____ Alicia Gould de Almenara, una mujer de lo más interesante (inteligente, guapa, adinerada…) nos hace creer que entra por voluntad propia en un Hospital de Salud Mental, para investigar un crimen.
Cada una de ellas representada en uno o varios de los pacientes que allí se encuentran. Posiblemente uno de ellos el asesino que busca Alicia.
La protagonista hace gala constantemente de su saber estar, de su inteligencia y de esa elegancia que tiene aún cuando deja de vestir sus ropas caras. Todos los médicos, enfermeros, pacientes y resto de empleados sienten admiración por ella. Todos menos el director, que no cree la versión que cuenta Alicia y tiene claro que ella es una "loca" más.
Hay acontecimientos muy duros e incluso desagradables. Debe ser terrible
encontrarse en una situación semejante a las que tienen las personas que allí
conviven.
Llega un momento comprometido, donde considera que realmente alguien se la está jugando e inDurante su estancia en el Centro, va conociendo y nos hace partícipes de todas las enfermedades existentes por la perturbación de la mente.
tenta que sea reconocida como una persona paranoica y que
continúe ingresada en ese Hospital.
Alicia determina buscar apoyo en una conocida, que también se dedica a la
investigación. Ésta, que la cree, va descubriendo poco a poco que aunque es
verdad que hay alguien (su marido) deseoso en que sea considerada enferma
mental por interés económico, también comprueba que muchas cosas de las que
ella le ha contado no son reales y que efectivamente sufre un trastorno.El libro me ha gustado mucho; el contenido, muy interesante y durísimo a la
vez. Tiene mucho tema para comentar.
El escritor, a mi humilde entender, ha desarrollado la historia
maravillosamente.
Eloísa Manzano
___ Cuando Alicia Gould, entró en el manicomio como detective para buscar al asesino del padre del doctor Raimundo García, su cliente, yo me dije:"mira, este libro va a estar bien. En un manicomio, tener que encontrar un asesino, y loco, ¡pues me gusta"!
Pero según se iba desarrollando la historia, me chocó porque ya no entendía yo que estuviera buscando pistas, pero cuando las cosas empezaron a centrarse en su persona, me entregué más. Conforme la veía desenvolverse en el manicomio y cómo la trataban, pensé que estaba loca y no lo sabía o era verdad y se estaba haciendo la loca.
Pero tampoco me cuadraba. Esa delicadeza, esa sensibilidad, ese vestir bien y esa pena que le daba ver el aspecto de los enfermos, cualquier loco no lo aprecia, todo lo de su alrededor lo ve casi normal. ¡Y esos niños...!
Pero cuando se encontró con el cuadro de la ciega, sorda y muda, y la "muchacha percha", supe que no estaba loca. Loca, creo que no, no hubiera salido corriendo llorando y vomitando. Creo que los locos lo ven casi normal.
Toda la trama te despista, máxime cuando los doctores tienen esa duda y te la trasmiten. Parecía una confabulación contra ella pero, a la vez, enfermeras, niños... parecía que ella era la que tramaba y tenía ese juego.
Al final, no era lo que yo pensaba. De loca no tenía nada. Más bien, utilizada pero ella también utilizó el manicomio y a los médicos para poder salir de la vida del marido. Yo así lo creo.
Me ha gustado mucho todo lo que vivió con médicos, enfermeras, los niños gemelos, la niña Alicia, el hombre elefante, el llorón, el héroe del universo... en fin, todos esos personajes. Me ha encantado. La novela es estupenda.
Rosi Antillé
A propósito del tema tratado, otros títulos:
‘La locura y su memoria histórica', de Juan Sánchez Vadejo (Ediciones Atlantis)
La asistencia psiquiátrica durante el franquismo era 'pervertida y deshumanizada' y estuvo marcada por una 'sordidez extrema', en palabras del autor.
Juan Sánchez Vadejo, médico psiquiatra formado en los años 60 y 70 en la Universidad de Sevilla y en el manicomio de Miraflores, analiza la evolución de la especialidad en España desde el franquismo hasta hoy, al tiempo que recuerda a los enfermos mentales a quienes la dictadura arrinconó en manicomios como desechos humanos desprovistos de derechos y comprobó cómo el régimen utilizó también estos hospitales para encerrar de por vida a muchos republicanos que podían causarle molestias.
Despertares
Oliver Sacks
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