
"Encuentro en mis padres los antecedentes de mi vocación por el teatro y las marionetas. En verano, a la hora de la siesta (...), Encarnita, que así le gustaba a mi madre que la llamaran, desvelaba a la niña que llevaba dentro y, aprovechando el foco del sol, proyectaba sombras chinescas con sus manos.(...)

"A las fiestas del pueblo llegó un año una barraca de autómatas. Entrar en un lugar en donde había muñecos que parecían tener vida propia era mágico para un niño de poco más de cuatro años (...)

" (...) Como íbamos a fabricar muñecos y decorados, pensamos que seríamos una factoría (...): "La Factoría de Trapo" o "Factoría de Trapos" y fue este último con el que nos hemos dado a conocer hasta el día de hoy (...)".
Asistimos a una función en la que nos trasladó al pasado, y compartimos un espacio mágico, que nos emocionó por momentos, viendo la pasión con la que trabajan, dos grandes profesionales, donde el sentimiento es tan sincero que contagia.
"Desde el principio, "La Casa del Títere" recibió muchas visitas (...). La exposición la enfocamos como un recorrido a través de la historia de la marioneta, Teníamos documentación con fotos de muñecos articulados de egipcios, griegos y romanos. A partir de este material, realizamos recreaciones para nuestro museo. (,,,)"
Atentos a cualquier consulta, nos proporcionaron toda la información que íbamos demandando consiguiendo que la visita fuera didáctica y divertida.
¡Gracias, Pepe y Luisa, por contribuir de manera tan importante a la cultura, entretenimiento e ilusión de peques y mayores de nuestro pueblo.
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