Elisa Tamayo
RECUERDOS
Antes
que llegue el olvido, abriré la puerta de la estancia que contiene
mis recuerdos.
Aprovecharé
el regalo que me hace la memoria: de imágenes, olores, sabores,
texturas, y oiré de nuevos ruidos queridos de mi infancia
pueblerina.
Subiré
por el montón de piedras volanderas, caídas de la pared
colindante. Allí en ese mismo lugar volveré a coger y saborearé
las dulces alberchigas agosteñas del vecino, que invadían nuestro
corral.
Vuelvo
a ver el encalado vasar con su ajuar de platos y tazas de porcelana
de china, decía mi abuela, y para que lo comprobara las ponía al
tras luz. Y las cantareras con vasijas de diverso tamaño, a mi me
gustaba mucho un cántaro pequeño que era muy manejable y hacía el
agua muy fresquita.
El
anafe de carbón, ardiendo desde las primeras horas de la mañana. El
jarro de agua en la candela. Las brasas con la que hacíamos las
tostadas del inolvidable pan del pueblo.
Algunas
veces desayunábamos jeringos.
El
ruido, que me acompañaba, cuando dormía en el colchón de paja.
La
vara, para ayudarse a remeter las sábanas, cuando la cama estaba
pegada a la pared.
La
escalera, de ladrillo rojo que subía al “doblao”, iluminada por
una lucerna del tamaño de una teja cubierta por un cristal. Otra
vida para un pobre cristal roto.
Los
crujientes techos de madera.
El
candil de aceite en la pared y su mecha humeante.
El
quinqué de petroleo y su hermosa chimenea de vidrio.
Los
cuadros costumbristas de casi todas las casas, pero que no he vuelto
a ver.
El
jabón de olor entre las sábanas limpias.
Los
olores matutinos de las higueras, con sus higos y sus brevas.
El
toque de las campanas cercanas, que marcaban la vida diaria.
Los
puestos del mercado a la espalda de la iglesia, acogidos bajo la
inmensa morera, y el azul violáceo de las moras estrelladas en el
suelo.
Y
sobrevolando estos recuerdos ...la figura de mi abuela.
Maribel Martín
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En este apartado del blog, se irán incluyendo los textos resultantes de las distintas propuestas de trabajo con el fin de que tod@s podamos comprobar los posibles avances que se van consiguiendo.
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7ª SESIÓN
CASO INEXPLICABLE
ACONTECIDO EN LA BASE AMERICANA CONOCIDA COMO EL ÁREA 51.
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7ª SESIÓN
Propuesta
de trabajo, 1.- Escribir un texto que incluya las siguientes frases:
a) Principio:
Una mujer uniformada de verde, no vio al que subió la escalera.
b) Medio:
se apresuró
c) Final:
Le pidió que no mintiera
Una mujer uniformada de verde, no vio
al que subió la escalera. Y no fue por falta de atención: nadie podría haberse
percatado de la presencia de aquel ser tan rápido, transparente y alado, a no
ser de tener poderes de clarividencia.
La base militar poseía unas medidas de
seguridad de características únicas. Era custodiada por un amplio número de
soldados con un sistema de armamento de última generación.
De repente, todas las alarmas
comenzaron a sonar. Luces y sonidos invadían toda la base.
La mujer uniformada, se apresuró a
mirar su ordenador para observar las últimas imágenes que había captado la
cámara de acceso a la escalera. Ante su gran nerviosismo ¡Nada! Las imágenes no
mostraban ningún signo de presencia. Inesperadamente, se abrieron las puertas
principales de golpe, entrando el Comandante en Jefe seguido de altos cargos
militares, dirigiéndose a la planta superior a través de la escalera, sin tan
siquiera saludarla.
En breves minutos bajó el Comandante,
enfrentándose a la mujer uniformada y con los ojos desencajados, le interrogó
sobre quién había desactivado la salida de los aviones de combate. La mujer respondió que no sabía nada, aunque
le informó de que algo subió por las
escaleras hacia la sala de mandos operativos. Él, le pidió que no mintiera.
Ella añadió que en realidad no vio nada, solo lo presintió. El Comandante la
sentenció con estas breves palabras:
-
- - Queda
usted arrestada por traición!
Dos años más tarde, The Washington Post, dedicado al
periodismo de investigación, publicó una
tirada especial con el siguiente titular:
|
Con fecha 7 de Abril,
hace aproximadamente dos años, fue fallida misteriosamente una operación
secreta llevada a cabo por el gobierno de Estados Unidos con el envío de dos
F-22 Raptor, aviones de combate que se dirigían a atacar una base militar al
oeste de Siria, con población civil muy próxima, cómo respuesta a Bashar
al-Ásad. Siendo afortunadamente malograda sin tener datos en la actualidad de
las causas que lograron abortar el plan que hubiese supuesto una nueva
masacre en un país tan castigado por la guerra como Siria.
Por otra parte, El
Área 51 es una base militar norteamericana situada en Nevada, Estados Unidos,
siempre ha contado con gran popularidad por el hecho de que allí se
desarrollan investigaciones y experimentos con tecnologías clasificadas de
alto secreto.
|
Su
ocultismo da pie a todo tipo de teorías conspiradoras, sin olvidar que desde
“El incidente de Roswell” en 1947, donde una nave extraterrestre fue
derribada por un misil cuyos restos y supervivientes alienígenas fueron
trasladados al Área 51.
¿Qué
vio la mujer uniformada de verde?
¿Un
espíritu, un ángel, un alienígena?
Ciertamente,
un salvador de un nuevo exterminio.
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ELISA TAMAYO
7ª S - P. 1
La avaricia
Juan A. Díaz
7ª S - P. 4
Mi gato se llama Rayo, ¿sabéis por qué? Pues por lo mismo que hace un rayo. Lo veíamos pasar y al rato oíamos “el trueno”.
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6ª SESIÓN
Jacinto
convivía con su hermana mayor, Ramona. Una mujer hacendosa en labores varias,
pero sobre todo en tricotar, lo mismo te hacía una colcha, que un jerséis o
unos calcetines para el frío invierno.
Llegó
a la conclusión de no aceptar la oferta porque no le apetecía pasarse dos meses
estresada.
Esa era la primera
impresión al mirar la fotografía. La sorpresa que guardaba esa imagen tan descriptiva de la caravana, aún
fue mayor al leer el pie de foto que
decía:
Tu copa
Tus
peciolos largos y de bordes espinosos.
5ª SESIÓN
Propuesta de trabajo, 3.- Imaginar tres mujeres que conversan sin escucharse las unas a las otras.
(
Maribel Martín
7ª S - P. 1
Rosario, la mujer uniformada
de verde, no vio al que subió la escalera.
Cinco minutos antes, la
enfermera tropezó con ese artilugio metálico y lo cambió de lugar para sacar la
camilla del quirófano con el paciente recién operado. Olvidó volver a colocarlo
en su sitio.
Instalado el enfermo ya en
su habitación, volvió a la sala de operaciones a prepararse para la siguiente
intervención.
Al ver la escalera, se dio
cuenta de que la había situado justo en la otra trampilla donde ella iba
guardando los medicamentos que robaba en las noches de guardia.
Cuando entró a trabajar en
el hospital, ya tenía una gran deuda en las tarjetas de crédito.
Un día, un amigo que
conocía su problema, le propuso un negocio: ella sacaría ciertos productos de
la farmacia y él se los pagaría a muy buen precio.
Rosario sabía que no podía
tocar el armario que estaba cerrado con llave, sin que la descubrieran, así
que, se le ocurrió una idea genial: vaciaría las cápsulas que tenían que tomar
los pacientes. Ella se quedaba con el relleno y al enfermo le daba el
envoltorio. Había funcionado hasta ese momento.
Se apresuró a dejar la
escalera en su lugar. Nerviosa, calculó los minutos que había tardado en volver
a la habitación del paciente recién operado, no más de cinco, y todo estaba
igual que cuando la cambió de sitio. Confió en su buena suerte.
Lo que no sabía nuestra
enfermera es que arriba, en la buhardilla de las medicinas, ya estaba el chico
de mantenimiento examinando los frascos que contenían los polvos blancos y había
informado a sus superiores.
Varios días después, le
tocó guardia y en el momento más tranquilo de la noche, aprovechó para
comprobar si la mercancía seguía en su lugar.
Todo estaba tal y como
ella lo había dejado.
Volvió a la sala de
enfermeras a descansar un rato. Al abrir la puerta se encontró al director de
la clínica, dos policías nacionales y a la jefa de enfermeras qque le ofreció
una silla y le comunicó que contara lo que había hecho y no mintiera.
Ana Vázquez
Era la escalera mas transitada del edificio. Cualquiera que entraba, elegía
de las tres escaleras, la central.
Tenía una fuerte atracción sobre los visitantes. Seguramente, era el brillo de su barandilla dorada , colocada en el lado izquierdo; aunque , se utilizaba siempre de subida.Era raro. ¿No debería estar a la derecha?
7ª S - P. 1
Tenía una fuerte atracción sobre los visitantes. Seguramente, era el brillo de su barandilla dorada , colocada en el lado izquierdo; aunque , se utilizaba siempre de subida.Era raro. ¿No debería estar a la derecha?
Al finalizar el primer tramo de la escalera se encontraba, una mujer
uniformada de verde, dando información a todas las personas que subían;
advirtiéndoles que, a partir del 2º tramo , la barandilla pasaba a ocupar el
lado derecho.
Al que subió la escalera, con un bastón, se apresuró
a atenderle y le ayudó a
cambiarse de lado.
Siempre se hacia esta pregunta:
- ¿No sería más barato cambiar la barandilla de lado que tener a una persona
allí, informando?
De pronto, se organizó un barullo en el descansillo. Se acercó, y allí estaba un señor, gritando a
todo pulmón:
-
!Denunciaré al propietario del edificio, esto es una irregularidad!
La mujer uniformada, le pidió que no mintiera, ella le había
informado del cambio de lugar de la barandilla.
-
¡Si, señorita, pero yo soy zurdo , y tengo derecho a continuar mi subida
con una barandilla situada a la izquierda!
! Vaya, parecía una demanda absurda,
pero en estos tiempos…!
A los pocos días, allí estaba, al lado de la otra, el arranque de una
escalera, con una barandilla dorada, situada a la derecha. Se utilizaba
siempre de subida.
Al finalizar el primer tramo de la escalera se encontraba, una mujer
uniformada de verde, dando información , a todas las personas que subían,
advirtiéndoles , que a partir del 2º tramo , la barandilla , pasaba a ocupar el
lado izquierdo.
Los zurdos, a partir del 2º tramo, ya podían subir con la barandilla
colocada a su izquierda.
Maribel Martín
Propuesta de trabajo, 2.- Contar un sueño
Camino por la arena, se me
hunden los pies en ella. Está caliente pero de forma agradable.
Con trabajo llego a unas
escaleras blancas. Me llama la atención que no tengan ni una gota de polvo.
Subo por ellas y, al llegar arriba, debo bajar de nuevo para coger el barco.
Me siento para deslizarme
por la dunas, Así llegaré antes. La bajada es tan rápida que me da risa.
Mis amigos suben al barco
y desde la barandilla me animan a correr más para que lo coja antes de que
zarpe.
Entre zancada y zancada,
siento que me elevo y así llego antes.
Detrás de mí vienen otros rezagados
que gritan:
-
¡¡¡Esperad…!!!
Doy un salto muy grande y
me agarro a la escala, trepo por ella y subo al barco.
Mis amigos me abrazan y me
dan la bienvenida.
No sé cómo ha pasado pero
ahora estoy en el bar tomando cervecitas, riéndonos de las aventuras vividas
durante el día.
(Tengo ganas de hacer
pipí, me voy a aseo y cuando llego, el inodoro está lleno de agua hasta el
borde. ¿Qué hago ahora…?)
Ana Vázquez
7ª S – P. 2
- !Corre Juan!, ! Corre, perderemos el tren!
Propuesta de trabajo, 3.- Escribir una
historia a partir de este microrelato:
7ª S – P. 2
- !Corre Juan!, ! Corre, perderemos el tren!
- ¡Vamos bien de hora!
-¿Has pedido el taxi?
- ¡ Si. Es la cuarta vez que me lo preguntas!
-¿Y los billetes, los tienes localizados?
- En el bolsillo de la chaqueta.
- !Corre!, !Corre!. ¡Dile al conductor, que nos espere!
- ¿A quién dices?
- ¡Al maquinista, no ves que el tren se ha puesto en marcha y se va!
- !Carmen!, Carmen!, !Despierta!. ¡Estabas soñando! Nos bajamos en la próxima parada.
¡ Hemos llegado a nuestro destino !
Maribel Martín
Un día, dejó de verla por los lugares en los que habitualmente coincidían y
alguien le dijo que la habían ingresado en una residencia.
Me lo contó mi abuela Luisa,
hablándome de Celestina su vecina de toda la vida del mismo bloque, aunque era
conocida por todos los lugareños como Cele, una señora entrada en años, de
carácter alegre y abierto.
A menudo se encontraban en el portal,
Cele, como siempre, cargada con las bolsas de la compra. Mi abuela le reprendía diciéndole que ya no
tenía edad para llevar tanto peso. Cele
con sus ojos brillantes, se excusaba con que venían sus hijos y sus nietas a
almorzar y les iba a preparar el guiso que tanto les gustaba.
La conversación terminaba siempre
igual, contando las maravillosas cualidades de sus nietas a las que se notaba
que las quería muchísimo y las tenía un día sí y otro también a las horas de
las comidas y los ocupados que estaban su hija, madre de éstas y su hijo
soltero, con sus respectivos trabajos.
Y
seguía contando mi abuela que Cele, llevaba años cargando sola con una
difícil situación familiar pues su marido llevaba más de tres lustros ciego y
sordo. Salían todas las tardes a pasear por el barrio, se les veía tiernamente
cogidos del brazo, charloteando con los vecinos. Era una mujer risueña y
contagiaba su buen humor, nunca escuchamos de su boca una queja.
Un domingo, a mi abuela Luisa le
extrañó no verla en la parroquia a la hora de misa. Pensó que tendría a su
familia en casa.
A la siguiente semana,
cuando pasó el lunes, martes, miércoles…sin saber nada de Cele, decidió
preguntar en los diferentes comercios dónde solían coincidir: en la carnicería,
frutería, panadería…Hasta que el encuentro causal con un vecino del mismo
bloque le dio razón de lo sucedido: la
noche del sábado, Cele tuvo una caída en casa quedando muy maltrecha. Su marido
impedido, no supo cómo reaccionar,
quedándose a su lado en el suelo junto al armario del dormitorio y así
los encontraron el lunes cuando fueron las nietas a almorzar. Asustadas por la
situación, llamaron a la ambulancia y se los llevaron.
Meses más tarde, me dijo mi abuela con
los ojos llorosos que se había enterado en la parroquia que los habían
ingresado en una residencia.
- ¡No llores abuelita! - le dije intentando
animarla-.
- ¡Hija, es que me da muchísima pena cada
vez que paso por su puerta cerrada a cal y canto y me acuerdo de Cele…! Una
mujer que se desvivía por los suyos. ¡Que injusta es la vida...!
