martes, 31 de octubre de 2017

EFEMÉRIDES: 500 ANIVERSARIO DE LA REFORMA PROTESTANTE


El 31 de octubre de 1517, el fraile agustino Martín Lutero, se rebeló contra la Iglesia Católica cuando publicó sus “95 tesis” sobre la penitencia y el uso de indulgencias en la puerta del Palacio de Wittenberg, en Alemania. El desarrollo de esos 95 principios, dio lugar a una nueva doctrina que tomó el nombre de Reforma Protestante.
Reproducimos aquí, un interesante artículo sobre cómo en España, y más concretamente, desde el Monasterio San Isidoro del Campo (Santiponce), se apoya dicha reforma.

 

LOS CONTESTATARIOS E INCONFORMISTAS MONJES DE SAN ISIDORO DEL CAMPO.    
Casiodoro de Reina
   
Cuando en 1431, los monjes jerónimos observantes, los monjes jerónimos ermitaños, los monjes del prior fray López de Olmedo llegan al monasterio de san Isidoro del Campo, rompen con la rigurosidad, con el  desnudismo que los anteriores moradores, los cistercienses, habían sometido a las paredes del cenobio; estos, los cistercienses, que al prescindir en sus construcciones de los adornos que en consonancia con su doctrina que busca el espíritu puro y con su sentido de la pobreza, logran que sus espacios conventuales sean limpios y originales.
Pues bien, muy seguramente no, o tal vez, sí, aquellos monjes obsevantes que decoraron todo el monasterio, que hicieron de sus paredes y sus paramentos toda una exposición de religiosidad, de catequesis y de belleza, fueron los que dejaron la semilla para que, poco más de un siglo después, otros monjes sucesores de aquellos, se plantearan nuevos retos, estos más espirituales, más intelectuales y a la vez,  más peligrosos dado el “statu quo” de aquellos tiempos.
Estamos en la Sevilla del quinientos, una ciudad entre los ríos Guadalquivir y Tagarete, con sus murallas, sus puertas y sus postigos, que comenzaba a salir de la Edad Media, que sus calles iban muy poco a poco, perdiendo el carácter intimista que era propio del urbanismo árabe, llenándose de plazas delante de templos, palacios y edificios públicos, que tenían su columna vertebral en el río grande que, a través de El Arenal y de su puerto, la unía al mundo, al solo conocido hasta hacía poco y, fundamentalmente, al Nuevo Mundo con el impulso que supuso la Casa de Contratación. En definitiva, Sevilla era una ciudad de referencia, una de las ciudades más pobladas de Europa, en la que, en el aspecto sociológico se podía distinguir el alto clero, la nobleza, un sector medio muy populoso cuyos componentes ejercían muy diversas profesiones, y el pueblo llano. Era una ciudad con una gran actividad a la que llegaban y salían no solo mercancías y personas, sino también ideas, las que pululaban por todo el imperio, las de Erasmo de Rotterdam que rechazaba el autoritarismo que impedía pensar libremente, criticaba los abusos de varias clases de la sociedad, especialmente de la Iglesia, y las ideas de Martín Lutero que exhortaba a la Iglesia cristiana a la enseñanza original de la Biblia y que condujo, al final, a la ruptura con Roma dando lugar al  protestantismo.
Estas ideas, en primer lugar maduraron en la catedral de Sevilla través de sus predicadores Doctor Egidio, procesado y condenado por la Inquisición, y Constantino Ponce de la Fuente, que viajó con Felipe II por todo el imperio y que también fue procesado por la Inquisición, y, en segundo lugar, arraigaron en el Monasterio de san Isidoro del Campo que se puede considerar el primer foco  reformista de esta época. Es necesario resaltar que los monjes de san Isidoro eran más eramistas que protestantes; pretendían la reforma de la Iglesia desde su interior, nunca su ruptura.  
Aun así, la Contrarreforma, a través de la Inquisición, diezmó a la comunidad jerónima en los autos de fe de 1559, 1560 y, sobre todo, en  el de 1562. Muchos monjes fueron ajusticiados, otros relajados o quemados en efigies. Afortunadamente, algunos monjes, entre ellos Casiodoro de la Reina, muy posiblemente la personalidad de más talla intelectual de toda la comunidad, y Cipriano de Varela, lograron huir a tiempo, siendo el primero, el autor de la primera edición de la llamada Biblia del Oso  - traducida al castellano desde sus orígenes. Desde el griego y desde el hebreo -, y Cipriano de Varela, autor de la segunda edición.
 Todos los acontecimientos mencionados anteriormente, están descritos en una novela histórica que tiene como núcleo y centro el monasterio de san Isidoro del Campo y los avatares sufridos por sus monjes. La novela a la que hago referencia es “Memoria de cenizas” de la escritora Eva Díaz Pérez, editada en Sevilla en 2005 por Andalucía Abierta, de la Fundación  José Manuel Lara.
Quién desee profundizar en estos hechos reformistas, tan desconocidos, por otro lado, pueden acudir a la lectura del mencionado libro.

                                                                       JOSÉ VELÁZQUEZ CASTILLO


Interesante: Exposición "La reforma Protestante. 500 años de testimonio" 
18 de octubre hasta 9 de noviembre
Sala de la Logia (Ayuntamiento de Sevilla)
Horario: todos los días de 10 a 13 h. y de 16 a 20 h.