viernes, 16 de noviembre de 2018

PREMIOS CON NOMBRE DE MUJER





   FRANCISCA AGUIRRE (Alicante, 1930)

 La poeta alicantina Francisca Aguirre ha sido galardonada con el Premio Nacional de las Letras 2018, según el fallo del jurado hecho público, que ha destacado cómo su poesía, la "más machadiana" de la generación de los 50, está situada entre la conciencia y la memoria.
El premio, concedido por el Ministerio de Cultura y Deporte, está dotado con 40.000 euros y distingue el conjunto de la labor literaria, en cualquiera de las lenguas españolas, de un autor español, cuya obra esté considerada como parte integrante del conjunto de la literatura española actual.
El jurado ha elegido esta obra "por estar su poesía  entre la desolación y la clarividencia, la lucidez y el dolor, susurrando (más que diciendo) palabras situadas entre la conciencia y la memoria".

                                          TESTIGO DE EXCEPCIÓN
Un mar, un mar es lo que necesito.

Un mar y no otra cosa, no otra cosa.
Lo demás es pequeño, insuficiente, pobre.
Un mar, un mar es lo que necesito.
No una montaña, un río, un cielo.
No. Nada, nada,
únicamente un mar.
Tampoco quiero flores, manos,
ni un corazón que me consuele.
No quiero un corazón
a cambio de otro corazón.
No quiero que me hablen de amor
a cambio de amo
Yo sólo quiero un mar:
yo sólo necesito un mar.
Un agua de distancia,
un agua que no escape,
un agua misericordiosa
en que lavar mi corazón
y dejarlo a su orilla
para que sea empujado por sus olas,
lamido por su lengua de sal
que cicatriza heridas.
Un mar, un mar del que ser cómplice.
Un mar al que contarle todo.
Un mar, creedme, necesito un mar,
un mar donde llorar a mares
y que nadie lo note.


IDA VITALE
El ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, en un acto celebrado en la Secretaría de Estado de Cultura, ha hecho público el fallo del jurado presidido por la escritora y académica de la RAE, Carme Riera, del Premio Cervantes 2018, considerado como el Nobel de las letras castellanas, que, en la presente edición, ha recaído en la poeta Ida Vitale.
Ida Vitale  (Montevideo, 1923), poeta,traductora, ensayista y profesora, miembro de la Generación del 45 con otros escritores como Juan Carlos Onetti, Carlos Maggi o Idea Vilariño, representante de la poesía "esencialista". Sus grandes referentes fueron José Bergamín y Juan Ramón Jiménez. 
Empujada por la dictadura, se exilió a México en 1974, y allí conoció a Octavio Paz,  que le ayudó en su carrera y donde cultivó el ensayo y la crítica literaria y tradujo libros para el Fondo de Cultura Económica; impartió conferencias y lecturas, participó en jurados y colaboró en numerosos diarios.
Volvió a Uruguay en 1984, y dirigió la página cultural del semanario Jaque.Desde 1989 vive en Austin (Texas) junto a su segundo marido, el también poeta Enrique Fierro, y viaja muy esporádicamente a Montevideo.  


FORTUNA

Por años, disfrutar del error
y de su enmienda,
haber podido hablar, caminar libre,
no existir mutilada,
no entrar o sí en iglesias,
leer, oír la música querida,
ser en la noche un ser como en el día.
No ser casada en un negocio,
medida en cabras,
sufrir gobierno de parientes
o legal lapidación.
No desfilar ya nunca
y no admitir palabras
que pongan en la sangre 
limaduras de hierro,
Descubrir por ti misma
otro ser no previsto
en el puente de la mirada.
Ser humano y mujer, ni más ni menos



   Acaban de dejar de ser la lluvia.
Traviesas en recreo,
gatitos de un reino transparente,
corren libres por vidrios y barandas,
umbrales de su limbo,
se siguen, se persiguen,
quizá van, de soledad a bodas,
a fundirse y amarse.
Trasueñan otra muerte.

Aclimatación

Primero te retraes,
te agostas,
pierdes alma en lo seco,
en lo que no comprendes,
intentas llegar al agua de la vida,
alumbrar una membrana mínima,
una hoja pequeña.
No soñar flores.
El aire te sofoca.
Sientes la arena
reinar en la mañana,
morir lo verde,
subir árido oro.
Pero, aún sin ella saberlo,
desde algún borde
una voz compadece, te moja
breve, dichosamente,
como cuando rozas
una rama de pino baja
ya concluida la lluvia.

Fortuna

Por años, disfrutar del error
y de su enmienda,
haber podido hablar, caminar libre,
no existir mutilada,
no entrar o sí en iglesias,
leer, oír la música querida,
ser en la noche un ser como en el día.
No ser casada en un negocio,
medida en cabras,
sufrir gobierno de parientes
o legal lapidación.
No desfilar ya nunca
y no admitir palabras
que pongan en

ser en la noche un ser como en el día.
No ser casad



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