Elisa Tamayo
Dª Gertrudis , la kiosquera de su barrio, vivía enfrente de su casa , en
una calle del casco antiguo muy estrecha; casi podía tocar el balcón de su vecina con la
mano.
7ª S - P. 3
Todas las mañanas, se
levantaba de inmediato cuando oía a través de su balcón aquella preciosa melodía. Era la banda sonora de
la película “El árbol del ahorcado” (
TARARARARARA TARARARARA...)
A continuación, olía aquel esplendido café.
No conocía la
marca, debía ser arábiga de tueste natural.
Molido a mano, lentamente; oía el molinillo ( trac, trac), y cómo iba disminuyendo la
intensidad del el ruido de la molienda.
Cuando terminaba su aseo diario, se vestía , cogía su ordenador, lo
colocaba en su mochila y bajaba al bar de la esquina.
Ricardo, ejercía; de
camarero por las mañanas, de
maitre, en los almuerzos y de barman, para las copas de la tarde.
Como habréis supuesto, él era el dueño de la cafetería, restaurante, lugar de
copas, “Casa Ricardo”.
Todas las mañanas
ocurría este
dialogo:
- ! Buenos días¡, café
solo, ya sabes como lo quiero.
- Si, tu quieres un imposible, !el café de Dª. Gertrudis!
- ¡ Anda Ricardo, no protestes! Yo, ya he disfrutado de ese café, esta mañana.
A continuación, salía del bar y se paraba en
el kiosco.
- Buenos días Dª.
Gertrudis: buen café y buena música; ¿como ha pasado la noche?, la he oído toser.
- Si, estoy un poco acatarrada, ¿lo de siempre?
- Los tres periódicos.
Apuntémelo, amiga; el sábado le
pago.
- Tranquilo, muchacho.
Un día, dejó de verla por los lugares en los que coincidían y alguien le dijo que
la habían ingresado en una residencia.
Aquel lunes, amaneció
lluvioso. Se despertó con una
sensación rara.
Miró el
reloj. Era temprano , pero le faltaba algo.! Ah!, no podía ser, no oía la música de todos los días, ni olía ese esplendido café..Se
asomó al balcón y no vio luz en la casa
de Dª Gertrudis.
A pesar del tiempo transcurrido, tres meses, aún la echaba de menos cada
mañana.
Maribel Martín
7ª S - P. 3
Recordaba con cuanta ilusión se arreglaba para ir a hacer la compra diaria, desde el pan a la leche o los ingredientes para la comida que prepararía. No le gustaba tener la despensa repleta, así siempre tenía una excusa para ir al mercado.
Allí conocía todos los puestos y le encantaba hablar con los tenderos. Llevaba media vida en el barrio, desde que se casó con Elvira.
- ¡Buenos días Anselmo!
- ¿Qué tal se encuentra hoy?
Le preguntaban en cuanto le veían aparecer. Siempre había sido una persona sociable y habladora. Con los años se había convertido además, sobre todo desde su jubilación, en alguien siempre dispuesto a ayudar. Disfrutaba aportando sus conocimientos y echando una mano en todo lo que podía a amigos, vecinos y familiares, así que en el barrio era bastante popular.
Desde la jubilación, repartía su tiempo entre el huerto y Elvira, pero cuando ella enfermó solo iba a ratos para respirar, evadirse, recuperar fuerzas y volver para seguir con ella.
Primero la operaron y después gracias a un tratamiento novedoso, le habían salvado la vida, aunque su cuerpo ya quedó con bastantes limitaciones. Lo peor llegó después: sus lagunas mentales que en el fondo cada día agradecía más pues ayudó a que ella viera su enfermedad de otra manera, sin apenas saber lo que estaba viviendo.
Desde que Elvira dejó de ir al mercado porque ya se le olvidaba lo que tenía que comprar y en casa también fue haciendo menos, empezó a depender de lo que Anselmo le decía que tenía que hacer.
- Elvira, el día 14 nos vamos de viaje. Ya está todo programado.
- ¿Dónde? ¡Ay! ¡Qué le gusta un viaje a este hombre…! ¡Si yo no tengo ganas….!
- Sólo tienes que montarte en el coche. Cuando estamos fuera sabes que te pones mejor.
En el último viaje no parabas de reír, parecías una niña. Te encantó Granada como si no la hubieses visto nunca.
En el último viaje no parabas de reír, parecías una niña. Te encantó Granada como si no la hubieses visto nunca.
Lo peor era no poder mantener una conversación con ella. Nunca recordaba nada aunque hiciera un minuto que lo había preguntado. Ignoraba todo cuanto ocurría a su alrededor. Anselmo, hacía lo posible por verlo todo desde fuera, como si él y Elvira no fueran los protagonistas. Esa perspectiva le hacía ser más flexible y blando con su propia historia.
Cuando Elvira se fue, durante años recordó con nostalgia y tristeza todo el tiempo que compartieron. Era otra forma de compañía, más intensa y tranquila: su memoria. Recuerdos que había compartido con su amiga Ana.
Un día, la echó de menos. La última vez que habló con ella ya le comentó que no se encontraba bien de salud y se sentía sola pues sus hijos vivían en otra ciudad. No le sorprendió saber que la habían ingresado en una residencia.
Le hacía bien, hablar con ella un rato cuando se encontraban en el mercado. Vivía la misma soledad que él y en alguna ocasión se atrevió a invitarla a compartir algo más que esas charlas o esos cafés alguna tarde en el barrio.
La conocía de siempre. Se quedó viuda joven y gracias a su trabajo, era administrativa en el Ayuntamiento, crió a sus 3 hijos sin muchos sacrificios, aunque siempre con cierta soledad por la falta de pareja. Le contaba a Anselmo que nunca quiso compartir su vida con nadie mientras sus hijos vivieran en casa, creía que solo se debía a ellos, que no podría dar a todos lo que necesitarían de ella.
Decidió que por la tarde se pasaría para hablar con los vecinos de Ana, quería saber en qué residencia estaba. Tuvo suerte, su vecina de abajo le contó donde se la habían llevado.
Era una residencia pequeña, no estaba lejos, en la periferia de la ciudad. Un día fue a visitarla, Ana le contó que los servicios eran muy buenos y que estaba haciendo amistades en el taller de arte terapia.
- A mí siempre me ha gustado dibujar y de los talleres que había era el que más me llenaba.
Por las tardes acudía al coaching grupal que le ayudaba a enfrentarse a los cambios de la edad.
Desde ese día, todas las semanas un par de veces, se acercaba a verla. A ella le gustaba, se le notaba la alegría en la cara y a él, le hacía feliz verla contenta.
Patrocinio González
7ª S - P. 3
Unos vecinos
ya mayores tenían muy buena amistad desde que se conocieron en el barrio y
fueron cada día cogiendo más amistad y se miraban ya con más cariño que de
vecinos
Un día, dejo
de verla por los lugares en los que habitualmente coincidían y alguien le dijo
que la habían ingresado en una residencia.
Algunos días
estuvo buscando la residencia hasta que dio con ella y fue un encuentro muy
enternecedor. Cuando él, al verla, le dio un abrazo y le dijo que la quería y
después de varias jornadas le dijo a ella si estaba dispuesta a casarse con él.
La respuesta fue que sí y enseguida se casaron
y en los años siguientes encontraron una felicidad muy grande viviendo en la
casa de él que reunía unas condiciones muy buenas y supieron volver al amor que
ellos soñaban.
Juan A. Díaz
Propuesta de
trabajo, 4.- Escribir un relato a partir de alguno de los pecados capitales.
Ayer, aprovechando la época de las
rebajas, fui de compras al centro. Mirando escaparates me encontré con mi
antigua compañera del instituto, Marta. Fue ella la que me reconoció
diciéndome:
- - ¡Olga!
¡No has cambiado! ¿No me reconoces?
La miré de arriba abajo y, excepto por
su estrabismo, hubiera jurado que era una top
model de las que aparecen en las revistas. Iba acompañada de sus dos hijos,
tendría que decir angelotes de Murillo,
tan rubitos, rosados y carnosos.
Para salir del paso le contesté
efusivamente:
- - ¡Marta,
qué alegría! ¡Estas guapísima! ¡Que niños más lindos!
Y con una sonrisa de oreja a oreja,
añadí :
- - ¡Enhorabuena!,
me enteré del premio que te otorgaron por tu última novela, perdona que no te telefoneara
para felicitarte pero estuve muy ocupada. Marta, has conseguido tu sueño, ¡claro
que te habrá resultado fácil siendo la esposa del dueño de una de las
editoriales más importantes del país…!
Le pedí que me contara en que se había
inspirado para escribir el libro, contestándome que las ideas del texto
germinaron, hace un par de años durante una visita que hizo a Japón para
contemplar los cerezos en flor (pensé en los geranios de mi pequeño y único
balcón que ya se les habían caído todos los pétalos).
- - ¡Pero
bueno! – añadí-, algún mérito habré tenido con las clases particulares que te
di de gramática. Dudo mucho que lo
hubieras conseguido de no ser por mi ayuda, porque estabas realmente verde.
Marta me interrumpió, interesándose
por lo que hacía y cómo me iba. Le conté por lo alto que seguía soltera y sin
hijos, que trabajaba en una empresa de reciclaje del papel, doce horas al día,
tres veces a la semana impartía clases nocturnas de lengua o literatura y
cuando podía, iba al gimnasio intentando rebajar mi evidente obesidad,
recalcándole que todos no teníamos la suerte de ella…Me cortó inmediatamente:
- - ¡Venga
Olga, nos tomamos un café!
Para rematar, me invitó a merendar en
la terraza del hotel más lujoso de la ciudad, dónde varias personas se acercaron
a saludarla, reconociéndola como una escritora famosa. La envidia me corroía.
Cuando nos quedamos a solas me dieron ganas de tirarla por la azotea y que
pareciera un accidente.
¿Cómo podía ser la vida tan injusta? Ella, que
siempre suspendía en las asignaturas relacionadas con las letras y que sus
faltas de ortografía eran vox populi,
tanto que siempre pensé que entró en la Universidad acostándose con el rector.
Me despedí de Marta, diciéndole que la
llamaría para que me firmara su novela, ¡que tendría que presumir de amiga
escritora...!
Mientras me alejaba, iba borrando su
número de teléfono de mi móvil. ¡Querida Martita, puedes esperarme sentada
Elisa Tamayo
7ª S - P. 4
En un pueblo no muy lejano,
vivían unas pocas familias, en muy buena armonía. Se conocían muy bien, lo mismo
los mayores que los pequeños.
Los pequeños se organizaron
para jugar y estudiar, aprendiendo unos de otros. Pero fueron haciéndose
mayores y cada uno tenía una personalidad y una forma de interpretar la vida.
Los dos hermanos María y Rafael
estudiaron María, profesora y Rafael carpintería y el vecino Andrés, estudió
arquitectura, y mantuvieron la amistad hasta que cada uno fue cambiando su
personalidad, y lo que más destruye es el dinero.
María y Andrés empezaban a
relacionarse como novios, consiguiendo quererse pero Rafael desde que empezó a
ganar dinero perdió la amistad con la hermana y su vez, con Andrés, porque
quería controlar a la hermana para quedarse con la mayor parte de la herencia,
de sus padres cuando su sueldo le daba lo suficiente para vivir holgadamente
pero la avaricia no tiene escrúpulo y rompió una amistad que no tiene precio.
7ª S - P. 4
Mi gato se llama Rayo, ¿sabéis por qué? Pues por lo mismo que hace un rayo. Lo veíamos pasar y al rato oíamos “el trueno”.
Era veloz, como la luz, no se le podía alcanzar.
Al comenzar el mes de febrero, empezaron sus lamentos y aullidos; había
comenzado el celo de todas las gatas de los alrededores.
Mi gato era el galán de todos los tejados.
Era preciosa su figura al contraluz, de aquella luz de luna, llena e
inmensa.
Mi madre adoraba a Rayo. Para ella, el mes de febrero era de gran
sufrimiento. Siempre le quedaba la duda ( ¿volvería su gato ?) y se prometió:
-
Esta vez cuando vuelva a casa , lo castraré - estaba decidido-.
Rayo estuvo, casi todo el mes fuera.
Volvió hecho una pena. Arañazos, algunas calvas en su hermoso pelo canela y
muy delgado.
Mi madre al verlo le increpó:
- Maldito gato, ¡claro, esto te
pasa por ser tan lujurioso…! ¡Te pareces a uno qué yo me conozco…!
Siguió hablando:
- Creo, que el otro, no se va
por ahí.
No sé, a que gato se refería mi madre. Todo esto lo hablaba bajito, pero
con mucho rintintín.
Llegó el día pactado con el veterinario. Lo llevamos a su consulta. Al poco
rato mi madre, salió con el gato, ya castrado.
Nos fuimos a casa. Mi madre siguió los consejos del veterinario; Rayo se
repuso pronto y comenzó a hacer su vida ordinaria.
Empezamos a notar, qué ya no corría tanto; coincidían, su paso y el ruido
del “trueno”.
MI madre pensó, que se estaba recuperando. Además, observó que comía
bastante más que antes, ¡pero que mucho
más!, que antes de la intervención.
Los sacos de pienso, le duraban pocos días; se había convertido en un glotón.
Mi madre decía:
-
Ahora practica la Gula, como el otro - y lo decía por lo bajini y curiosamente, con
rintintín-.
Nunca conocí al otro gato. Mi madre, si parecía conocerlo bien. Si le
preguntaba por él, me decía:
-Ya lo conocerás, no te preocupes.
Tengo que contaros que el cambio que estaba realizando Rayo, era para
asombrarse; ya no corría, ni mucho, ni poco.
Estaba gordo , ¡muy gordo! y ya !casi no andaba!.
Se arrastraba suavemente por el suelo y cuando llegaba a las esquinas, se
refregaba por ellas. ! Era feliz, en las esquinas! Cambiaba de posición; acercaba, la espalda, la
barriga, las patas, las manos y la cabeza; poco a poco sin prisa.
Así se podía pasar un día completo.
Lo más curioso, era verlo, bajar las escaleras. Se colocaba en el primer
escalón y se iba dejando caer suavemente de uno en uno. A veces tardaba 5 o 6
horas en bajar.
Cuando ya se aburría de estar en la planta baja, se colocaba, a los pies
del primer escalón, a esperar que llegara mi padre; lo cogía en brazos y lo
subía a la planta de arriba.
Mi madre siguió criticando a los dos gatos, bueno a Rayo y al otro que yo
nunca vi.
Ahora le decía:
-
Gato perezoso, como uno que yo me conozco; ¡claro, dos que se
acuestan en el mismo colchón , se vuelven de la misma opinión - y hablaba, como siempre, bajito y con rintintín.
Se me olvidaba deciros: Rayo, había cogido la costumbre de acostarse con mi
padre.
Esperaba a que mi madre estuviera dormida y !se subía a la cama.!
Me pregunto:
-
¿Cómo lo hacía?, !con lo gordo qué
estaba!
Seguramente, le ayudaría el otro gato.
Maribel Martín
=========================================
6ª SESIÓN
Propuesta de trabajo, 1.-
Fusionar los dos párrafos siguientes y construir otro diferente:
a) La
novela, en su sentido más amplio, es una impresión personal, directa, de la
vida; en esto, para empezar, consiste su valor, mayor o menor, según la
intensidad de la impresión.
b) Harpo
no se da mucha más maña que yo en eso de plantarle cara a su padre. Un día sí y
otro también, su padre se levanta por la mañana, se sienta en el porche y se
queda pasmado. Si una mariposa se para en la barandilla, la mira. De día, bebe
un poco de agua y, de noche, un poco de vino. Pero por lo demás, no se mueve.
Harpo no se da
mucha más maña que yo en eso de plantarle cara a su padre, es una impresión
personal. Un día sí y otro también, su padre se levanta por la mañana, en esto
consiste su valor, se sienta en el porche y según la intensidad que la luz del
amanecer le transmita, así se queda de pasmado. Si una mariposa se posa en la
barandilla la mira directa e intenta comunicarle, decirle algo, ella es libre.
De día bebe agua y de noche un poco de vino. Por lo demás no se mueve. Su
cabeza y su cuerpo responden ya a pocos estímulos, el ictus lo dejó en ese
estado en el que aunque quieras tu cuerpo ya no te obedece.
Patrocinio González
6ª S - P. 1
Harpo no se da mucha más maña que yo en eso de plantarle cara a su padre. Nuestros padres están empeñados en que continuemos trabajando en el negocio familiar como las tres generaciones anteriores. Pero ni Harpo ni yo, somos capaces de contradecir los deseos de nuestros progenitores.
6ª S - P. 1
6ª S - P. 1
Harpo no se da mucha más maña que yo en eso de plantarle cara a su padre. Nuestros padres están empeñados en que continuemos trabajando en el negocio familiar como las tres generaciones anteriores. Pero ni Harpo ni yo, somos capaces de contradecir los deseos de nuestros progenitores.
El negocio del calzado es muy rentable en estos momentos, es más, nuestra
empresa lleva varios años alcanzando un gran superavit a pesar de la crisis
económica. Tanto mi tío, como mi padre, no aceptan que nosotros, mi primo Harpo
y yo, deseemos dejar el negocio para dedicarnos a lo que verdaderamente nos
gusta: escribir y sobre todo, novela. La novela, en su sentido más amplio, es
una impresión personal, directa de la vida y eso es, lo que Harpo y yo hacemos
cada vez que nos enzarzamos en la escritura.
Lola Rodríguez
6ª S - P. 1
Desde
la muerte de mi padre, mamá ya no era la misma. Como un fantasma recorría los
rincones de la casa en busca tal vez, de la energía perdida. Día tras día, su
vida transcurría entre la televisión y las horas de las comidas. Urgía cambiar
esa situación que, además de hacer mella en nuestra convivencia, la estaba
arrastrando hacia una profunda depresión. A través del grato encuentro con su
antiguo diario, con sus vivencias, experiencias e impresiones personales de
casi toda una vida, la hizo reaccionar, devolviéndole la cordura y las ganas de
vivir.
Elisa Tamayo
6ª S - P. 1
Leyendo los dos textos y, rebuscando en conceptos filosóficos, he creído que al analizar el segundo párrafo, le podría aplicar, tres aforismos de JEAN-PAUL SARTRE:
Leyendo los dos textos y, rebuscando en conceptos filosóficos, he creído que al analizar el segundo párrafo, le podría aplicar, tres aforismos de JEAN-PAUL SARTRE:
1º
La existencia precede a la esencia
2º
El hombre está condenado a ser libre
3º
El hombre, no nace se hace
Considerando
como premisa previa, que el segundo párrafo, correspondiera a una novela, en su
sentido más amplio, es una impresión, MI
IMPRESIÓN, personal, directa, de la
vida, de dos sujetos, HARPO y su PADRE ;en esto, para empezar, consiste
su valor, mayor o menor, según la intensidad de la impresión.
La
intensidad de la impresión que causa la conducta del padre, se explica
en cuanto que, la respuesta a la intervención de otras personas, en este caso
de HARPO o la de su madre, es la misma IMPASIBILIDAD e INMOVILIDAD, ante
cualquier evento, que ocurra ante sus ojos, aunque sea el suave vuelo de una
mariposa.
Esta actitud, nos explica la EXISTENCIA que
precede a la ESENCIA de este individuo, el padre. Su conducta pudiera explicarse, como consecuencia de
sufrir una patología médica (Ictus) o
psicológica, por ejemplo, un shock postraumático, o una grave depresión, o all AISLAMIENTO del mundo exterior que le
rodea, ELEGIDO LIBREMENTE.
Después
de años de trabajar sin descanso con
jornadas interminables, sin vida familiar, ni personal. HARPO y su madre, después
de reprochárselo mil veces,
no entendían su situación actual.
Un
día, llegó de un viaje, soltó las maletas y se fue a descansar. Era una
conducta normal en él. A la mañana siguiente, se levantó, caminó hacia el
porche, se sentó en su hamaca y se quedó pasmado. Si una mariposa se para en al
barandilla, la mira. De día, bebe un poco de agua y, de noche, un poco de vino.
Pero por lo demás, no se mueve.
EL HOMBRE NO NACE, SE
HACE.
Maribel Martín
6ª S P. 1
-
La novela, en su sentido más amplio, es
una impresión personal, directa, de la
vida; en esto, para empezar, consiste su valor, mayor o menor, según la
intensidad de la impresión.
Álvaro Cañas, afamado escritor
reconocido en todo el mundo por sus libros de relatos cortos, explica a su
clase de 1º de Bachillerato, en un instituto de Murcia.
Nadie entiende por qué no abandona la
docencia ya que, con las ventas de sus libros, tiene suficientes ingresos para
vivir él, sus hijos t hasta sus tataranietos.
Lo que no saben sus lectores es de
dónde le viene la inspiración ya que a su musa, jamás se le ocurrió hacerle una
visita.
- -- Ahora, os voy a dictar un párrafo que
vais a desarrollar hasta convertirlo en un relato: “Harpo no se da mucha más maña que yo en
eso de plantarle cara a su padre. Un día sí y otro también, su padre se levanta
por la mañana, se sienta en el porche y se queda pasmado. Si una mariposa dse
para en la barandilla, la mira. De día, bebe un poco de agua y, de noche, un
poco de vino. Pero por lo demás, no se mueve”.
El profesor se sienta sobre el pico de
una mesa, frotándose las manos, a la espera del mejor texto para que le sirva
de inspiración…
Ana Vázquez
6ª SESIÓN
Propuesta de trabajo, 2.-
Expandir el siguiente texto: Jacinto Bonaplata hace punto; ayer una de las agujas
enloqueció.
Jacinto Bonaplata,
hace punto; ayer, una de las agujas enloqueció. No obedecía sus órdenes, sus
dedos eran pequeños títeres bailando al son de ella y su par, que por inercia y
como si ambas fuesen una sola, se movían a un ritmo desconocido. Así que
Jacinto pasó de ser el dueño de esa obra, que para él era la rebeca que hilaba
a su sobrina, al peón que hace sin poder negarse. Ante el asombro de tal situación
e intentando colocarla en alguna rendija
o resquicio de su cabeza para hacerla creíble y encontrarle una lógica, empezó
a vislumbrar como la rebeca empezaba a convertirse en un pantalón.
Patrocinio González
6ª S - P. 2
Jacinto
Bonaplata vive en un pequeño pueblo de montaña cerca de los Pirineos.
Hace
años, Jacinto era pastor: se dedicaba a recoger al amanecer las ovejas de
varios vecinos del pueblo y echarlas al monte.
Una
jornada cayó enfermo con fiebres muy altas de las que tardó meses en
recuperarse, dejándole postrado en una silla de ruedas.
Así
fue como un hombre acostumbrado a recorrer las montañas, se vio condicionado a
cambiar de vida de la noche a la mañana.
Jacinto
observaba a su hermana en el quehacer con la lana, a falta de distracción.
Un
día, viendo las noticias de la televisión, Bonaplata quedó impresionado con las
imágenes de un grupo de familias en un campamento de refugiados. La situación
que se mostraba en la pantalla era alarmante, miles de personas se encontraban
bajo cero en tiendas de campañas. Las ONGs pedían ayuda internacional.
Al
día siguiente, le propuso a Ramona que le enseñara a hacer punto. Fue así como
Jacinto se levantaba al amanecer con sus dos agujas y sus ovillos de lana. Pero
como era principiante le cundía poco…
Pasadas
unas semanas, escuchó que una asociación pro derechos del pueblo saharaui iba a
enviar un camión de primeros auxilios al campo de refugiados.
Quería
ayudar y esa noche estuvo tricotando hasta muy tarde. Antes de acostarse, contó
las bufandas de lana ya terminadas: eran veinte. Después, se fue a descansar.
Lo
que no sabía Jacinto, era que, mientras él dormía, una de sus agujas enloqueció
y se puso a hacer punto a una velocidad inusual.
Cientos
de bufandas de todos los colores, grandes y pequeñas fueron terminadas aquella
noche.
Por
la mañana temprano, al entrar Ramona en la salita, encontró todas las bufandas
desparramadas. Se dispuso a doblarlas y empaquetarlas. Después llamó a la
asociación para que vinieran a
recogerlas.
A
la hora del desayuno, apareció Jacinto con los ojillos pegados y verdaderamente
mala cara. Su hermana le preguntó:
- - ¿Qué tal has dormido?
Él
contestó:
- - ¡Estoy reventado! ¡Pues no he soñado que estaba tricotando toda la noche
sin parar!
Ramona emocionada se abrazó a su
hermano.
Aquel
año, el pueblo recibió el primer premio a la solidaridad con los refugiados. Y
todo gracias a Jacinto Bonaplata.
Elisa Tamayo
6ª S - P. 2
Jacinto Bonaplata hace punto; ayer una de sus
agujas enloqueció. Y es que, la barrita
de metal se cree que la hicieron para coser a máquina, no tejer.
Harta
de que no le dieran el uso correcto, se
rebeló y empezó a unir los extremos de las mangas del jersey, en vez de seguir
tricotando hasta terminarlo.
Agujita,
nuestra protagonista, fue castigada severamente, encerrándola en una caja con
Dedalín, que se creía una peonza y Colorín, el jaboncillo trastornado.
Ana Vázquez
6ª S - P. 2
6ª S P. 2
6ª S - P. 2
El pobre Jacinto no podía dar crédito a sus ojos: ¡la aguja de su mano
izquierda, hace punto por su cuenta!
Ayer, una de sus agujas, ¡enloqueció de repente…!¡ Empezó a moverse en
sentido contrario a la labor que él estaba haciendo…!
Bonaplata, estaba elaborando una colcha para su nieta Felipa: una vuelta
del derecho y otra del revés, una vuelta del derecho y otra del revés...tal
como su mujer lo había aleccionado. Su nieta se iba de Erasmus a Bruselas y él
quería que la muchacha no pasara frio en aquella ciudad europea.
Pero la maldita aguja tomó el rumbo que quiso y ahora la labor, había
tomado otra forma. Jacinto soltó las agujas con agresividad como si le hubiera
entrado un calambre en su mano y ¿cuál fue su sorpresa?, las agujas seguían
tejiendo... del suelo se engancharon en la lámpara, de la lámpara a la silla,
de allí a la ventana, a los pomos de las puertas del salón… Aquella sala se
convirtió en una enorme tela de araña de lana azul cielo. Jacinto, horrorizado,
salió corriendo y se escapó por la terraza de la habitación.
Lola Rodríguez
6ª S P. 2
Había sido un ingreso complicado, venia en
parada cardio-respiratoria. Lo habían subido directamente, desde la UCI móvil,
donde lo habían intubado. Era un hombre joven, moreno y alto, sus manos muy
cuidadas (estas apreciaciones, las hice después).
Costó mucho esfuerzo y trabajo de equipo, sacarlo de la emergencia vital que presentaba. Era un accidente extraño, traía clavada en la parrilla costal izquierda, una aguja de hacer punto, estaba alojada a escasos milímetros del pericardio, esa fue su suerte. Una vez estabilizado, se le envió a quirófano.
Las mil y una suposiciones de como había ocurrido el accidente, era la comidilla de los diferentes turnos. El paciente ingresó solo, sin ningún familiar que le acompañara, no teníamos información directa. Seguía en coma inducido; la intervención había sido aún más complicada de lo que parecía al ingreso.
Llegaron noticias extrañas desde el quirófano. Había costado muchísimo trabajo extraer la aguja. Los cirujanos comentaron: parecía imposible sacarla, ofrecía resistencia a su extracción aunque no había obstáculo aparente para ello. La solución fue dejar unos centímetros de la punta de la aguja alojada en el interior y cortar el resto.
Bajaron al paciente a nuestra unidad, y en la cama, en un sobre, venia el trozo de aguja que le extirparon. Seguía siendo un episodio algo extraño.
Pasaron los días, el paciente iba evolucionando. Se le quito el tubo, respiraba por sí mismo y comenzó a hablar y hacer preguntas: ¿Cual era la causa de su ingreso. ¿En qué ciudad se encontraba?, y sobre todo preguntaba por un señor: Jacinto Bonaplata.
Después de varios días, observamos cosas extrañas en la habitación, aparecía el trozo de aguja debajo de la almohada y nadie sabía quién lo colocaba allí.
Decidimos meter el sobre con la aguja en un armario y cerrado con llave.
Aquella noche, yo estaba de guardia. Cuando llegué a la habitación de Isidro, así se llamaba, observé que el paciente estaba acompañado. Era muy raro. La hora de la visita ya había pasado; nadie me había comentado que tuviera una visita. Le pregunte quién era y qué hacia allí.
Contesto:
Pasaron unos minutos y al ver que no volvía, fui al despacho donde se encontraba el armario.
Al abrir la puerta de la habitación, pegué un grito. Fernando, estaba en el suelo tendido y con la aguja de hacer punto, pinchada en el pecho, en la parrilla costal izquierda.
Era un hombre joven, moreno y alto, tenía sus manos muy cuidadas. Él no tuvo tanta suerte como Isidro. Él , si tenía clavada la aguja dentro del corazón.
Maribel Martín
Costó mucho esfuerzo y trabajo de equipo, sacarlo de la emergencia vital que presentaba. Era un accidente extraño, traía clavada en la parrilla costal izquierda, una aguja de hacer punto, estaba alojada a escasos milímetros del pericardio, esa fue su suerte. Una vez estabilizado, se le envió a quirófano.
Las mil y una suposiciones de como había ocurrido el accidente, era la comidilla de los diferentes turnos. El paciente ingresó solo, sin ningún familiar que le acompañara, no teníamos información directa. Seguía en coma inducido; la intervención había sido aún más complicada de lo que parecía al ingreso.
Llegaron noticias extrañas desde el quirófano. Había costado muchísimo trabajo extraer la aguja. Los cirujanos comentaron: parecía imposible sacarla, ofrecía resistencia a su extracción aunque no había obstáculo aparente para ello. La solución fue dejar unos centímetros de la punta de la aguja alojada en el interior y cortar el resto.
Bajaron al paciente a nuestra unidad, y en la cama, en un sobre, venia el trozo de aguja que le extirparon. Seguía siendo un episodio algo extraño.
Pasaron los días, el paciente iba evolucionando. Se le quito el tubo, respiraba por sí mismo y comenzó a hablar y hacer preguntas: ¿Cual era la causa de su ingreso. ¿En qué ciudad se encontraba?, y sobre todo preguntaba por un señor: Jacinto Bonaplata.
Después de varios días, observamos cosas extrañas en la habitación, aparecía el trozo de aguja debajo de la almohada y nadie sabía quién lo colocaba allí.
Decidimos meter el sobre con la aguja en un armario y cerrado con llave.
Aquella noche, yo estaba de guardia. Cuando llegué a la habitación de Isidro, así se llamaba, observé que el paciente estaba acompañado. Era muy raro. La hora de la visita ya había pasado; nadie me había comentado que tuviera una visita. Le pregunte quién era y qué hacia allí.
Contesto:
-
Soy Jacinto Bonaplata, vengo a recoger mi
aguja de hacer punto. Sé que la tiene Isidro.
Yo le dije:
-
No es una causa urgente para una visita, la
podría haber recogido mañana.
-
No señorita, es muy urgente, mi aguja está
loca. Este es el segundo caso de agresión que realiza. Le gustan los hombres
jóvenes, morenos y altos , con las manos muy cuidadas.¿ Sabe usted ?, se
enamora de inmediato que los ve, y se tira a su corazón; no quiero más accidentes
y además, cada vez es más pequeña , si sigue así, no va servir para nada.
Fernando, así se llamaba mi compañero, oyó la
conversación; cogió la llave y se dirigió al armario para coger el sobre que
contenía la aguja. Se la entregaría a Jacinto Bonaplata. Pasaron unos minutos y al ver que no volvía, fui al despacho donde se encontraba el armario.
Al abrir la puerta de la habitación, pegué un grito. Fernando, estaba en el suelo tendido y con la aguja de hacer punto, pinchada en el pecho, en la parrilla costal izquierda.
Era un hombre joven, moreno y alto, tenía sus manos muy cuidadas. Él no tuvo tanta suerte como Isidro. Él , si tenía clavada la aguja dentro del corazón.
Maribel Martín
6ª SESIÓN
Popuesta de trabajo, 3.-
Escribir una historia en una frase; luego, la
misma historia en una página.
Frase:
La primavera la sangre altera.
El
pasado domingo estuve en el parque del Alamillo para aprovechar la esplendidez
del día y la explosión de la naturaleza en primavera. De los árboles caían
miles de semillas que llevadas por el viento se esparcían por todas partes,
incluso sobre mi cabello. Los naranjos cargados de azahar, muchos ya en el
suelo. Flores de colores, amarillas, blancas, lilas…¡Que preciosas las
margaritas!¡Amapolas rojas de amor! El ambiente estaba impregnado de olores y
los pájaros cantaban contentos, tal vez cortejándose...hasta los patos en un
pequeño lago se deslizaban alegremente sobre el agua. Vi parejas besuqueándose,
madres haciendo arrumacos a sus pequeños, abuelillos cogidos de las manos,
perros felices con las colas girando alegremente como las aspas de helicópteros,
familias enteras en plan picnic e
incluso alguna que había colgado globos de colores entre los árboles para
celebrar un cumpleaños infantil al aire libre. También vi deportistas, hombres,
mujeres y niños, corriendo en pantalón corto, con bicicletas o patines.
La
primavera se ha implantado en el Alamillo con toda su fuerza, alterándonos a
todos; ningún ser vivo es ajeno a este hecho.
La vida estalla en el Alamillo.
Elisa Tamayo
6ª S - P. 3
Frase: Isabel duda entre cobrar el paro hasta
el final o aceptar el trabajo que le ofrecen en verano.
A
Isabel, le han reducido la jornada laboral a la mitad. Al contárselo a su
hermana, esta le dijo que podía solicitar el paro mientras encontraba otra cosa
mejor o le volvían a ampliar las horas de su contrato.
Al
cabo de un mes, recibió una carta del INEM, concediéndole veinte meses de
prestación por desempleo.
Se
sintió feliz porque, con ese dinero, pagaría el seguro del coche. Se graduaría
la vista e iría al dentista, que ya le tocaba revisión.
Después,
se acordó de que en los meses de julio y
agosto, la llamarían para trabajar por las tardes. Ella nunca rechazaría un
trabajo pero pagan muy mal y no le quedaría tiempo para descansar , en
todo el día.
Pero
entonces, ¿Qué es lo que le hace sentir mal, si ha elegido lo correcto?
Ana Vázquez
6ª S P. 3
Esta
descripción, de un atardecer, que he leído , no recuerdo donde, habla de
momentos, y yo añado: lo que me llama la atención de esta noticia, es la
respuesta de personas a un acontecimiento, que no por habitual, deja de ser tan
bello que dispara la sensibilidad de quién lo admira, así como sus emociones.
A la experimentación de sensaciones muy intensas delante de una pieza artística, normalmente debido a su belleza, se le llama el síndrome de STENDHAL .
Aquí hablamos de una variedad de este síndrome; extasiarnos ante la belleza de un atardecer y aplaudir a ese momento, único e irrepetible.
A cada puesta de sol, a cada atardecer en ese lugar mítico, transmitimos nuestro sentimientos. Es nuestro espejo de sensaciones íntimas, que nos desborda por la belleza que conlleva.
Y así, a veces recordamos por ejemplo lo que sentimos ante un atardecer hace muchos años, pero no recordamos nada de aquel atardecer. Nada. Todo ha desaparecido menos la emoción.
(Luis Landero)
Maribel Martín
6ª S - P. 3
Frase: Dña. Asunción no soportaba bromas en clase mientras ella explicaba.
Las bromas hasta cierto punto... Eso siempre decía Dña. Asunción, la maestra del colegio de Los Alambres, como se conocía el colegio público de mi pueblo.
6ª S P. 3
Frase: Ella
volvió sola.
Desde
el colegio a su casa había poco más de 1 km. Tenía que recorrer varias calles
hasta la salida del pueblo y luego coger la carretera.
Se
sentía minúscula y con miedo, sin saber por qué. Ese día tenía que volver sola
a casa.
Había
que hacer algo, no daba con la salida, eran sólo cuatros calles pero en ellas
se había perdido. Divisó a lo lejos un vendedor ambulante que iba con su carro.
Sabía que venía del pueblo más cercano, pasaba por su casa, su madre era
clienta de él y ella le conocía.
Encontró
la forma de volver. No quería ser descubierta, así que caminó todo el rato un
poco lejos de él pidiendo que nada de
cuanto había a sus espaldas le interesara.
Que
paz y alegría al llegar, se había perdido, era pequeña, el vendedor no la había
visto y había conseguido llegar a casa.
Solo
recuerda la historia que ha contado. Pero no logra, aunque lo intenta, saber
por qué tuvo que volver sola, ni tampoco
qué ocurrió cuando regresó. No hay conversación previa a esa vuelta ni después.
Es
complicado saber por qué hay situaciones que quedan nítidas en nuestra mente y aunque haya pasado
media vida, parece que fue ayer cuando ocurrió, otras no dejan ni rastro como
si nunca se hubiesen producido.
Patrocinio González
6ª S P. 3
Frase: Aplauden un atardecer en la bahía de Cádiz
He visto
desde mi ventana,
la fiesta
del poniente en los cerros lejanos.
(Pablo
Neruda)
Los atardeceres no son lugares, son momentos. Su belleza reside en lo efímero de los colores, las
luces, hasta los olores.
Tartesos,
Fenicios, Romanos, Visigodos , Musulmanes y Cristianos, han admirado desde ese
lugar, los atardeceres, transmitiendo de generación en generación esa belleza
visual, de la que disfrutaban y ahora en el siglo XXI aplauden.
Es habitual experimentar ciertas sensaciones cuando tenemos delante un
estímulo que las motiva. Sin embargo, existen personas con una
gran sensibilidad a estos estímulos, y reaccionan de manera excepcional ante
las emociones que despierta una obra de arte, un paisaje, una película, o como
en este caso, un atardecer.A la experimentación de sensaciones muy intensas delante de una pieza artística, normalmente debido a su belleza, se le llama el síndrome de STENDHAL .
Aquí hablamos de una variedad de este síndrome; extasiarnos ante la belleza de un atardecer y aplaudir a ese momento, único e irrepetible.
A cada puesta de sol, a cada atardecer en ese lugar mítico, transmitimos nuestro sentimientos. Es nuestro espejo de sensaciones íntimas, que nos desborda por la belleza que conlleva.
Y así, a veces recordamos por ejemplo lo que sentimos ante un atardecer hace muchos años, pero no recordamos nada de aquel atardecer. Nada. Todo ha desaparecido menos la emoción.
(Luis Landero)
Maribel Martín
6ª S - P. 3
Frase: Dña. Asunción no soportaba bromas en clase mientras ella explicaba.
Las bromas hasta cierto punto... Eso siempre decía Dña. Asunción, la maestra del colegio de Los Alambres, como se conocía el colegio público de mi pueblo.
Un día, en clase de Naturales, mientras Dña. Asunción explicaba la cadena
trófica marina, mi primo Quique, empezó a amarrar con una cuerda finita y sin
que se percatara la maestra, a Manolito, el niño que tenía sentado en clase
delante de él. Manolito era un niño muy bueno, pero un tanto despistado y la
señorita siempre le preguntaba por sorpresa, para que así prestara mayor
atención a sus explicaciones.
Aquel día, Dña. Asunción sacó a Manolito a la pizarra para que repitiera lo
que ella acaba de decir. Manolito intentó ponerse de pie pero no podía, el bromista
de mi primo Quique, lo había atado y bien atado. Como suele ocurrir en estos
casos, toda la clase empezó a reírse y Manolito, empezó a llorar. La señorita
bastante enfadada descubrió al culpable de aquella tonta y pesada broma.
-
¡Quique! ¿Has sido tú?, ¡Cómo
siempre, haciendo el ganso…!
Mi primo fue expulsado de clase y a Manolito también lo castigó por no
prestar atención a su explicación.
Lola Rodríguez
6ª SESIÓN
Propuesta
de trabajo, 4.-
Escribir un párrafo ordenando los siguientes elementos,
incluyendo una idea sistematizadora.
Ciudad :
ruidosa, competitiva, gris, industrial, agotadora, activa.
Pueblo:
tranquilo, humano, colorido, burocrático, lento, agrícola.
Seguramente
el lugar donde residimos nos influye en nuestra manera de vivir y ser, como nos
relacionamos con los demás e incluso en nuestra salud, de tal forma, que si
habitamos en una ciudad nos veremos envueltos en un espacio urbano
considerablemente más grande que un pueblo y donde el número de habitantes es
mayor, por lo tanto hay más ruido, tráfico y el desplazamiento resulta
agotador. Sin embargo, un pueblo al ser una zona reducida, suele imperar la
tranquilidad y el trato entre sus
vecinos más cercano y humano. En el pueblo, las construcciones predominantes
son casas o bloques de pocas plantas, abundan los espacios abiertos y la
cercanía con la naturaleza, donde el sector agrario, los sembrados, los huertos
y las granjas, le otorgan colorido y belleza, en contra del marco de una ciudad
invadida de bloques y asfalto, toda ella envuelta en un halo gris de
contaminación y ruidos provocados por una parte, al abundante tráfico y por
otra, a la copiosa actividad industrial y comercial que genera la
competitividad entre ellos. Los
servicios oficiales y administrativos se hayan hacinados por la
sobrepoblación ocasionando los fastidiosos papeleos burocráticos .Las
relaciones entre los habitantes de las urbes ante la gran masificación, suelen
ser desafortunadamente, impersonales.
Elisa Tamayo
6ª S - P. 4
Fue en el verano de 2007 cuando visité la ciudad de Pekín. Tenía una gran ilusión por conocer aquella ciudad y era una oportunidad de oro, el poder acompañar a mi marido en su viaje de trabajo a esta ciudad.
6ª S - P. 4
6ª S - P. 4
Fue en el verano de 2007 cuando visité la ciudad de Pekín. Tenía una gran ilusión por conocer aquella ciudad y era una oportunidad de oro, el poder acompañar a mi marido en su viaje de trabajo a esta ciudad.
Cuando nos bajamos del avión, en el aeropuerto, ya fue un choque tremendo:
había un ruido desagradable, la gente corría a toda prisa y empujaba para alcanzar
no sé qué cosa...Supongo que algún vuelo de tránsito de una ciudad, a otra.
Entendí que había que despabilarse pues había colas para todo y la
competitividad era espantosa, si no andabas listo, se te colaba cualquiera.
Nos montamos en un microbús que nos
llevó al hotel. Por el camino, desde la ventanilla del bus, pude observar la
ciudad de Pekin en movimiento. La gente corría de un lado de para otro: cientos
de motos, coches, bicicletas… se aglutinaban en los semáforos en rojo. Me
pareció horrible cómo funcionaba aquella ciudad. Los edificios eran enormes, no
llegaban a ser rascacielos, pero eran altísimos. Bloques y bloques de cementos
gris, feísimos por ciertos, nos encontrábamos a cada paso. Pude observar la
construcción de grandes industrias: grúas, cementeras y camiones lo indicaban.
La encontré agotadora y excesivamente
activa.
Lola Rodríguez
6ª S - P. 4
Los
nuevos vecinos se acababan de instalar en su recién estrenada casa.Venían de la
ciudad, esa ruidosa y competitiva urbe, que les hacía ver todo gris. Nos contaban a nosotros, que nunca habíamos
salido de nuestra zona rural, como la vida allí era agotadora. De tan activa
como se desarrollaba, no dejaba espacio para vivir, solo se sobrevivía y se
adaptaban a tanta industrialización. Ante esa
exposición, no pude evitar que acudieran a mí esas imágenes coloridas,
agrícolas, donde todo transcurre de forma que saboreas cada vivencia como a
cámara lenta. La tranquilidad y calor humano se palpa por todos los rincones
del pueblo, disfrutando también de esa falta de burocracia que tanto existe
donde vivían mis actuales vecinos.
Patrocinio González
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5ª SESIÓN
1.- Escribir un texto a partir de algunas de las ideas
siguientes:
- arcoíris ; - bolígrafo rojo
- una fotografía
FOTOGRAFÍA DE CAMELLOS EN EL DESIERTO
Una extensa e
intensa superficie dorada. Su sola visión desprendía calor.
La fotografía había
sido tomada desde el aire y en ella se observaban las imágenes negras de cincuenta
o sesenta camellos que contrastaban con el dorado de la arena.
Se distinguían
perfectamente las siluetas de los
animales describiendo su anatomía e, incluso, la figura de un ser humano,
encima de uno de ellos.
Lo sorprendente de
esta foto son las rayas blancas que se ven sobre la arena; las siluetas negras
son las sombras que se proyectan como consecuencia de los abrazadores rayos de
sol.
Maribel Martín
5ª S - P. 1
Bolígrafo rojo
Cada vez que veo algo escrito con este color, me vienen a la memoria los
suspensos que traía a casa de pequeña.
Ahora, no sé cómo será porque aún no tengo hijos. En mi infancia, las
notas se escribían en azul, si aprobabas y, en rojo, si suspendías.
Cómo os podéis imaginar, pocas veces eran azules.
Mi padre tenía un trabajo que nos hacía mudarnos cada año. Siempre
empezaba el curso en un sitio nuevo.
Mi madre, había sido profesora hasta que se casó y tuvo que dejarlo para
acompañar a su marido por toda España. Ella, me ayudaba con los deberes y a
entender las lecciones ya que se me atravesaban.
Los cambios de colegio cuando tenía cinco o seis años, eran interesantes:
estrenaba casa y amigos, lo vivía como una aventura.
Pero cuando fui siendo mayor, me resultaban más difícil y las
separaciones, dolorosas.
En cuarto curso, me negué a hablar con nadie. ¿Para qué, si después del
verano me olvidarían y tendría que empezar otra vez, de nuevo?
Las clases me las pasaba dibujando. Se me daba muy bien , cuando me
aburría de hacerlo, con bolitas de papel, molestaba a mis compañeros.
El profesor, D. Antonio, me mandaba al despacho del director. Esto,
naturalmente, se veía reflejado en mis notas, en rojo.
Mi madre iba a hablar con mi tutor casi todas las semanas. No entendía
por qué suspendía si, en casa, me sabía las lecciones.
D. Antonio, le mostraba los exámenes: casi todas las respuestas correctas
pero, en los márgenes, hacía caricaturas de él. Así no me podía aprobar.
Cuando llegaba a casa, mi padre, me castigaba sin ver la televisión y sin
videojuegos.
Mi madre, me preguntaba qué me pasaba, por qué lo hacía y si no me
impotaba perder el curso.
Yo, muy triste, le decía que no quería viajar más. Me sentía muy solo y
triste.
Una mañana, antes de entrar a clase, me puse a jugar a la lima en el
barro del patio del colegio. Cuando sonó la sirena, seguí jugando quince
minutos más.
Después, me fui a clase, llamé a la puerta pero nadie abría. Insistí y
nada.
Me llené de rabia, cogí impulso y con todas mis ganas, le di una patada a
la puerta, en el justo momento en que la abrían.
Mi zapato salió despedido, atravesó el aula y salió por la ventana que
estaba de par en par..
El profesor se quedó quieto al ver algo volando delante de sus ojos. Mis
compañeros, se reían y aplaudían. D. Antonio intentaba poner orden pero nadie
le hacía caso.
Me expulsaron tres días.
Mi padre me castigó sin ir a la playa en verano; lo pasaría con mis
abuelos en un pueblo perdido de la sierra.
Mi madre, que era todo paciencia y amor, me hizo una proposición:
- Si apruebas el curso y te portas bien, nos quedamos aquí para siempre.
- ¿Y papá? – respondí yo.
- De eso, me encargo yo.
- ¡Bueno, lo pensaré!
Volví a clase y mis compañeros me recibieron como a un héwroe. De la gran emoción que sentí, creí
que me iba a desmayar.
Desde entonces, contaban conmigo para juegos, me pedían opinión sobre sus
dibujos y, por las tardes, me buscaban para jugar al fútbol en la calle. Reían
mis bromas y fui uno más entre ellos.
Todo cambió. Me sentí integrado. Acepté la propuesta de mi madre y jamás
se volvió a escribir con bolígrafo rojo, mis calificaciones escolares.
Ana Vázquez
5ª S - P. 1
Una fotografía
Ha vuelto
a suceder. Esta mañana me he pesado y después de toda la semana a dieta pasando
hambre, sacrificando mi estómago y mis deseos, no he perdido ni un gramo. ¡Se
acabó, a la porra el régimen!. He ido al supermercado y todo aquello que se me
fue antojando y que semanas pasadas, había desechado por sus altos componentes
calóricos, ha ido directamente a la cesta de la compra. Llegué a casa, derretí
en el microondas una tableta de chocolate, abrí el paquete de harina para
tortitas, mezclé la harina con leche, la mantequilla y... ¡halaaa...! ¡a la
sartén!. ¡Qué ricas!...¡Qué buenas están!. Tortitas con chocolate caliente…
Mañana empezaré de nuevo, pero hoy, no me voy a sentir culpable; hoy, voy a disfrutar...
Ana Vázquez
5ª S - P. 1
Una fotografía
Lola Rodríguez
a
5 5ª S - P. 1
a) Una fotografía
Entro
corriendo por la puerta de urgencias del hospital. Tropiezo con una caja de
cartón, realmente le doy una patada.
- ¡Eh, oiga! – escucho -.
Un
hombre sentado sobre una manta y con algunas monedillas en el interior de una
sucia gorra, me increpa:
- ¡Mire por dónde va!
No
puedo pararme, tengo que saber que le pasa a mi hijo. Ha sufrido una caída en
clase de gimnasia…
Respiro,
no es nada, un simple esguince.
A
la salida, me dirijo al hombre para pedirle disculpas y observo que porta una
cartulina dónde pone: “Ayúdeme, mi hijo está enfermo y necesito dinero para la
medicación”
Junto
al texto, una fotografía tamaño carnet de un chico de no más de diez años,
pecoso y sonriente. Me quedo mirando al hombre y al niño del retrato… ¿De veras
es su hijo?No se parecen en nada. De hecho la cara del crío me suena.
Me
llaman por los altavoces de la clínica; ya puedo recoger a mi retoño.
Vuelvo
a salir, ahora, acompañada.
Le
pido perdón al señor y le dejo algunas monedas. Me extraña que él intente
agradecérmelo con un abrazo.
De
regreso a casa, mi hijo me pregunta:
- ¿Por qué tiene aquel hombre, la foto del hijo
de la vecina del 4º-2?
¡Zasca!
Es verdad¡Ya me sonaba a mí esa cara! Es Israel, el pequeño de Conchi, apodado
“el Pecas”.
Llamo
a la vecina y le cuento lo sucedido.
Partimos
las dos hacia la puerta del hospital para que no se nos escape el individuo.Por
el camino, Conchi me relata que le habían robado el bolso la semana pasada y con él las fotos de sus
hijos que llevaba en la cartera.
Al
llegar, vemos al hombre en el mismo lugar pero la foto ya no es la misma ¡Es la
de mi hijo!
Me
palpo el bolsillo de mi abrigo ¡Mi monedero había desaparecido! ¡Policía,
policía! ¡Sin vergüenza! ¡Menuda estafa…!
b)Un
bolígrafo rojo
Un bolígrafo rojo se ríe con cara
maliciosa, viendo discutir al boli azul con el de color negro.
El azul, dice:
- ¡Hoy me toca escribir a mí!
Y el negro:
- ¡No, te equivocas; a mi menda!
Ya enzarzados con los capuchones
apuntándose, llega Rosa, la maestra y dice refiriéndose al rojo:
- ¡ Vamos a trabajar un poquito, a ver si acabo de corregir estos ejercicios!
El boli rojo, entusiasmado, chorrea
tinta carmesí del gustirrinín.
Se quita el capuchón para saludar a
los otros dos compañeros y les hace una leve inclinación en la mano de la
profe, en forma de saludo.
5ª SESIÓN
Propuesta de trabajo, 2.- Describir un árbol real y otro imaginado.
ÁRBOL IMAGINADO
Tu tronco
Raíces al
descubierto
sirven de
asiento.
Sombras,
confidencias,
alegre
conversación.
Ancho, amplio, fuerte,
dulces abrazos.
Fechas y arcos,
todo él, es Amor
Toda ella
enamora
inmensa, redonda,
acogedora, estilizada,
dividida, divisible.
Nido templado,
madre acogedora.
Susurros de hojas
acompañan al viento.
Ululando en la aurora,
te dicen adiós.
ÁRBOL REAL: PALMERA WASHINGTONIANA ROBUSTA
Alta, muy alta,
tronco delgado, robusto y esbelto.
Cintura de
adolescente,
parece
quebrarse al viento.
Aguantas brisas, levantes, ponientes.
En tu juventud,
tus hojas son abanicos
con hilos blancos y
largos.
En la madurez, vestida ya de hojas secas
que desaparecerán con el
tiempo.
Tus frutos esféricos, numerosos y
negros.
Adornas paseos, encrucijadas y parques.
Hermosa palmera:
alta,
muy alta,
que se balancea con el viento
Maribel Martín
5ª S - P. 2
EUCALIPTO
El árbol de mi infancia.
En mi barrio, hay uno que da nombre a la plaza en la que está sembrado.
Es tan grande que, de pequeña, imaginaba que era un enorme globo a punto
de despegar.
Tiene muchas ramas y eso le da a su copa la forma redondeada que no
hevisto en otro igual.
Su tronco es muy ancho y está recubierto por una corteza muy finita que
se desprende. Su color es marrón grisáceo. En la parte inferior, el tronco es
más recio y de color más claro y liso.
Sus ramas son largas y crecen rectas hacia arriba pero, tiene tantas, que las exteriores se arquean
dándole su forma redondita.
En estos momentos, está lleno de hojas con forma de plumas. Cuando el viento las agita, expande un aroma exquisito y suena como una caricia para los oídos.
En el suelo, nos podemos encontrar como una bolitas que son sus semillas.
Sus raíces deben ser grandísimas porque levantan el hormigón del suelo de
la plaza.
Si te sientas debajo de él, en verano, te refresca su sombra. En
invierno, como ha perdido sus hojas, deja pasar lor rayos de sol y te calienta.
Y siempre, huele bien.
ÁRBOL FAMILIAR
De su base, veo que salen dos ramas gruesas que se entrecruzan hasta que
parece una. Ese tronco, es ancho, fuerte y lo ha resistido todo desde que fue
sembrado. Su color, es marrón chocolate y, aunque es rugoso, resulta muy
agradable al tacto, tanto, que dan ganas de abrazarlo.
Tiene cuatro ramas principales. Dos, están en el interior y las otras, se
ha multiplicado en el exterior.
Sus hojas, son ovaladas, de un verde
brillante.
Sus frutos, sólo salen de las ramas
exteriores. Tienen forma de campanitas rojas y son dulces como la miel.
Su espesura, sirve tanto para dar
sombra frsca como para guarecerse de la lluvia.
Entre sus ramas se pueden encontrar
ardillas y gorriones. También, dos perritos que montan guardia para que nadie
lo maltrate…
Ana Vázquez
5ª S - P. 2
Árbol real: La palmera
5ª S - P. 2
Árbol real: La palmera
Es
un árbol muy alto, de tronco poco grueso del que salen directamente las hojas
ordenadas en forma de palma, mucho más largas que anchas. Las superiores son
verdes y se encuentran en formas ascendentes, las inferiores curvadas hacia el
suelo recubriendo el tronco con el resto de las hojas viejas.
Florece
en primavera con flores blancas y olorosas.
Su
fruto es el dátil, de forma alargada y color marrón que cuelga de un péndulo. Varios
juntos forman una especie de racimo.
Usos
más frecuentes:
Como
planta ornamental, productor de dátiles y sus hojas se aprovechan especialmente
en el domingo de ramos.
Árbol imaginario
Es
un árbol gigante. Cambia entero de color según las estaciones del año:
primavera (azul), verano (rosa), otoño (amarillo) e invierno (naranja). Posee
un tronco de corteza rugosa y gran diámetro, en el cual se abre un orificio por
donde acceder al interior. Dentro existe una empinada escalera de caracol que
conduce a la copa del árbol compuesta por ramas robustas y cortas, cargadas de
hojas en formas de letras. Son hojas parlanchinas y cuentacuentos.
Florece
en primavera con pequeñas flores, blancas y lilas que, en la época de lluvia,
recitan poesías.
Su
fruto es el flatín, de forma alargada, color plateado y con varios agujeros. Se
caracteriza por producir bellas melodías originadas con las rachas de viento.
Al
ser un árbol de tan peculiares propiedades, su localización se mantiene en
secreto y resguardado en la frondosidad del bosque.
Elisa Tamayo
5ª S - P. 2
Real: El Álamo blanco
El álamo del Arroyo Claro, tiene un tronco delgado, blanco, casi grisáceo y
con motitas oscuras, a modo de lunares irregulares. Es estilizado con
apariencia elegante. Su copa es tan alta que parece tocar el cielo. Las hojas
blancas de un lado y verdes por el otro, brillan plateadas cuando sopla el
viento. Se mueven y hablan, no sabía que los árboles hablaran y en realidad no
lo hacen, pero cuando corre la brisa, parece que te susurrara al oído. Los
gorriones están como en casa: entran y salen nerviosos y se esconden por las
ramas…
Imaginario: El árbol de los golosos.
Sus hojas son de azúcar y están cristalizadas como un mineral, insertadas
unas con otras a modo de pirámide. Tienen un color amarillo-oro que deslumbra
cuando el sol asoma. Sus ramas de hojaldre, están rellenas de crema pastelera,
de ellas cuelgan unas manzanas rojas caramelizas, esas que venden en los
puestos ambulantes de las ferias. Pero lo mejor sin duda, el tronco, chocolate
negro, como esos dulces que se hacen en navidad. El árbol de los golosos está
en el parque de la Merienda. Cada tarde, mayores y niños pasean por allí para
poder arrancar un trocito al tronco o las ramas. Pero lo que más llama la
atención, es que no hay colas ni peleas por hacer acopio de semejante manjar,
porque, además, cuanto más trozos arrancas, más vuelven a brotar. Por cada rama
que cortes, salen dos o tres más. El jardinero del parque, no para de podar y
podar y otra vez, vuelven a brotar...
Lola Rodríguez
5ª SESIÓN
Propuesta de trabajo, 3.- Imaginar tres mujeres que conversan sin escucharse las unas a las otras.
(1) - ¡Ay! Pues yo estoy fatal, me duele la rodilla y la espalda…
(2) - El otro día, cuando íbamos mi hermano y yo por el paseo, nos
encontramos con Mª Carmen Aguado. ¡No
nos veíamos desde que estábamos en el colegio…!
(3) - ¡Menos mal que a mi marido le encanta viajar porque yo soy una gran
viajera...!
(1) - Eso sí, desde que voy al gimnasio me encuentro bastante mejor...
(2) - ¡Hija mía, Mª del Carmen - le dije-,
estás igual que hace 30 años! ¡Qué bien te conservas!
(3) - Cuando nos casamos le advertí: ¡si no quieres viajar, me voy yo sola
y ahí te vas a quedar…!
5ª SESIÓN
Propuesta de trabajo, 4.- Enumerar ideas que nos vengan a
la mente sobre la importancia de la lectura y escribir un texto con ellas.
¿Por qué leo?
-
Por curiosidad
-
Para vivir aventuras y emociones
-
Para conocer épocas pasadas
-
Me gusta la Historia
-
Me gusta conocer otras culturas
-
Me divierte
-
Al comentar mis lecturas, me uno a otras personas
-
Enriquece mi vocabulario
-
Me entretiene en la cola del médico o del banco
Empecé a leer por
curiosidad. Me hablaron tan bien de un libro, que no tuve más remedio que
leerlo… Desde entonces, no he parado.
Me uno a mi padre
que es un apasionado de la lectura y disfruta mucho cuando las comentamos.
Con los libros,
vivo otra época que jamás podré vivir.
Me apasiona leer
sobre la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que me quedo con mal sabor.
Cuando tratan de
otras culturas, me ayudan a conocerlas mejor.
En cambio, si
tratan de religión, rara vez no salgo decepcionada.
Esperando a que me
atiendan en el médico o en el banco, saco mi libro y ya no me importa lo que
tenga que esperar.
Me gusta llegar al
trabajo quince minutos antes para leer un poco y dejarlo en lo más interesante.
Así, mantengo la emoción…
Ana Vázquez
5ª S - P. 4
¿Por qué leo?
5ª S - P. 4
¿Por qué leo?
Aprender, cultura, conocimiento, placer, viajar, reflexionar.
Para mí, la lectura no es sólo cultura y conocimiento, es más que eso. Es
recorrer el mundo, viajar, aprender, ampliar vocabulario. Nos podemos
transportar a cualquier lugar del mundo, a cualquier civilización. Desde la
evasión, hasta la emoción, pasando por la diversión, un libro te hace pasar por
diversas experiencias. Leer también te hace profundizar en la condición humana
y en tu propio yo. Conocerte a ti mismo y reflexionar y comparar aquellos
personajes de las historias que aparecen en las novelas, ya sean reales o
ficticias. Te puedes sentir identificado o no, y puedes incluso, descubrir
aspectos que ni siquiera te habías planteado de ti misma. Y sobre todo, cuando
un buen libro cae en tus manos, eso es un placer, en definitiva: leer es disfrutar.
Lola Rodríguez
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4ª SESIÓN
Propuesta de trabajo, 1.- Mirar como si fuera la primera vez las
siguientes sugerencias e intentar descubrir en ellas algo insólito y escribir
un texto.
-
Objetos: un reloj, una fotografía, un jarrón, un espejo…
-
Personas: Una vecina, el panadero, unos mellizos, una embarazada…
-
Gestos: un estornudo, un guiño, toser, rascarse
Desde
mi balcón, veo y no me importa esa persona que pasea por la acera arrastrando
el carro de la compra, seguramente, casi vacío. Tampoco me importa su
vestimenta antigua y algo ajada. No me importa su cara triste y apesadumbrada,
ni sus pensamientos, ni sus tragedias y qué más me da, si tropieza, cae y
sufre…
-
¡Qué mísera vida llevo, tirando de este
carro que no soy capaz de llenar...! ¡Tengo los zapatos tan gastados…! me
duelen las plantas de los pies… hoy, hace frío y este chaleco tan raído no me
lo quita. ¡Ojalá encontrara un alma
caritativa que me invitara a un café! Aquella
mujer que está asomada al balcón, parece una señora de bien…
Da
gusto asomarse al balcón. ¡Qué mañana tan luminosa! Algo fría...Pero, ¡qué
feliz soy…! ¿Qué hace aquella mujer…? ¡Vaya, se ha tropezado…! ¡Voy a bajar a
ayudarla, pobrecilla, nadie la socorre…! ¡Pero...si es mi madre…!
Maribel Martín
4ª SESIÓN
Propuesta
de trabajo, 2.– Imaginar las visiones
internas de una vendedora de un traje de novia.
EL ESCAPARATE
Todos los jueves,
Faustina, empleada en una tienda de vestidos de novia, cambia la decoración del
escaparate, realizando el mismo ritual cada semana: se descalzaba, entraba en
el expositor y bajaba una persianilla
que ocultaba a los ojos de los curiosos las acciones que iba a realizar: desvestir
al maniquí, quitar los adornos y limpiar la moqueta. Luego, se quedaba
pensativa proyectando una nueva escena en la que influía, y mucho, su estado de
ánimo.
No pasaba por una
etapa alegre. Tampoco triste. Quizás, desánimo…
Pensó en aquel
instante: …¿Y si cambiara de vida…?
Movió la cabeza y,
a la vez, hizo un gesto con la mano, desechando la idea.
Continuó mirando el
espacio que tenía que decorar. Empezó a vestir
al modelo con el vestido elegido, eligió algunas flores aquí y allá y
tules por el suelo…
Uno de esos jueves,
observo cuando iba a cerrar la cortinilla, a un viandante parado frente al
escaparate.
Terminada su tarea,
volvió a descorrerla y allí se encontró de nuevo al espectador que sacaba un
cartón blanco con un número escrito (el 6). No le hizo mucho caso y abandonó el
recinto.
Al acabar la
jornada, se despidió de su compañera y salió de la tienda hacia su casa.
Ya en la calle,
pasó por delante del escaparate y, después de andar unos metros, se volvió y
miró la escena que ella misma había montado ese día.
La encontró anodina: maniquí con el vestido elegido y
unas flores a los pies.
Entonces entendió
el significado del número 6 que el espectador había mostrado.
Como tenía las
llaves de la tienda, abrió la puerta y, una vez encendidas las luces, se
introdujo en el espacio y comenzó a cambiarlo todo: la postura del maniquí, las
flores, añadió unas estilizadas palomas posadas en tules vaporosos… Estaba
totalmente abstraída en su tarea y, al darse la vuelta,, se sobresaltó. Allí
estaba el viandante con un nuevo cartón en las manos, esta vez, con el número
8.
Sorprendida y un
poco disgustada, le hizo una mueca, interrogándole: ¿qué le faltaba a la
escena para tener un 10?
Y él le mostró otro
cartón con una palabra escrita con grandes letras: ILUSIÓN.
Maribel Martín
4ª SESIÓN
Propuesta de trabajo, 3.- Conjeturar a partir del
siguiente texto: Hay cosas que se mueven o parecen moverse. Y el que más se
mueve de todos, es un anciano que brinca una y otra vez y parece bailar la
jota.
Al leer esta
propuesta, he pensado en EL TIEMPO
Hay cosas que se
mueven o parecen moverse.
EL TIEMPO se mueve sin que
nosotros podamos pararlo.
Y el que más se
mueve de todos, es un anciano que brinca
una y otra vez y parece bailar la jota.
EL TIEMPO PASADO, nos invade EL
TIEMPO PRESENTE en el que vivimos un instante y que se hace PASADO al
siguiente.
Y, EL TIEMPO
FUTURO, que nada más llegar se ha hecho PRESENTE Y PASADO,
comenzando otra vez.
La vida en tiempo se vive.
Tu eternidad es ahora
porque luego
no habrá tiempo para nada.
(Luis
Cernuda. Sevilla, 1902– Ciudad de México, 1963)
|
Este poema de
Luis Cernuda, me ha ayudado a reflexionar y conjeturar sobre la propuesta
de trabajo.
|
========================================= 3ª SESIÓN
Propuesta de trabajo, 1.- Construir un relato a partir de letras:
- Elegir tres letras
- Escribir una lista de diez palabras que comiencen con cada una de esas letras.
- Construir un relato combinando las palabras elegidas.
T.- Termómetro, trineo, tomate, tétanos, tormenta. Ternera, televisión, tiza, torrezno, tarta.
I.– Idiota, invierno, iris, informe, inteligente, Inglaterra. Ironía, índice, idolatrar.
O.– Ordinario, obispo, organización, orden, oligarquía, ocasión, onírico, oeste, ola, odioso.
Tío Juan, cada vez que tenía ocasión de ir al oeste de Inglaterra, procuraba desayunar la tarta de tomate, ternera y torrezno. En invierno hacía tanto frío que caían tormentas de nieve y el termómetro siempre estaba bajo cero. Solo faltaba el trineo para desplazarse.
De ordinario, visitaba al Sr. obispo que pertenecía a la misma orden religiosa que él. El secretario del obispo, un idiota que idolatraba la organización, y, abusando de su puesto en la oligarquía de la institución, entregaba un índice y una tiza con el informe anual de la diócesis.
Pero, tío Juan, era muy inteligente: utilizaba la ironía con aquel odioso e irrisorio personaje. A éste, cuando se percataba, le brotaba una ola de ira que hasta hacía que se le dilatara el iris.
El secretario, únicamente era feliz cuando salía en televisión, aunque solo fuera porque le hubieran puesto una inyección contra el tétanos.
Lola Rodíguez
3ª S - P. 1
Lola Rodíguez
3ª S - P. 1
DETRÁS DE LA PANTALLA
· 8 de abril de 2003, Bagdad, Irak.
Hotel Palestina,
uno de los principales centros de reunión de los medios de comunicación
internacionales.
José Couso, cámara
y reportero español, víctima, entre otros, del disparo de un proyectil desde un
tanque norteamericano, contra el hotel.
· Astilleros de Cádiz, 2013.
Los trabajadores de
los astilleros realizaron una protesta cortando el tráfico en el puente de
Carranza, una de las vías más importantes de acceso a la ciudad.
Los obreros hacen
barricadas con neumáticos ardiendo. Un grupo de periodistas se sitúan,
supuestamente, en la línea de seguridad, junto a las fuerzas policiales.
Allí se encuentran esquivando piedras y
cócteles molotov.
· Siria 2016, país de Oriente Medio, oficialmente , República
Árabe Siria.
Casi 200
periodistas e informadores, han sido asesinados desde que comenzó el conflicto,
además de unos 100 , detenidos en prisiones o secuestrados por grupos
extremistas, según Reporteros Sin Fronteras.
· 2017, Prado de S.
Sebastián, Sevilla, España.
En la puerta de los
juzgados, los medios periodísticos se centran en políticos acusados de
corrupción .
En cuestión de
minutos, se reúnen personajes variopintos en el mismo escenario: la llegada de
una furgoneta con un preso, los parientes del susodicho intentando acercarse,
abogados con togas y el juez de turno.
Al otro extremo, se
apean en la antigua estación de autobuses, una excursión de japoneses.
De inmediato, se
implanta el caos, y los compañeros del oficio se transforman en guerreros para
captar el mejor plano de cámara y las primeras declaraciones.
Se producen
atropellos, empujones y codazos.
Estas son
situaciones dispares que ocurren diariamente detrás de nuestra pantalla.
Estas imágenes que
podemos creer que surgen por arte de magia, pero que detrás de ellas se
esconde un colectivo de trabajadores cuya labor e intención es dar a conocer la
realidad, en cualquier punto del mundo.
El derecho a
buscar, recibir y compartir información, es esencial para disfrutar de todos
nuestros derechos, como la justicia, la educación, la sanidad … y
desarrollarnos como personas.
Amnistía
Internacional.
Dedicado a Sebas.
Elisa Tamayo
3ª S - P. 1
A.– antena, arco,
armonía, altillo, arado, alicatado, armamento, aeronáutica, abultado, aburrido.
T.- testarudo, tener, tenedor, tunante, tenía,
teniente, televisor, teléfono, temerario.
C.– caracol,
casilla, caramelo, competir, alicatado, correr, carambola, coraje,
correspondencia, componer.
Con buena armonía,
conseguimos, sin aburrirnos, construir una casa en el campo. Incluso pudimos
arar la tierra para sembrar.
Aunque un tunante
se interpuso, no consiguió el objetivo que buscaba de frenar la construcción de
la casa que, si bien se presentaba
complicada, no era una tarea temeraria.
El trabajo lo
hicimos muy lentamente, más o menos como un caracol pero fuimos capaces de
terminar la construcción.
La vivienda tenía
cocina alicatada, los huecos de puertas y ventanas, ccn arcos abultados en la
fachada, los dormitorios, con roperos empotrados y altillo.
Pusimos la antena
para la televisión y, de carambola, ´la línea de teléfono y un buzón para la
correspondencia.
Sin correr, pero
con mucho coraje, hicimos también una
casilla para el perro, porque somos muy testarudos y no paramos hasta tenerla.
La primera comida
en la nueva casa, fue con tenedor y de postre, caramelos.
Juan A. Díaz
3ª S - P. 1
La salida sería al
amanecer. Hubo alguien que se retrasó y mientras esperábamos, vimos la salida
del sol por detrás de los sauces llorones.
La marcha fue
relajada pero sin pausa. Aunque el camino era en gran parte recto, en una
bifurcación nos equivocamos y tuvimos que retroceder bastante. El alma se nos
cayó a los pies.
Durante la
travesía, nos hicimos todos amigos. Al llegar al embarcadero, nos paramos para
almorzar.
Después de descansar,
nos dijo el guía:
— ¡Ahora, a remar!.
Y nos dirigimos al
lago.
En mi barca había
un ratón que salió huyendo al vernos. Nos echamos todos a reír. Aunque nos
costó trabajo, terminamos remando con soltura.
Cuando por fin
llegamos a nuestro destino, estaba a punto de anochecer. El caserío donde
íbamos a cenar se llamaba Azucena . Yo me senté en el alféizar de
un ventanal pero estaba tan duro que me hizo añorar mi sofá queridísimo.
Había una sola
persona atendiéndonos a todos pero el servicio fue bueno. Nos ofreció las
bebidas acompañadas de frutos secos, para mi gusto, muy salados, mientras
esperábamos la comida.
Me levanté a ver el alambique por el que salía la
cerveza fresquita que me acababa de tomar.
Estaba tan cansada
que tenía la seguridad de que me
dormiría antes de poner la cabeza en la almohada.
Ana Vázquez
3ª SESIÓN
- Propuesta de trabajo, 2.- Inventar 5 palabras con 3
significados diferentes
1. Fififlofe.– Mareado/a, sin
fuerzas, flojo/a.
Que le falta chicha.
Alboroto, jaleo.
2. Ripino.-
Entrañable, cariñoso.
Pequeño, chico,
insignificante.
Cuesta arriba muy
pronunciada y difícil.
3. Perpin.- Presumido/a, cursi, repipi.
A la moda.
Fan de grupo de música.
4. Rotoco.- Barba incipiente.
Áspero y rugoso.
Cerro de Camas
(Sevilla).
5. Sopinillo.- Flor silvestre que solo florece en el cerro Rotoco, en Camas
(Sevilla).
Algo raro de ver.
Excepcional.
Compañía aérea cuyo
socio fundador nació en Camas (Sevilla).
Ana Vázquez
3ª S - P. 2
1. Mautero.– Persona cuyo oficio es el estampado de
mantas.
Cajón destinado a transportar gatos.
Himno nacional de Mauritania (noroeste
de África).
2. Melfoda.- Bolsa utilizada por los elfos para
guardar plantas medicinales.
Salsa típica de México. Se caracteriza por ser muy picante.
Enfermedad visual provocada por el exceso de exposición a pantallas.
3- Chincaño.- Dialecto utilizado por los habitantes del sureste de China.
Instrumento musical
de la tribu Chinchina, compuesto por tres o cuatro cañas de bambú,
pulidas.
Forma o manera
de designar una persona obtusa o estrecha de mente.
4. Anicar.- Acción de comer, en griego.
Renunciar a decir mentiras.
Ritual de la tribu Acar, para venerar a los espíritus
ancestrales.
5- Royonta.- Estado de ánimo cerca de la histeria.
Conclusión final de un libro.
Discusión entre hadas.
Elisa Tamayo
3ª S - P. 2
1. Carineo.-
Penitentes que salen en las procesiones con el rostro cubierto.
La primera imagen de un recién nacido.
En
el cine, personaje nuevo que aparece durante la trama de la película.
2. Talantasca.- Bebida afrodisíaca
casera que se utiliza en el sur de Chile.
Canción
popular infantil como estimulación a la lectura.
Animador/a en los partidos de polo a caballo.
3. Papalancha.- Embarcación pequeña
semicircular que se utiliza para navegar en algunos l
lagos norte de Europa.
Recipiente redondo y hermético que sirve para transportar la papilla de
los bebés.
Protesta callejera que genera
jaleo, escándalo y revuelo.
4. Canquilloso.- Dícese de la
persona susceptible y tiquismiquis que se enfada con facilidad.
Anciano/a aquejado de una enfermedad crónica leve.
Estado de ánimo
pesimista, triste, depresivo.
5. Macatara.- Plaza principal de un pueblo, utilizada como paseo por sus
habitantes.
Asamblea de las órdenes religiosas`pertenecientes a la Iglesia Ortodoxa
Griega.
Espacio abierto, diáfano, con luz natural.
Lola Rodríguez
3ª Sesión
Propuesta de
trabajo, 3.- Escribir un texto en el
que, al menos, el 75% de las palabras contengan la letra “f”-
Fue en un frío día
de febrero.
Fuimos toda la
familia a recibirlos a la estación de ferrocarril, felices de encontrarnos de
nuevo con nuestros familiares lejanos de Fuenlabrada. Se llaman Fernando y
Fabiola . Al llegar, nos confesaron que días antes habían estado enfermos con
fiebre y no se fiaban de que pudieran venir.
Festejamos su
visita en un tablao flamenco que se llama Filigrana.
Fernando traía una
fragancia floral que me fastidiaba un
poco y me fui a tomar el fresco. Me crucé con un fraile que tocaba la flauta
con frenesí. Como una flecha, salieron a frenarlo y él se fue sin formar
trifulca .
La cena fue frugal
porque se fueron rápidos a ver el fútbol
porque a eso habían venido.
Ana Vázquez
3ª S - P. 3
Tengo un perro tan
grande, que no lo puedo tener en la casa pero disfruto de un patio estupendo,
por lo tanto, asunto terminado. Con la
intranquilidad que tenía por resolver el
problema, Con la intranquilidad que
tenía, he conseguido resolverlo en poco tiempo.
Pensamiento
El desencanto es
uno de los sentimientos más influyente
en el ser humano para desviarlo de la convivencia y agrandar la
desigualdad.
Juan A. Díaz
3ª S - P. 3
LA FIESTA
Doña Fefina era una
foca muy fina. Y, también, muy tradicional. Tenía dos criaturitas: el varón, de
nombre Fefino, y la hembra, llamada Fefita, que le iba fenomenal con sus
características fisiológicas, porque era feilla y flojita.
Doña Fefita, estaba
muy feliz porque ese año le correspondía a ella preparar la gran fiesta de la
llegada del frío polar.
Tendría que convocar a todos sus amigos de
Finlandia. Mandarles las invitaciones
con la fecha y la hora del festejo. Aparte, preparar un fantástico almuerzo.
Envuelta en su
fastuosa piel, fue a la factoría de
pescado. Junto al faro. Allí se encontró al señor Fabrichio, el encargado,
quien le confesó que se sentía frustrado
por no poder suministrarle el suficiente pescado fresco para el acontecimiento
pues ese año había aumentado la temperatura de las aguas del mar por culpa del
factor humano, y no tenía suficiente mercancía fresca, desde febrero.
Doña Fefina, se
sentía fatal. Difícilmente, podría solucionar aquella situación fastidiosa.
Y abrumada con
pensamientos nefastos, se dirigió a casa bastante defraudada.
En cuanto puso sus
aletas en la fachada de su casa, salieron a su encuentro sus crías,
olfateándolas.
Doña Fefina, sacó
sus dientes afilados y ellos enseguida captaron que estaba enfadada.
Sus fieles vástagos
decidieron ayudarla.
Telefonearon al tío
Fofo y a la tía Fendila que se comprometieron a facilitarles toda la comida.
Fofo iría a la fábrica de conservas y freidurías. La prima se encargaría de
elaborar canapés de fletán.
Llegó el día de la
fiesta. Doña Fefina estaba feliz. Allí se encontraban todos sus familiares y
amigos.
La Fiesta del Frío
Polar, que se prolongó hasta el final del
día, fue todo un éxito.
Doña Fefina,
satisfecha, le dijo a Fefino y Fefita:
— Me habéis
enseñado una lección fantástica. Cuando nos encontramos con dificultades, es
bueno pedir ayuda a los demás y contar con la familia. Todos juntos, somos más
fuertes y resulta más fácil.
Se abrazaron. De
fondo, se escuchaba la flauta dulce del tío Fofo.
Elisa Tamayo
3ª S - P. 3
En la Facultad de Farmacia, se da un fenómeno fantástico: los profesores favorecen formidablemente a sus alumnos.
En cambio, en la Facultad de Física, los estudiantes fallan a favor del profesorado.
Fátima Fernández y familia, han estudiado allí y siempre fueron bien tratados.
Son tan fanáticos, que fanfarronean de ello.. A Fátima Fernández y familia, les fastidiaba el olor fétido del formol que se formaba al fabricar los fáciles y famosos experimentos de la facultad. Iban a tomar café en la cafetería de la facultad y allí teorizaban sobre las confusas fórmulas que se esfumaban tras obtener sus calificaciones académicas.
Lola Rodríguez
SESIÓN 3ª
============================================== 2ª SESIÓN
2ª S - P. 1 Lola Rodríguez
SESIÓN 3ª
Propuesta de trabajo, 4.-
Escribir una lista larga de palabras sin pensar mucho. Elegir la primera y la
última y, a partir de las dos, escribir un relato.
Ayer me entretuve buscando en internet tiendas de muebles que me pillasen cerca de mi casa. Después de
seleccionar las tres más próximas, me llegué a verlas.
Estaba buscando un armario que fuese a juego con mi dormitorio y por
fin, lo encontré.
Ana Vázquez
3ª S - P. 4
El coche tiene mal
aspecto por la pintura deteriorada pero de motor va muy bien. Por eso me atrevo
a cogerlo para ir a pescar a muchos kilómetros.
Me gusta pescar
aunque cuesta mucho que piquen porque los peces tienen mucha habilidad para
pasar del cebo.
Mientras pican, me
pongo a hacer deporte que es muy bueno para la salud. Yo, corro y mi amigo,
nada.
El pantano en el
que pescamos, está rodeado de encinas y alcornoques. Cogemos bellotas de las
encinas porque estas son dulces. Las de los alcornoques son amargas.
Cuando regresamos a
la ciudad, vemos a los gorriones volando a sus anchas.
Juan A. Díaz
Propuesta de
trabajo, 1.- Rellenar los espacios en blanco de cada renglón para conseguir un texto
Cuando terminó la
avenida, había unos bloques de
pisos a la izquierda que eran bastante grandes pero estaban muy
cerca de la estación del metro a la que yo quería llegar todavía con
sol pero se complicó el camino por causas ajenas a mi persona y, cuando
me di cuenta, anduve más lento que una tortuga. Pero supe anteponerme a
los obstáculos y llegué más tarde, a las once y cuarto. Cuando los que
me esperaban me vieron, se extrañaron mucho porque normalmente, no llegaba
nunca tarde y uno me preguntó si había cogido la salida equivocada
y les conté todos los obstáculos que había tenido . Me dirigí a las puertas que
daban a la escalera eléctrica que me conducía al hospital. En la sala,
en el número ocho, me exigían que fuera en bata porque era
una zona restringida para no molestar a
los médicos que estaban con los inventos para modificar los medicamentos
para saber los efectos requeridos después de las pruebas de los laboratorios.
Cuando creen que lo han conseguido, lo prueban con los animales permitidos como
ratones y ratas.
Juan A. Díaz
Desde la ventana de
la habitación número trece, podía ver el jardín que había en la entrada
del hospital mental. En la parte izquierda, se situaba un pequeño
estanque rodeado de algunas esculturas. Me quedé un rato observando el lugar pero
fui interrumpida por la llegada de la enfermera para darme la última
medicación.
La estación estival
se estaba alargando. Era finales de septiembre y, todavía con sol,
decidí mantenerme despierta cuando me sorprendió ver esconderse debajo de la cama una tortuga.
Como a las once y
cuarto, harta de buscar al animal, comenzó a escucharse voces en el pasillo del
hospital. Entreabrí la puerta y asomé la cabeza.
Casi choqué con un
hombre que portaba un saco y un bisturí ensangrentado. Preguntó: ¿Dónde
está la salida?...
Me quedé muda.
Lo vi marchar por la
salida equivocada, por las puertas de emergencia. Se escucharon
espeluznantes gritos por la escalera eléctrica que baja a
los sótanos.
Sobrecogida, pulsé
el botón número 8 de asistencia inmediata, sin obtener respuesta.
Aterrorizada y en
bata, fui desplazándome, pegada a la pared, hacia donde había visto
desaparecer al extraño personaje.
En el muro, junto a
las puertas del sótano, habían escrito con sangre:
“¡¡¡QUIÉN ME HA ROBADO MI TORTUGA!!!”
Entonces, desperté.
Seguía en mi dormitorio. Me debí quedar dormida con la fuerte medicación que me
estaban administrando.
Recordando el sueño
que acababa de tener, pensé que, el que inventó este tipo de centros
hospitalarios, tenía ciencia.
Lugar donde el
cuerdo puede soñar y el loco, disimular.
Elisa Tamayo
2ª S - P. 3
- Escribir una lista larga de palabras sin pensar mucho. Elegir la primera y la última y, a partir de las dos, escribir un relato.
- Escribir una lista larga de palabras sin pensar mucho. Elegir la primera y la última y, a partir de las dos, escribir un relato.
Café, mesa calle, metal, alambre, beneficiario, arquitecto, ladrillo, armario, médico, ataúd, jardín, aislante, tomillo, romero, agua, ermita, alambre, caserío, retorno, miedo, cáncer, nostalgia, amor, recursos, estadística, huelga, política, género, femenino, niños, hombres, mujeres, injusticias, ladrones, comercio, bebida, arroz, fruta, verduras, campos, fincas, amarillo, verde negro.
El café negro de Colombia, dicen los expertos que es el mejor del mundo.
A mi hermana Elena, le encanta el café colombiano y siempre que va a Medellín, trae montones de cajas para toda la familia.
Un día, cuando todos los hermanos estábamos repartiéndonos los paquetes, descubrimos que no estaban llenos de café… Un paquete se rompió y, ¡cuál fue nuestra sorpresa! Cuando empezó a salir un polvo blanco que parecía de todo, menos café.
Mi madre, rápidamente, empezó a dar vueltas por toda la sala del comedor de un lado para otro y no paraba de decir:
— ¡Ay, Dios mío, Dios mío, que nos van a meter a todos en la cárcel por traficantes...! Elena, ´¿qué has hecho? ¿en qué lío te has metido…?
Mi hermana no paraba de afirmar que no había hecho nada, que solo había comprado una caja de café negro para toda la familia.
No podíamos dear crédito a nuestros ojos. De repente, Carlos, nuestro hermano mayor, empezó a reír como un bobo hasta desternillarse de la risa. Mi madre, Elena y yo, nos fuimos para él y casi lo matamos a tortazos.
— ¡Perdón, perdón! — decía Carlos aguantando la risa y defendiéndose de nosotras —. Estoy harto del café negro de Colombia...
Lola Rodríguez
Lola Rodríguez
- Aplicando las características reseñadas, escribir un relato de no más de un folio a doble cara.
DESDE MI BALCÓN
Desde mi balcón, tengo buenas vistas. Un parque con una gran arboleda y, de fondo, Sierra Morena.
Eva, vive en el portal de enfrente. La veo pasar bien temprano, acompañada por sus tres perros. Llama la atención, con su cara un tanto deforme, tal vez, a consecuencia de alguna enfermedad degenerativa, y un cuerpo de niña aún, no desarrollado.
Lo que más me atrajo de Eva, fue el cariño con que hablaba a sus mascotas.
- ¡Chiqui, qué bonito eres!
- ¡Manet, corazón, no corras!
- ¡Pipo, guapo!
Entre los altos pinos, era habitual verla haciendo malabares entre cabezas peludas.
A menudo, coincidí con ella a la hora de recoger a los niños en el colegio. Observé que debía ser una persona bastante introvertida porque su relación con los demás padres se limitaba a un tímido “buenos días” o “buenas tardes”.
Pasaron meses repitiéndose la misma secuencia. Llegó la primavera.
Como es mi costumbre matinal, me asomo a mi balcón. Me sorprende ver dos coches de policía junto al portal de Eva. No veía tanto movimiento en la calle, desde el caso de los niños desaparecidos.
De repente, observo que llevan a un hombre esposado. Silencio en la calle ...Un extraño silencio que corta el aire...
Es la hora de recoger a los pequeños en el cole. Hay corrillos de padres y madres. Entonces, me entero de la noticia .
A primeras de esta mañana, Eva, se ha quitado la vida. Se ha ahorcado con la correa de una de sus mascotas, después de una fuerte discusión con su marido.
Según los vecinos, era un hecho cotidiano en aquella casa.
Han pasado años y, a veces, me pregunto quién era Eva.
Todavía me parece ver su silueta junto a sus perros, en la arboleda del parque...
Elisa Tamayo
2ª S - P. 2
INOCENCIA
Como era habitual, Bob Esponja presidía el almuerzo de la familia Martínez. Lo primero que hacía Luisito al llegar del colegio era conectar el televisor, pero aquel día, el destino o la casualidad quisieron que Luis, padre, hiciera zapping y apareciera bruscamente en Canal Sur Noticias, la retransmisión de un secuestro en la sucursal del Banco Horizontal.
— ¡ Mira, mamá ! ¡ Esa es la calle de la abuela Carmen !
— ¡ Sí, es verdad -- dijo Maica --, ahí es donde los abuelos tienen domiciliada su pensión !
El reportero seguía dando la noticia: “Según nos cuentan varios testigos, tres personas encapuchadas y armadas, entraron sobre las 13:45 h. en el banco y cogieron a varios rehenes, entre ellos, el director del banco y algunos clientes que en ese momento de encontraban allí.
La sucursal está rodeada de varios coches de policía que inmediatamente se han personado en el lugar, el sevillano barrio de Pino Montano. Las Fuerzas de Seguridad, fueron informadas por un cliente que pudo escapar de los secuestradores”.
— Voy a llamar a los abuelos a ver si ellos saben algo de lo que está pasando.
Maica habló con su padre que estaba muy preocupado por su mujer. Al parecer, había salido sobre la una del medio día para ir al banco porque tenía una cita con el director de la sucursal del Horizontal y no había regresado.
Toda la familia, incluidos los niños, se personaron en el domicilio de Inocencia, que así se llamaba la madre de Maica.
— ¡ Papá, quédate con los niños; Luis y yo, vamos a bajar a hablar con la policía ! - dijo Maica a su padre .
— ¡Claro, hija. Tened cuidado y esperemos que a mamá no le haya pasado nada !
El banco estaba franqueado por varios coches patrullas, periodistas, cámaras de televisión y montones de curiosos que se arremolinaban alrededor.
— ¡ Sr. Inspector, esta señora cree que su madre puede estar secuestrada dentro ! - dijo el policía al que habían preguntado.
— ¿ Cómo se llama su madre ? - se interesó el inspector.
— Inocencia García Belarde - le informó Maica.
— ¿ Su madre tiene 85 años, tiene domiciliada su pensión en el Banco Horizontal y ha sido víctima de las preferentes promovidas por el director del banco ? - preguntó el inspector.
— ¡Sí…! ¿ Cómo sabe usted todo eso ?
— ¡ Bueno, para eso me pagan, señora…!
— Pero, ¿ cómo está mi madre ? ¡ Es una anciana y está bastante delicada de salud…! ¡ No puedo creer lo que está pasando…! - le espetó Maica angustiada.
— ¡ Lo que no se va a creer, señora, es que uno de los secuestradores, es su madre !
— ¡ Pero qué dice usted…! ¡ Está loco…! ¡ Mi madre, una secuestradora… ja,ja,ja…! - rió nerviosamente, Maica.
— Lo que no tenemos, claro, es si las personas que le acompañan pueden ser unos delincuentes peligrosos que vayan armados y que hayan convencido a su madre para atracar el banco.
— ¡ Pero, qué está usted diciendo…! ¿ Para qué y por qué va a atacar mi madre un banco y acompañar a una banda de atracadores…? ¿ Estamos todos locos…? - decía maica
En cambio, Luis, su marido, murmuraba entre dientes : “ ¡ Si no me extraña; si mi suegra está como una cabra y siempre la tiene que liar… ! ¡ Y se le metió en la cabeza que tenía que recuperar su dinero…!”
— ¡ Pero, cálmese, señora, que tenemos un negociador y estamos hablando con Inocencia y parece que vamos a llegar a un acuerdo ! - le aseguraba el inspector a Maica.
— ¿ Puedo hablar con ella ? - preguntó ésta.
— De acuerdo - contestó el negociador.
Madre e hija, tuvieron una conversación donde la madre aseguraba que estaba bien y que, efectivamente, ella y dos de sus compañeros del Hogar del Pensionista que habían sido afectados por el fraude de las preferentes, querían dar un escarmiento al director de la sucursal.
Inocencia puso como condición para finalizar el secuestro, que le devolvieran el dinero a todos los afectados y, al salir de allí, el director, lo hiciera manos arriba, como el delincuente que era.
Después de varias horas de negociación con el presidente de la entidad bancaria y los accionistas, Inocencia y sus dos compañeros en el atraco salieron con una mano haciendo la señal de victoria y, en la otra, una pistola de cañones recortados que tiraron al suelo. Vestían pantalón y jerséis negros, usaban peluca y antifaz que les tapaba casi toda la cara. Al enfocarles las cámaras, se descubrieron el rostro. El director del banco, con las manos en la nuca, salió lloriqueando de la sucursal.
— ¡ Mira, abuelo. Esa pistola que lleva la abuela es igual que la que me regalaron los Reyes Magos ! - dijo Luisito.
— ¡ Esto no puede ser verdad ! ¡ Esto no está pasando ...! - repetía el marido de Inocencia...
Lola Rodríguez
2ª S - P. 2
Yo era una chica tímida y calladita que le costaba hablar por miedo a que sus amigas le diesen de lado. En el grupo, había una que era muy dominante y cuando no hacía lo que ella quería, me ignoraba.
2ª S - P. 2
Yo era una chica tímida y calladita que le costaba hablar por miedo a que sus amigas le diesen de lado. En el grupo, había una que era muy dominante y cuando no hacía lo que ella quería, me ignoraba.
Estábamos en el verano del 85 y yo tenía 12 años.
En mi barrio había un chico, “Jota”, un par de años mayor que yo. Era una especie de héroe entre los demás niños. Era el más chulo y el más valiente. Cada vez que me veía me decía: “fea, que eres muy fea…”.
A mí, me hacía sentir mal y me daba vergüenza porque me creía que era así, fea. Los demás chicos, lo imitaban y yo cada vez me sentía peor.
El primer día de curso en el instituto, fui de las primeras en entrar en clase y vi como iban llegando mis compañeros y ninguno se sentaba a mi lado. Me parecía que era una apestada, pero en el último momento, entró una chica y se sentó conmigo.
Conectamos enseguida. Era tímida, callada y no conocía a nadie de la clase, como yo. Inmediatamente, nos hicimos amigas del alma y nos lo contábamos todo. Además, estábamos pasando un pavo muy gracioso: nos reíamos por todo. Le confié mi problema con miedo a que me rechazara pero no lo hizo. Esto provocó que se metieran con ella, también.
Pasamos de curso y nos cambiaron de centro. Conocimos a nuevas compañeras y nos hicimos muy amigas de ellas, pero no eran como nosotras. Eran fuertes y no había quién las tosiesen. Esto ayudó bastante para darme más confianza.
Pasó el tiempo y aquel chico, Jota, cambió de actitud conmigo. Me miraba mucho y dejó de llamarme fea. Incluso me sonreía. Me lo encontraba por todas partes y un día me dijo que si quería salir con él.
Al principio, me sentía mal pero, con el tiempo, empezó a gustarme y le dije que sí.
Empezamos a salir y los primeros mese, todo iba bien.
Un día, me encontré con una amiga y, cuando le dije que salía con “Jota”, se sorprendió mucho. Me contó que consumía drogas y que lo sabía porque se juntaba con su hermano.
Lo dejé.
Pero él no me dejaba a mí. Me seguía a todas partes suplicándome que volviésemos a estar juntos. Terminé cediendo porque estaba muy enamorada.
Un día discutimos porque me enteré que estaba con otra. Él, me aseguraba que era la otra la que no lo dejaba en paz y yo, enfadada, le grité de todo. Me pegó y se echó a llorar.
Me dolió más verlo llorar que el bofetón que me había dado.
Me sentí culpable, hundida, tan mal, que no salía de mi casa. Mis amigas venían a ver que me pasaba, por qué no quería salir. Yo no contaba nada; me lo callaba todo.
¿Cómo explicar que cada vez que salía, Jota, se enfadaba muchísimo? Así que, me encerré y me lo tragué todo sola durante unos meses hasta que, un día, me desperté llena de rabia.
Con mi mejor amiga me fui a la calle y empecé a salir a todas partes: de fiesta, de compras, a playas y cafeterías…
Ahí, empezaron los insultos, tanto los suyos como los de sus hermanos. Al principio, fue horrible. Me daba vergüenza que los transeúntes escuchasen esos insultos.
Al año, ya me había acostumbrado. Era como la música que ponen de fondo en las películas: se oye pero no se presta atención. La película es más interesante. Pero no fue fácil.
Para llegar a ese punto donde todo te da igual, tuve que echarle muchísimo coraje y un apoyo grande por parte de mi gente.
Ana Vázquez
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1ª SESIÓN Propuesta de trabajo, 1
- Elegir un texto, identificarlo y transformarlo dos veces, de manera que pase a ser de cualquier otro tipo de los reseñados.
Transformación de una receta de cocina
MI RECETA LITERARIA
Lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de crear con nuestra queridas legumbres compatriotas, Lentejas a la Andaluza, es que debemos practicarle un saludable y refrescante baño, antes de ser cocinadas. Es preferible que sea un baño nocturno. De esa manera, al amanecer, habrán experimentado un aumento ligero de tamaño, muy beneficioso para su futuro rendimiento.
A continuación, pasarán a la sala de calderas, lugar éste, plateado, brillante, profundo y redondo. Allí, esperarán a sus compañeros de viaje: un redondito gordito y carmesí, tomate del terreno, su prima lejana, la zanahoria( porque, si no me equivoco, sólo comparte el caroteno con él). Después, hará su entrada triunfal D. Pimiento Verde, que brillante, estilizado o arrugado, siempre será bienvenido. Por último, debe pasar a la sala caliente, la cebolla, blanquita y tierna y, aunque a veces, nos hace sufrir tanto que nos provoca gemidos con su presencia, es tan imprescindible como su compañero y rival, el antirreumático, ajo.
Cuando tengamos todos los ingredientes, los cubriremos con el líquido elemento, el agua, hasta llegar a sumergirlos por completo. Es en ese momento, cuando nuestro zumo dorado como el oro, el aceite de oliva, y el pimentón extremeño, hacen su aparición.
En el momento en que el agua empiece a protestar, no dejéis que grite: le pondremos un techo para que estén muy calentitas y se ablanden como el algodón.
Por último, echaremos un trozo de chorizo. Este rico embutido elaborado a partir de uno de los mamíferos más apreciados de nuestra tierra, deberá compartir con el resto del equipo, el tiempo de cocción necesario para que nuestras Lentejas Andaluzas estén en su punto.
Esperamos que os haya gustado esta receta, hasta el punto de que estéis deseosos de ingerir tan rico manjar.
AL TELÉFONO
¡Hola, mami!
Acabo de hacer la receta que me recomendaste de la abuela, las Lentejas Andaluzas. Me han salido de rechupete… ¡qué ricas, mamá…!
Creo que la he hecho como me dijiste. Te la voy a contar para que me confirmes si las he hecho bien y así, guardarlas en mi recetario familiar.
Puse las lentejas en remojo, como me recomendaste, la noche anterior. Al día siguiente, las eché en la olla con el tomate rojo, la zanahoria, el pimiento verde, una cebolla y ajo.
Después, las cubrí de agua y les añadí el aceite de oliva y el pimentón. Las puse a fuego intenso, como decía la receta, y las tapé.
Por último, le añadí el chorizo y las dejé hervir hasta que estuvieron tiernas. ¡Exquisitas, mamá...!
Espero que Juan, ya que le han gustado tanto, las cocine la próxima vez.. Un beso.
Lola Rodríguez
1ªS - P 1
1ªS - P 1
SOL
Contigo amanezco
¡oh, estrella de vida!
Paseando por el vergel,
veo tus bondades:
ramas verdes, ramas verdes,
se alzan por todas partes.
Braserito del cielo,
calienta mi cuerpo.
¿Por qué me dejas sola
cuando esa nube negra me acecha?
Tengo frío.
Quiero que venga el estío.
No quiero que anochezca.
Quiero que mi bola de fuego, aparezca.
Fuente de vida,
sangre de la Tierra,
rayos de luz que en mis venas entran.
.
EL SOL (diálogo)
Andrés.– Mamá, ¿Qué es la bola que brilla tanto en el cielo?
Madre.- Es el Sol. Y en realidad, es una estrella muy grande.
A.- ¿Y, podemos cogerla?
M.- No, en realidad está muy lejos. Pero se ve muy cerca porque brilla mucho.
A.- ¿ Y, para qué sirve? ¿Por qué está en el cielo?
M.- ¡Ufff… qué pregunta…! Pues el sol nos calienta y da energía a la tierra. Como tus cereales del desayuno, dan energía a tu cuerpo.. También hace que crezcan las plantas, como las hierbas que come tu mascota.
A.- ¿Y, si no existiera?
M.- Pues si no existiera el sol, tampoco existiríamos nosotros. No habría vida. Bueno, ahora, a lavarte los dientes y a dormir. ¡Qué ya se pone el sol!
Elisa Tamayo
Elisa Tamayo
1ª SESIÓN. Propuesta de
trabajo, 2.
- Elegir una idea y contarla a través de los ojos de una niña, un
anciano y un gato.
Idea: El cumpleaños
de la abuela
(abuela)
Hoy cumplo 83 años.
¡Qué satisfacción!
Están iodos mis hijos, mis nietos, incluso, mi bisnieta. ¡Qué ilusión! Todos están pendientes de mí:
-
¡Abuela, siéntate! No hagas nada
y come.
-
¿Te corto el pollo?
-
¡Descansa!
¡Cuánto me quieren!
Es mi familia. Estoy feliz.
(niña)
Hoy es el
cumpleaños de la abuela. ¡Fiesta!
Estarán mis
primos y podré jugar con ellos. Así,
podré pasar un rato sin mi hermano mayor que siempre está mandando y
fastidiando.
¡Tarta!
-
¡Yo también quiero soplar las
velas y abrir los regalos! ¿Te ayudo, abuela?
Lo último, mi regalo.
He preparado una carta para mi abuela y le he puesto una frase, bien grande con
purpurina, que dice: ”¡Te quiero, a la mejor abuela del mundo!”
(gato)
¡Horror! ¿Qué es
este jaleo?¿Qué hace tanta gente en mi casa?
Hay seres
pequeños que entran en tropel por la
puerta de la casa. Intentan cogerme. Si lo hacen, voy a tener que defenderme.
Con uñas y dientes. Me esconderé debajo de la cama de mi sirvienta.. ¿Cuánto
durará esta tortura? ¡Huele a comida! ¡Uhmmm…! ¡Qué hambre…! Necesito ir al comedero… Mejor, no; esperaré
a que se vayan los intrusos...
Elisa Tamayo
1ª SESIÓN Propuesta de trabajo, 3.
- Escribe sobre un objeto sin nombrarlo, de forma irónica.
- Escribe sobre un objeto sin nombrarlo, de forma irónica.
¡Ay, querido, qué frío eres conmigo...! Aunque apuesto a que eres igual con todo el mundo...
Se podría decir que llegas a ser gélido, silencioso… ¡Bueno, según y cómo...! ¡Alguna vez
has enfermado y no has parado de llamar la atención…!
has enfermado y no has parado de llamar la atención…!
No me considero racista pero prefiero que seas así, como eres: blanco, hermoso, limpio y,
sobre todo, que estés siempre bien perfumado.
sobre todo, que estés siempre bien perfumado.
Te necesito, no puedo vivir sin ti. Cuando salgo fuera de casa, te echo tanto de menos, que, a
veces, me siento hasta indispuesta y en alguna ocasión, he tenido que visitar al doctor.
veces, me siento hasta indispuesta y en alguna ocasión, he tenido que visitar al doctor.
He encontrado a muchos como tú, pero reconozco que el mejor es el que se queda en casa.
De todas formas, quiero que sepas que si algún día me fallas, querido, no tendré más
remedio que cambiarte por otro más nuevo y más actual que tú.
remedio que cambiarte por otro más nuevo y más actual que tú.
( váter )
Lola Rodríguez
1ª S - P. 3
1ª S - P. 3
En un momento dado, formó parte de la naturaleza.
La mano del hombre lo procesó.
Puede tener diferentes colores y texturas pero casi siempre, acaba siendo amarillo o
marrón.
marrón.
Antiguamente, hasta letras tenía. Entonces, acababa en manos de un cagón.
(el papel higiénico)
Elisa Tamayo